Mariconez frágil

Que no se puede generalizar es algo que te va enseñando la vida. Nada es del todo negro o blanco, ningún grupo social es bueno o malo y siempre hay excepciones como bien expresa un concepto tan manoseado como el ying y el yang.  Y esta introducción viene porque hoy debo comunicaros la obviedad de que en el mariconeo no todas somos divertifdas, guays o con buen gusto: las hay que son lo puto peor y merecen que les dedique unas palabrillas. Porque resulta que existen los heteros de masculinidad frágil pero también existen los gays de mariconez frágil y aunque su apariencia sea inofensiva mucho ojo que su toxicidad puede ser letal. Todos conocemos a alguna…
Ay perdón, debo usar el masculino que si se les habla en femenino entran en brote…

 

Son esos que tardaron siglos en salir del armario pero dan clases a los demás de comportamiento homosexual. Los hay que rápidamente se echan novio, suele ser capillitas y viven con tormento la contradicción de ser marica y de derechas, que más que una incoherencia es una gilipollez y un quererse muy poco.

 

 

 

Pero los hay sin suerte para encotrar  a  quién los aguante y mientras buscan al ideal romántico de marido perfecto se tiran a media humanidad a la que clasifican según su pluma porque (evidentemente) solo se acuestan con tíos muy machos . Por supuesto que  ellos también son muy macchos para dar y pedir lo mismo; OnlyMasc.

 

 

Hacen de la discreción un modo de vida y la usan como arma defensiva para marcar territorio e imponer sus formas de comportamiento armarizadas a otros. Si te quejas, sin querer se les escapa esa puta frase heteruza de que «yo también tengo amigos gays» como si de una Ana Botella cualquiera se tratara, pero que ninguno de esos amigos suyos tendrá un leve rastro de pluma eso ya te lo digo yo.  Detestan que se les hable en femenino y tienen tantos complejos y taras que cualquier broma hace que estallen al más puro estilo bomba de Hiroshima.

 

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Ellos nunca son un cliché (dicen) y por eso nunca los verás hablando de Eurovision o modelitos en los Oscar, sin darse cuenta que no hay nada más cliché que la homofobia interiorizada que los hace soñar con ambientes cuartelarios y chuscos donde serían las reinas y todos los cadetes (muy masculinos, eso sí) les rendirán pleitesia y pollazos. Tienen apariencia de mosquita muerta aunque se hayan follado a media humanidad pero ( eso sí) sin mariconadas. Van de dignos pero luego son capaces de arrastrarse por el fango si con ello chupan polla y no les importa ser patéticos si suman una nueva conquista a su curriculum, cosa que nunca reconocerán en público c0mo tampoco harían cruising ni entrarían a una sauna buscando un novio que que nunca aparece porque nadie está a la alturaa de su ideal.

 

Se comportan como si el mundo les debiera algo por haber salido del armario ya que se tienen en muy alta estima y sufren de una gran inflamación de ego que les provoca la necesidad de que todo tenga que girar a su alrededor , por eso si los contradices lloran y patalean, demostrando una inmadurez que nunca mejora porque son un caso perdido a los que deberías tener lástima. Y después de tenerles lástima, sal huyendo y alejate como si no hubiera un día después.

1 comentario en “Mariconez frágil”

  1. Hombre, el paradigma que me cuentas, sí, me lo he encontrado varias veces. Sobra decir que salí huyendo como recomiendas. Sólo que hubo uno que…mierda, ése sí me hizo pupa.
    Pero hay estadios intermedios: entre la aceptación, Eurovisión y el sushi… niño bien de derechas o a punto de afiliarse a uno partido de derechas para medrar, pero eso sí consciente de lo LGTB ¿?… «masculino» pero tras dos días de chill y suficientemente desinhibido por las drogas se deja encular por todo que esté en un radio de 100m de su Grindr, pero eso sí él es «ACT versátil» (incido en las mayúsculas), faltaría más… vamos, estoy hablando de gente «transicionando» pero no sabemos muy bien hacia dónde. Hay muuuuuchos tíos y muuuchos matices de lo que cuentas. Todos te dejan con la misma sensación de mandíbula desencajada del susto, no del pollazo.
    Y da penica, porque no son conscientes de lo bien que podrían vivir mandando a tomar por culo todos los prejuicios con los que se han criado (pensáoslo bien, reyes míos). Y de lo tranquilos que podrían dejar a los demás si eso ocurriera, ya puestos. También da rabia porque ¿acaso no hay cosa más estúpida que un gay homófobo?
    Pero uno no es una ONG y la pena no arregla nada en esta vida, ya tengo bastante trabajo cuidando a otros como para hacer de papi. Vive y deja vivir, a fin de cuentas, yo también era un capullo redomado y tuve que destruirme y deconstruirme para poder vivir en paz; ese camino lo hacemos cada uno solos. Santa paciencia que tuvo la humanidad conmigo. Y aún sigo en ese proceso de autoaceptación, porque no eso para en toda la vida.

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