Otra vez lo ha vuelto a hacer. Otra vez Guillermo del Toro ha hecho que saquemos el niño que llevamos dentro para disfrute y deleite de una ficción. Basada en uno de sus libros (del que es coautor) Trollhunters es otra de las series que Netflix oferta y hace que te plantees seriamente que la piratería es una tontá. Sin revoluciones ni rupturas, Trollhunters ofrece justo lo que dice que va a dar; puro disfrute y aventuras sin fin en episodios que duran menos de veinte minutos y que te sabrán a poquísimo. Lo que se dice una serie honesta, con la única pretensión de entretener, pero ni se te ocurra minusvalorar el puro entretenimiento, que es lo más sagrado a la hora de contar una ficción. Y vaya si lo hace, así que prepárate para ser adicto a una serie. Otra más.
Es curioso como la serie funciona como aglutinante de toda la carrera del director mexicano. Hay un mundo maravilloso escondido bajo el asfalto (Hellboy II). hay un artefacto que cambia a la gente (Cronos), hay un troll con cara de fauno y una escalera helicoidal (El laberinto del fauno), hay un personaje que necesita de un transplante de brazo pétreo (Hellboy), hay peleas de monstruos enormes homenaje a las Kaiju japonesas (Pacific Rim) y mil referencias más . La grandeza que tiene del Toro es hacerte pasear por sus numerosos mundos creativos teniendo la sensación de que visitas uno nuevo. Y encima sin el aburrimiento que ya causan otros autores con personalidad más definida que se repiten mucho, demasiado (¿Verdad, Tim Burton?). Todo para que tú, como adulto, te sientas otra vez un chaval y sin vergüenza al reconocerte fan de una serie que sirve para verla a solas o con tus sobrinos.
Cada capítulo tiene un ritmo frenético en el que pasan decenas de cosas y en veinte minutos siempre hay tiempo de al menos una escena memoriable. Encima el diseño de personajes (sobre todo los trolls) es un derroche de imaginación y buen acabado , así que es posible que te pase como a mí, que estés deseando que saquen una colección de muñequitos para tenerlos todos, con avaricia. Es especialmente hipnotizante el efecto de neón que causan muchas de las luces que aparecen en la serie (armadura, armas, ojos…) y que ya habíamos visto en otro de los proyectos como productor (El libro de la vida) .Es una suerte que además que Guillermo haya acertado con una serie, porque The Strain mira que era coñazo, así que genial para quitarnos el mal gusto catódico que nos dejó aquella.
Así que yo venía a reconocer lo talifán que soy del mexicano, algo que no tiene ningún mérito porque lo pone facilísimo. Es imposible no ser fan de alguien que pone tanta ilusión y ganas en todo lo que hace, que no busca subterfugios para el simple disfrute, que nos hace recordar que vinimos aquí a vivir aventuras y pasarlo pipa, que acumula un ramillete de proyectos que le dan buen nombre al cine contemporáneo, que ha sabido crearse un mundo propio en el que es fácil reconocerse . De salida ya sabes que sus proyectos tendrán calidad, buen hacer y ganas de superarse. Y eso Guillermo del Toro siempre lo hace, y lo hace mientras soñamos con mundos que desde luego, molan mucho más que el real.
Gracias Guillermo, es un privilegio ser fan.
Es maravillosa la serie!! Una delicia de principio a fin y absolutamente disfrutable!! Me muero de ganas de que estrenen la segunda temporada.
Otro de los descubrimientos en relación a las series de animación de Netflix es Wakfu, donde la animación y la imaginación que hay en cada capítulo es de lo mejor que he visto en mucho tiempo…
Q buena pinta!
A mí me encantó, lo malo que como el coche se llevó al protagonista por delante no saben si habrá una segunda :(
Es solo la voz, así que es un problema menor. De hecho, ya está aprobada la segunda temporada.
Aun recuerdo perfectamente cuando fuimos juntos a ver El laberinto del fauno. Cuanta emoción! No conocia la serie de Cazadores de troles pero he empezao a verla y me mola mogollón! Gracias por hacermela descubrir. Besossss
:D