¿Qué adrenalina, Edurne?

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Eurovisión, sin duda, es una gran oportunidad para estar presente en los medios. Hay que aprovechar el rebufo, por supuesto. Sacando un nuevo álbum, por ejemplo. Pero para que eso funcione hay algo totalmente imprescindible: que el álbum sea, por lo menos, medianamente bueno. Y eso es precisamente lo que Adrenalina no es.

Adrenalina es un mal álbum. Empezando por el título. Aquí no hay adrenalina. No la busquen. Hay pan sin sal, pasta sin gluten, refresco sin azúcar y leche sin lactosa. Pero no hay nada que te ponga los pelos de punta o te acelere el corazón. Porque Adrenalina acaba siendo un pastiche de canciones escogidas con mal criterio y juntadas sin coherencia. Y con una portada totalmente meh.

Hay buenos temas, por supuesto. Amanecer me sigue pareciendo una de esas canciones que van a estar ahí siempre. O Va a ser mejor, por ejemplo. Una baladita de esas que se crecen y que, oye, como continuación de Amanecer no está nada mal. One shot, uno de los temas en inglés del álbum, marca un buen camino. O I believe, que es sin lugar a dudas lo mejor del disco. Si la producción hubiese sido capaz de lograr un sonido coherente con el de este tema, estaríamos hablando de un gran álbum.

Pero la producción se ha limitado a coger un poquito de aquí, un poquito de allí. Como la fórmula de las súpernenas. Pero aquí no ha salido nada súper.

Lo peor son, de largo, los temas de relleno: Soñar, que la ponemos porque ya que la tenemos grabada para una película… O la versión sinfónica de Amanecer, lo mismo de lo mismo.

Por lo demás, mucha mediocridad. Como Dudar, que es un baladón, sí, pero no es nada que no hayamos oído ya montones de veces. Nadie se va a acordar de esta canción dentro de cinco años. Un día más, el paradigma de la balada aburrida. Sígueme, un tema bien cantado pero que aquí no pinta nada. Freakday, el tema «gamberro» del disco. Que es el término que usan muchos para decir relleno. Una canción que solo puede funcionar bien en directo. La última superviviente, auténtico pop basura que representa justo el tipo de sonido del que Edurne tiene que escapar si no quiere convertirse en otra Chenoa más. O Basta, por ejemplo, que suena bien, pero suena a la Edurne de hace una década y aquí es totalmente prescindible. No queremos volver a la Edurne de hace una década. Queremos a la Edurne de Ilusión que logró evolucionar en Nueva Piel. Esa es la Edurne que puede llegar a convertirse en una grande.

Porque Edurne lo tiene todo para triunfar: canta bien, tiene técnica, se mueve estupendamente, es guapa, es simpática, es elegante, habla inglés, tiene tablas y una sonrisa preciosa… Pero hasta que no encuentre a la verdadera Edurne que lleva dentro, no va a convertirse en una artista de verdad.

Sí, Adrenalina es mejor que Clímax. Porque era difícil hacerlo peor. Pero no es, ni de lejos, un buen disco. Oye, ¿querías hacer un buen disco? Haber escuchado el Only Human de Cheryl. O lo nuevo de Will Young. Así, como inspiración.

Y, muy importante, Edurne, cari, como consejo: olvídate de los productores de toda la vida (sí, Nigel Walker, hablo de ti) que llevan décadas haciendo el mismo álbum. Búscate a ti misma, cari. Lánzate. Suéltate el pelo. Porque así, en plan light, no vamos a ningún sitio, chocho.

3 comentarios en “¿Qué adrenalina, Edurne?”

  1. Este disco demuestra que se puede ser mona, bailar bien, cantar moderadamente bien y no dar pie con bola ( musicalmente hablando) por falta ABSOLUTA DE CRITERIO.

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