No es que tengamos por aquí mucho interes por los Latin Grammy, entre otras cosas porque los premiados están muy lejos de nuestros gustos musicales. Pero en Sevilla ocurrió algo que merece la pena que contemos por aquí y que Rosalia abría la gala con una versión de un temarraco de Rocío Jurado. El buen gusto, la emoción, la delicadeza y el llevarse la canción a su terreno sin renunciar al flamenco hacen de este momento un momentazo que merece la pena que todo el mundo disfrute. TE-LI-TA.