En su última entrevista, al preguntarle por sus polémicas con el colectivo gay, contesta:
La hostilidad que contra mí suele manifestar el LGTB por mis justas críticas del mamoneo del orgullo gay, etc., que es un acontecimiento provinciano y cateto, me han resbalado siempre mucho. Mi hermosa piel, combinada de cocodrilo y de elefante, me vuelve prácticamente inasequible al desaliento e insensible a las críticas del colectivo, mis hermanos. Nunca me he referido al colectivo gay, etc., excepto en estos términos franciscanos: son mis putos hermanos. Lo que ellos son o sean, yo lo soy también. Pero la ñoñería y el tiquismiquis gay me ponen malo, más malo que la tiña. Como dicen los políticos babosos e inarticulados, “reitero” que el día del Orgullo Gay en Madrid (y recuerdo palabra por palabra toda la historia de ese noble movimiento) es consumista y banal. Para no ser consumista y banal hay que ser puro, ingenuo, inocente, insignificante, pobre. Menear el culo en carrozas no es, hoy día, ni siquiera un acto de valentía, es un mamoneo narcisista. Lo cual no quiere decir que la nobleza y la grandeza del movimiento LGTB esté, en mi opinión, fuera de toda duda. El que tenga oídos para oír, que oiga.
Lo suyo sería que yo le dijera tal y cual, que dijera que en lo consumista no le falta razón pero como es habitual en él, le falla el fondo, la forma, todo el aderezo y el acompañamiento. Lo suyo sería que yo le comentara que se repite más que un episodio de Los Simpson en A3, que me tiene hartito más que por sus palabras, porque ya resulta enfermizamente cansino. Que siempre usa los mismos terminos, que lleva casi una década con la misma cantinela. Lo suyo sería que le recordara que con esas ansias suyas de parecer insobornablemente libre, le da la vuelta y al final parece un cuñao viejales que en la barra del bar habla aunque no le pregunten mientras usa al mondadientes y se acaba el copazo de coñac. Lo suyo sería que me metiera con su ego, pero es que necesitaría millones de palabras para describirlo.
Lo suyo sería que me metiera con su prosa cada vez más fría, hermética y ombliguista, que sospechara de sus declaraciones incendiarias cada vez que saca nuevo libro (¿¡Casualidad!?) que me diera penita como un escritor tan trabajador (más que talentoso) ha acabado pareciendo un viejo regañón pelin amargado. Muy culto, sí, pero amargado. En vez de eso, me ha venido este vídeo a la cabeza para poner un ejemplo maravilloso de menear el culo en un acto de mamoneo narcisista. Dos minutos (debes verlo entero) como ejemplo de que muchas veces, quién más habla es quién más tiene qué callar. Y sin ni siquiera hablar de los gallos y del peloteo!!
https://www.youtube.com/watch?v=d-2O_x50Quw
En el texto de Pombo he leído hasta donde dice «mis justas críticas»… A partir de ahí he asumido que, como esa afirmación, todo lo demás era mentira.
Sielos leonsio!! Pero que le dan de desayunar a este joven? Yo creo que ha cambiado los cheerios por las bolas de antipolilla. Vaya pereza mortifera, vaya rision apocaliptica ( la de sus ex compañeros de partido) y vaya caspa da el vanagloriarse de la falta de cantera. En fin. Creo q este buen hombre tuvo su tribuna y su lugar y hace tiempo que por meritos propios se perdió por el camino.
Un señor de derechas, como hay tantos … Si dijera lo contrario, le pondríais en los altares… Nada nuevo bajo el sol…
Si dijera que el movimiento gay tiene mucho que aportar a la sociedad, que es necesario y que sin él no habríamos alcanzado los derechos que los heterosexuales tienen por haber naciado, sí, Marisa, habríamos dicho que tiene razón. No sé, llámanos raros.
Bueno independientemente de cómo sea Alvaro Pombo creo que en algunas cosas de las que dice no le falta razón…