Lieben: amor extremo - Atroz con leche

A cualquiera que no haya vivido los últimos 15 años en una cueva aislado de la sociedad le sonará el caso del caníbal de Rotemburgo, que en 2002 fascinó y horrorizó a partes iguales al mundo entero. Armin Meiwes, de Essen (Alemania) contactaba por internet con Bernd Jürgen Brandes, ingeniero berlinés que accedía a citarse con el primero, consintiendo con la petición del mismo, esto es, ser devorado voluntariamente.

Lieben narra esta espeluznante historia desde la oscuridad de los motivos que llevaron a ambos personajes a este ritual de sacrificio deseado. La disfuncional relación de Meiwes con su madre y de Brandes con su sexualidad hallan en la floreciente internet el foro de encuentro perfecto para convertir sus fantasías en realidad.

Pero no nos equivoquemos; no es casquería lo que nos vamos a encontrar. La historia ya es bastante truculenta de por sí como para tener que apoyarse en detalles morbosos para atrapar la atención del espectador. En vez esto, el montaje nos transporta, a través de una escenografía tan sencilla como inteligente y un narrador con un contrapunto humorístico inesperado, un viaje desde la niñez de los protagonistas hasta su conocido desenlace.

Entre los aspectos más destacables están las interpretaciones de Daniel Sanz (el hijo) y Paz Juan (la madre), así como la ruptura de la cuarta pared que se produce. Por el contrario, algunos aspectos hacen deslucir un poco el conjunto, como la relación del padre con el otro, muy desdibujada y que no aporta mucho, o la autocensura con algunas escenas de desnudo. Si te desnudas, te desnudas, y si no, pues no, pero no te quites los calzoncillos y te tapes la chorra porque queda raro.

Son pocas las funciones en las que podrás verla en la sala de teatro Nueve Norte, de modo que si estás interesado no lo dejes pasar. Las próximas serán el 20 y 27 de enero, más información en facebook.com/movimientosempiterno/

LIEBEN

Ficha Técnica