Este mes de septiembre en La Pensión de Las Pulgas de Madrid.
Jueves 22,00 h y viernes a las 20,00 h
Como una montaña rusa. Una obra de teatro que es capaz de pegarte una paliza emocional. Una función agotadora, tensa, rabiosa. “Añicos” de Carlos Be es todo eso y mucho más. Estrenada el pasado mes de julio, en el Festival Frinje del Matadero de Madrid, ahora nos desarma en la Pensión de las Pulgas, escenario perfecto para el devenir de esta historia de gente sin alma; de ciudadanos de a pie que han sido violados en conjunto. Porque “Añicos” nos habla de una violación. Un argumento que parte de los casos de pederastia acontecidos en Ciudad Lineal el pasado año. La agresión física a una niña y las consecuencias psíquicas que produce este hecho en su familia. Padre, madre y hermano que se hacen pedazos, un núcleo familiar que respira herido y que, en el devenir de unos días que pasan moribundos, se topan con un inesperado giro que les hace reencontrase con un dolor que, en realidad, vino a quedarse para siempre. Lo interesante del texto es la perspectiva que nos da el autor sobre este caso en particular; por un lado ese sentir de la parte agredida y en el otro extremo la conmoción que también siente la familia del agresor, ajena a unos hechos tan brutales. En ambos casos son personas marcadas de por vida. Ya no se siente, no se padece, se vive mecánicamente, anestesiados por un dolor que se reactiva de repente. Si queréis saber el porqué, ahora tenéis la oportunidad.
Bajo la dirección del debutante Pablo Martínez Bravo nos emociona ver unas interpretaciones con tanta piel, desnudas completamente de maquillaje. Lo que ha escrito Carlos Be es lo que nos hacen ver y sentir unos extraordinarios, Raquel Pérez, David González, Sara Moraleda y Carlos López de la compañía, Las Malas Influencias. No hay más, sin artificios; todo es tan directo y visceral que acaba agotando, como decíamos al principio. Una de esas obras de teatro de la que hablas durante días…