Angelita sufre

Angelita Jolí está recluida en casa estos días. No es que los vástagos se la hayan rebelado en plan «como abanico racial de representantes de la ONU, súbenos la paga», si no porque está enfermita.

Nos ha regalado un vídeo, natural, como un bífidus activo, como para salir a comprar al DIA, y nos cuenta que Hell Boy se le ha corrido en la cara.

Tiene varicela, que conviviendo con tanto niño es tan fácil de coger como preñarte al estornudar Alberto Isla en tu vagón del metro.

Menciona que le pica todo. De hecho confirma que lo acusó a las Chilly caducadas que tenía en el bolso de Nochevieja de 1998 y que usó el otro día. Pero no, se dejó las uñas y no se le pasaba y le salían topos, así que el médico confirmó varicela.

Ella está triste, porque se presenta estos días su nuevo trabajo, Unbroken, que no sabemos de qué va, si de los niños estos negros que se quitan una pierna con petardos porque sólo encuentran un Manolo Blahnik, o de alguno de esos payos que les pone cachondos el erótico árabe y luego se quejan porque no les dan los buenos días por la mañana y dicen que se quieren volver y no les dejan; y mira no, no haberte ido.

Eso no quita que estuviera emocionada, porque ha metido unos milloncejos en el proyecto, y nena, va con el Brad, se da dos paseíllos, saca la pierna biónica, y la gente va a ver la película porque sí.