Muchos lo han intentado y pocos lo han conseguido; hacer una serie de terror es complicado. Mantener la tensión durante varios episodios, conseguir que la gente no pierda el interés se convierte en una tarea muy difícil. Hay que saber planificar la tensión, repartir el terror en pequeñas dosis para no saturar y conseguir que la trama se encandene un episodio con otro. Parece fácil pero no y Channel Zero con su temporada autoconclusiva llamada Candle Cove del canal SyFy, lo consigue. Tiene guasa porque si nos ponemos a analizar los elementos que la caracterizan, a priori se parece mucho a una de las series que más pelotazo ha dado en el 2016; Stranger things. A saber; madre loca porque ha perdido a un hijo, un monstruo minsterioso, aventuras pandilleras a lo Stand by me…Pero el caso es que el resultado no se parece en nada a Stranger things, entre otras cosas porque Channel Zero da miedo de verdad, es más malrollera y oscura y no necesita de la nostalgia para reivindicarse. Lo mejor es cómo consigue darle una vuelta de tuerca a la trama en cada episodio. Aparece un elemento nuevo, un hecho que desbarata totalemente las teorías que te habías montado y claro, el enganche es morrocotudo.
Hay varios aspectos que la hacen una serie disfrutable. Primero el elegir un programa infantil como desencadenante del terror. Es un programa absurdo, que casi da risa, pero es muy posible que todos los que estén leyendo este parrafo recuerden la primera imagen que les dio terror y sea algo absurdo, tonto, casi infantil pero que los cagó de miedo. Otra chulada de la serie es «el monstruo» que posee una iconografía que lo hará entrar a formar parte de los grandes mitos del terror; una piel hecha de dientes infantiles y con el sonido de castañear las muelas cada vez que se mueve; creepy, creepy.
Hay más miedos trasversales y universales que aparecen en su metraje; lo inquietante de la relación de los hermanos gemelos, la maldad natural que emana de los niños, los efectos que el acoso puede tener en una mente infantil. Y todo, sin necesidad de cometer los mismos pecados y tics que comete el cine de terror actual; no hay sustos tramposos de sonido, ni recreación gore en los asesinatos, ni falsas tramas para despistar, se toma su tiempo para crear una auténtica atmósfera insana y terrorífica, con escenas lentas que te pondrán los pelos de punta sin mostrar nada, solo sugiriendo. Puede que el truco esté en que la serie se ha planteado con temporadas que concluyen una trama, si alargarla absurdamente a lo American Horror Story, pero claro, con muchísima más ambición y honestidad.
solo la imagen de los dientes me ha dado una grima tremenda…. no puedo verla
Pues esa comparación con AHS no tiene sentido, porque las temporadas de AHS son exactamente así también, autoconclusivas (con leves conexiones entre ellas, eso si). Con desigual resultado entre ellas, cada una cuenta su propia historia.
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