Ocurrió en el The Bitter End de New York, el bar que vio nacer a la Germanotta en sus primeros conciertos, chispas. Con todo vendido, decidió subir a la terraza para tocar al menos una canción a los fans que no pudieron entrar. La elegida fue esa preciosidad llamada Angel Down y el momento es de poner los pelos de punta.
El primer minuto del vídeo se ve como el culo y los desenfoques son múltiples y variados, aunque se escuche perfectamente a qué nivel vocal está situada la cabrona en directo. Es a partir del minuto 1:55 donde se puede disfrutar de verdad del momentazo. Se ha quitado la pamela y se sienta en el borde entre la histeria colectiva.(se escucha claramente un «oh, shit»)
La cámara consigue enfocar y quedarse quieta, la multitud se queda en un silencio impresionante y solo se la escucha a ella que canta con una pierna asomando. Si todo es un montaje y estaba preparado, enhorabuena al que lo ha urdido porque le ha quedado de campanillas. Yo soy más de pensar que preparado o sin preparar, pocas, poquísimas estrellas saldrían a la terraza y encima cantarían bien, sin gallos ni desafines.
El momento es coherente con esta nueva etapa suya de querer disfrutar de los directos, de cantar y tocar la guitarra y el piano, del sudor del escenario y la comunión con el público , de menos coreografías y más tocar con la banda y sobre todo, de disfrutar interpretando en directo y eso se nota, que ya está bien de gente que se sube al escenario amargadica, como si los obligaran. Joanne es la comprobación de que Gaga puede ser Madonna, pero también puede ser compañera de un crooner o puede ser Dolly Parton y la gran sorpresa de Joanne…También puede ser Bruce Springsteen. Desde luego es un disco hecho para ser llevado a un concierto y afortunado será el que pueda pagárselo, porque lo que yo daría
Grande, copón!!!
Eso no lo hace nadie…