Spike Lee o el nacionalismo afroamericano en el cine estadunidense

Cuando se habla de directores de cine estadounidenses de raza negra, un nombre salta inmediatamente a la palestra, Spike Lee. Esta fama se debe, en gran medida, a que aborda los prejuicios raciales en Estados Unidos de una forma contundente y gráfica.

Spike Lee (Shelton Jackson Lee) nace en Atlanta el 20 de marzo de 1957. Lee es uno de los directores –como Woody Allen o Martin Scorsese- que sitúa la acción de sus películas en Nueva York. Dentro de su prolífica carrera destacan filmes como Do the rigth thing (Haz lo que debas), Jungle fever (Fiebre salvaje), o Malcolm X. A pesar de la calidad de muchas de sus obras, tan sólo ha sido galardonado con un Oscar honorífico (el único director de raza negra que ha sido galardonado con el Oscar a la mejor película ha sido, en 2014, Steve McQueen, por su obra 12 años de esclavitud). Este hecho demuestra la gran desigualdad en el trato que dispensa Hollywood a los directores según sea el color de su piel.

En sus obras, Lee no sólo habla de las minorías negras, también da cabida a los italianos, e incluso a los irlandeses. En su discurso Spike Lee aborda, desde diferentes perspectivas, prejuicios de toda índole: morales, sexuales, religiosos, etc. Analizando algunas de sus películas podemos profundizar en el mensaje del director afroamericano.

En Summer of Sam (Nadie está a salvo de Sam), obra prácticamente desconocida, Lee aborda la situación de la minoría italiana. No acude, como hubiera sido fácil al recurso de la Mafia –aunque esta aparezca-, sino que achaca la “guetización”[1] a la falta de acceso a la educación, al alto índice de paro entre la población de origen italiano. El estallido de violencia que sufre New York tras un apagón en toda la ciudad, protagonizado por italianos y negros, no es sino la consecuencia de la situación de precariedad en la que viven estas comunidades.

En Jungle Fever (Fiebre salvaje) y utilizando como hilo conductor el romance entre un hombre de raza negra y una mujer blanca de origen italiano, Lee nos ofrece una nítida imagen de cómo es la vida en los guetos, y como la comunidad negra es víctima de una sociedad que les margina y que les niega el acceso a las herramientas que puedan hacer que consigan cubrir sus necesidades más básicas, provocando unos índices de drogadicción, delincuencia y prostitución que alcanzan cotas alarmantes. Pero también en el propio racismo existente entre las minorías. El propio protagonista se niega a tener hijos con su amante italiana porque no quiere hijos con “mezcla de sangre”, cayendo él mismo en el racismo del cual es víctima.

Pero sin duda es en Malcolm X donde, a través de la narración de la vida del líder negro de los años sesenta, Lee hace suyo el discurso en contra del segregacionismo y de la lucha por una nación afroamericana que proclamaba Malcolm X –al igual, aunque con distintos puntos de vista, que el otro gran líder negro en la lucha por los derechos civiles, Martin Luther King- hasta su asesinato el 21 de febrero de 1965. Con este filme, Lee hace una llamada a la aceptación mutua (no sólo en Estados Unidos) de todas las razas y culturas. Tal y como defendía Malcolm X, había que acabar con la colonización mental, sobre todo del hombre negro.

Hace tiempo tuve ocasión de conocer a un protestante irlandés que mantenía relaciones con una mujer católica de raza negra. Me narró cómo cuando estaba en un barrio católico, sus habitantes le despreciaban por ser protestante; cuando estaba en un barrio protestante, era criticado por salir con una católica, y cuando estaba en un barrio negro, era despreciado por salir con una de “sus hermanas” … todos, no solo los negros, somos víctimas de algún tipo de colonización, y ya es hora de asumir tal realidad e intentar eliminarla.

[1] El término “guetización” es una traducción directa de “ghettoization”. No existe en el diccionario de la R.A.E, pero es un término habitualmente utilizado cuando se habla de este tema.