A cada año que pasa, la influencia y la presencia de Keith Haring en el mundo es más evidente y colosal. Es increíble como su obra artística se ha hecho imprescindible para explicar mucho del arte y la estética que vemos a diario, desde la publicidad a los grafiti pasando por el diseño de pequeño tamaño que adorna camisetas o tazas de café.
Muchos son sus imitadores pero poquisimos le llegan a la altura y algún día alguien tendrá que reconocerlo como una de las figuras fundamentales del arte urbano, ese que ahora lo inunda todo. Keith consiguió lo más difícil, explicar más con menos, con dos trazos y tres líneas, hacía arte.
Un arte divertido, fresco, fuera de academias y museos que mejora con los años y se hace importante, digno de las enciclopedias artísticas.
Para el Centro Comunitario LGBT en West 13th Street de Manhattan realizó una obra artística en los aseos que muy pocos conocen pues estuvo cerrado hasta el 2012. Antes fue restaurado porque amenazaba ruina y ahora ya, en pleno esplendor, podemos considerarla la Capilla Sex-tina del neoyorquino.
Lo llamó «Once Upon a Time» ,en recuerdo de los tiempos donde el SIDA no se llevaba a la mitad de la población y la gente podía follar sin altura ni descanso. Y ese es el tema; el sexo.
Pero aunque el sexo es un tema que siempre está presente en la obra de Haring, lo de estos retretes no puede ser más explícito, libre, salvaje y lubricante. Y desde luego, el sitio (unos aseos cutres) por mucho que le pese a las altas jerarquías del arte, no puede ser más ideal y oportuno. Porque en un cuarto oscuro no se vería, que si no…
Es posible que en este momento de la humanidad si Keith viviera y lo pintara en el presente, en un país como por ejemplo España, acabaría en un tribunal. Por suerte, estamos hablando de hace tres décadas y ya no deberíamos temer por esta gran obra.
Autofelaciones, autopenetraciones, penetraciones múltiples, cabezas que son pollas y bocas que son agujeros negros, orgias donde no se sabe cual es el principio y cual es el final; todo parecía posible en la imaginación de Haring,
Orgía o baile, pollas o semen, personas o pollas, ojetes o todo se mezcla en una locura sin fin en blanco y negro que si antes eras fan del bueno de Keith, ahora te harás el triple.
Me encanta Haring!! <3 y su influencia actualmente está más que presente!!
Me fsltan palabras para explicae lo que me gusta su obra. No solo esta….todo su legado.