Todos los sábados a las 10 de la mañana dejo de leer titulares y soy engullida por “Mundo Babel”, mundo sin prisa, mundo de todas, de todos, mundo fanático de lo sofisticado, tanto, que es un acontecimiento semanal radiofónico tan ilustre como interesante y con ese toque de exquisitez que, sin acercarse en lo más mínimo a lo trivial en programas de radio, como casi todos en estos tiempos, han ‘perdido el Norte’. Juan Pablo -La Boa- Silvestre y su estilo onírico, impecable en la narración y entender 120 minutos de programa pesan incluso a ésta que intenta escribir sobre Babel, su mundo, y estar a la altura del creativo de la Silvestre.
La experiencia de lo que sucede todas las mañanas de sábado en Radio 3 es bueno embarcarse alguna vez en ese viaje protegido con un guión milimétricamente estudiado, palabra por palabra, canción por canción, convirtiéndose en un ‘mantra’ del buen gusto. Todas las maricas que formamos Atroz Con Leche hemos comprado alguna vez el billete de ese viaje.
Muchas, muchísimas veces, algunas provocada por mi misma, me ha asaltado “Mundo Babel” paseando por Sevilla, convirtiéndose en una compañía fenomenal de andanza y distracción por mi ciudad.
Toda esta admiración que siento y disfruto de cada emisión de la criatura de Juan Pablo también te puede parecer irritante, presuntuoso y hasta arrogante, estás en tu derecho porque lo de los gustos … ya se sabe, pero incluso me atrevo a decir que esa agitación de la indiferencia está en el sentimiento del porqué nació “Mundo Babel”.
Posdata fundamental e inevitable: “Nombres que te soñaba, mares que no olvidé, mi querida sin nombre, mi querida Babel…”
Es uno de esas cosas maravillosas que no deberían dejar de existir. Me recuerda a «escápate, mi amor» un programa mítico de los ochenta. Do you remember?
Por supuesto que sí Hilde. Golfeo con clase.