Cuando las barbas de tu vecino veas rapar…

Holaaaa… ¿Me echábais de menos?

Hoy quiero abordar un tema que está cobrando cada vez más relevancia en nuestra sociedad y, lamentablemente, también en nuestras «queridas» redes sociales: el edadismo en la comunidad LGTBI. Es triste ver cómo algunos jóvenes, especialmente los veinteañeros, se permiten el lujo de menospreciar y criticar a las personas mayores de 40 años, simplemente por ser «demasiado mayores» para su gusto, por no hablar de lo ridículo de este prejuicio que cada vez tiene más relevancia.

Es como si estos descerebrados pensaran que solo ellos tienen el monopolio de la juventud y la modernidad, y que cualquiera que no encaje en sus estrechos estándares de edad y comportamiento merece ser juzgado y censurado. Desde criticar formas de vestir hasta cuestionar preferencias de entretenimiento, esta actitud refleja una profunda falta de empatía y respeto hacia aquellos que han allanado el camino para que ellos puedan disfrutar de la libertad y los derechos fundamentales que ahora tienen.

 

 

Pero, ¿Qué les hace pensar que tienen derecho a menospreciar a aquellos que vinieron antes que ellos? Es importante recordar que gracias a la lucha y el sacrificio de las generaciones anteriores, hoy podemos disfrutar de muchas de las libertades y derechos que antes eran negados a las personas LGTBI. Estas personas mayores no solo merecen respeto, sino también gratitud.

No podemos permitir que la ignorancia y la falta de visión de algunos jóvenes manchen el legado de aquellos que lucharon por nuestros derechos. Es hora de detener esta despreciable tendencia y recordar que la diversidad en todas sus formas es lo que enriquece nuestra comunidad.

Por eso, hago un llamado a todos los miembros de la comunidad LGTBI, especialmente a los más jóvenes: reflexionemos sobre nuestras actitudes y comportamientos. Reconozcamos y valoremos el papel crucial que jugaron las generaciones anteriores en la lucha por la igualdad y la aceptación.

Más allá de las etiquetas de edad, género o cualquier otra característica, se supone que somos una comunidad unida por nuestros valores y nuestra lucha por la igualdad. Todos merecemos ser tratados con respeto y dignidad, independientemente de nuestra edad o cualquier otra característica.

En lugar de criticar y menospreciar, debemos aprender a escuchar y aprender de aquellos que tienen más experiencia y sabiduría que nosotros. La diversidad de perspectivas enriquece nuestra comunidad y nos hace más fuertes juntos.

El edadismo en la comunidad LGTBI es una tendencia preocupante que merece nuestra atención y acción. Es hora de detenerla y construir una comunidad más inclusiva y respetuosa, donde todos seamos valorados y aceptados por igual. Juntos, podemos hacer la diferencia y crear un futuro más justo y equitativo para todos. Y una última pregunta para los veinteañeros… ¿Acaso os creéis que vais a seguir así eternamente? Pobres ilusos, en menos tiempo del que os pensáis, os levantaréis una mañana, os miraréis al espejo y descubriréis que os habéis convertido en eso que ahora os permitís el lujo de criticar y despreciar. El tiempo es inexorable.

2 comentarios en “Cuando las barbas de tu vecino veas rapar…”

  1. Carles Manjón Wennberg

    Muchas gracias.
    La mayoría de estos niñatos ignoran que los derechos que gozan ahora son fruto de años y años de lucha de muchos activistas que ahora ya tenemos una edad.
    Gracias por recordarlo!

  2. Las palabras claves son NIÑATOS INEDUCADOS.
    Son criaturas que lo han tenido todo sin tener que esforzarse en su obtencion y, muchas veces, se debe a la infame educación recibida, porque esto no solo sucede a este lado del arcoíris.
    Para ellos, el cambio de siglo les parece el pleistoceno (si supieran qué es eso) y, aparte de educacion funcional tambien carecen de la emocional, tan necesaria para no vivir como un simple cacho de carne que solo necesita vestimenta y alimento.
    Estamos hartos de decir que su problema se cura con tiempo, pero que no sea el mío, desde luego.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *