Hace unas semanas Gabriel Rufian entrevistó a Samanta Villar y hubo un momento en el que hablaron sobre la ley trans y su respuesta nos parece tan lógica, tan oportuna y tan certera que este vídeo debería hacerse viral. Y tiene toda la razón. Un resumen:
“Lo que está pasando con la Ley Trans a mi me parece de una crueldad bestial. No lo entiendo. ¿Qué peligro supone para las mujeres CIS dar una oportunidad de derechos a las mujeres trans? En el momento en el que tenemos más protagonismo y más voz, un sector del feminismo se comporta de una forma incomprensible. Que estas mujeres están convencidas de que hacen el bien. Y por eso es tan difícil de sacarlas de su convencimiento. ¡Y están haciendo el mal! ¡Están ciegas”
Y ahora, mira el vídeo y preparate a aplaudir.
Por fin uso un teclado y no mi móvil. No espero muchas erratas. Creo que la pregunta de Samantha es retórica y en ciertos círculos conviene hacerse la tonta, porque hay que comer y los contratos no se consiguen cabreando al poder. La respuesta es política, evidentemente.
Llevo varios días a destajo bloqueando bichos y bots en TW. El discurso antitrans se ha recrudecido en RRSS y no sé muy bien si ha sido porque la muerte de Iván ha sido un revulsivo para muchas conciencias para las que este tema ni pinchaba ni cortaba (y comprensiblemente la reacción es atacar con más fuerza) o hay un cambio en la «gestora» que se encarga de vender el discurso de odio en las RRSS.
En «La batalla trans» de Raúl Solís se argumenta algo que yo ya sospechaba. El feminismo de tercera ola, y muy en particular, el instalado en el entramado institucional está muy suspicaz con la nueva ola: un feminismo popular, no necesariamente letrado (las autoproclamadas guardianas de las esencias se dicen a sí mismas ilustradas, las tontas del culo…) que se alimenta a través de internet y que es tremendamente transversal. El «invite a un pobre a su mesa» les queda muy bien, pero otra cosa es que les quiten despachos y representación política, por ahí no pasamos, bonita. Recordemos que el feminismo vivió su «la que se mueva no sale en la foto» particular y aquellas que aspiraban a despachos renunciaron (en su nombre y en el de otras) a ciertas luchas -¿pensaís que la no mención al aborto en la Constitución era casual?- poco a poco se instalaron en los partidos y de ahí al poder, deciden la agenda de los temas y las prioridades feministas. Ellas se lo guisan y ellas se lo comen. Y todo ajeno a ellas es, obviamente, herejía.
Esta es la facción del feminismo en contra, no son muchas, pero sí poderosas y con dineros (el ideario transfóbico de Carmencita [Calvo, no Polo ni Lomana] o los cursos de la escuela Rosario Acuña se costean con fondos públicos y subvenciones a partidos políticos), ha situado a eminencias en lugares estratégicos de control legislativo (Amelia Valcárcel está en el Consejo de Estado gracias a María Teresa Fernández de la Vega). Y como son peleonas -porque les va su silla en ello- reventarán la reunión cada 8 de marzo hasta que se jubilen (o se mueran), después que arreen las «nuevas», niñas del siglo XXI que han adoptado los preceptos de la tercera ola.
Bueno, pues estas señoras han comprado por comodidad el discurso de odio, postverdad, miedo y bulo que viene allende los mares de quienes ya sabemos: La alt-right, que tiene dinero a tutiplén, influencias y exporta su modelo de abolición de libertades y liberalismo hardcore como una tienda prefabricada del IKEA. Intuyo que ha funcionado mientras haya sido un instrumento político para rentabilizar el desgaste de los ministros no PSOE de la coalición de gobierno (cuánto rodeo para que no decir podemita). Pero el monstruo anda desatado por las redes y a Carmen plin, que además de Ordóñez es Dominguín (hostia, ésta no, disculpad) . No espereís asunción de responsabilidades, eso no tiene que ver con ellas. Ana Rosa y las demás terfas duermen por la noche a pierna suelta y roncando, y si Dios no lo quiera, algo las desvelara, un orfi(dal) de cinco con un zolpi(dem) de cinco y todo resuelto…
El presidente de gobierno, hábil acróbata en la nada, ora defiende a Elsa, ora reclama en un discurso garantías jurídicas para le ley trans, ora le restriega a Cuca Gamarra en los morros la ley trans que tantas cortapisas ha puesto el propio PSOE en su tramitación y aprobación. Una ley que si hubiera pasado por las manos de Art el payaso de Terrifier habría acabado menos mutilada…
Como pasó como con la ley del matrimonio gay, maricones y tortilleras no parecemos tantos como para cambiar las urnas; pero resultó que teníamos amigos, aliados y familiares incluso, que sufrieron junto a nosotros, que nos apoyaron. Con la Ley Trans pasa lo mismo: no soy trans, pero contaís conmigo, hermana/o/e. Además, que no es sólo una ley que regula el cambio registral de las personas trans sino que intentaba atacar temas importantes para la comunidad LGTBI en conjunto, todos conocemos a personas trans, a no binaries, a intersexuales, muchos hemos sufrido humillación de jóvenes y algunos nos acordamos del escarnio que sufrimos con la aprobación del matrimonio gay. Nos hicieron lo mismo: nos rechazaron de las mesas de debate en TV, silenciaron nuestros testimonios, nos ridiculizaron, intentaron deshumanizarnos (es más facil atacarnos así), llevaron a «la ciencia» al debate (Dr. Aquilino Polaino) para que les contaran la fiesta como les convenía, apelaron a futuribles fraudes de ley, nos humillaron en definitiva para su interés. Y eso no se olvida, la tragedia y el dolor unen más que un ideario de partido o sus valores. Ahora que el señor acróbata se lo gestione.
Políticamente les han hecho un favor impresionante a los de color verde vómito y a la empresa matriz que los mantiene ideológicamente. El PSOE ha quedado mancillado para la comunidad LGTBI+ y para poder recuperar la confianza en él, me imagino que habría que cerrar varios think tanks y echar con la misma alegría que IU echó a Lidia Falcón a un montón de «feministas de poder» (lo cual es imposible por su ascendente dentro del partido, se han agarrado bien como las tenias). Veo más probable a McReady entrando con su lanzallamas en la sede de Ferraz y limpiando por la directa. Esperanza 0 unidades.
¿Y mientras quién reparará el daño ocasionado a las personas trans? Nadie. Y vale ya, joder.
Me gustaría que el discurso de odio contra las personas trans desaparecieran en las RRSS. Pero eso no va a ser, al contrario, ha empeorado. Y, además, se están abriendo nuevos flancos, no sólo contra les trans. Es una nueva ofensiva, no sé si por la cercanía de las elecciones o por el redoble de fuerzas de esta «internacional» a la que el nombre de fascismo ya le queda pequeño. Es peor. Es una invasión ideológica. Sólo podemos defendernos de ella con pensamiento crítico, y de eso no abunda mucho en estos tiempos.
Oye Juanjo…¿Y tú no querrías escribir para el atroz? Tienes cosas que contar y sabes contarlas. Sería un superfichaje, que lo sepassssss
¡Gracias! Tomo nota porque un tuit no me sabe a nada y estoy hasta el moño de pelearme contra la humanidad. Aunque me conozco…
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Las cosas han tomado un giro entre el esperpento y el fascismo haute couture con las últimas declaraciones de Carmen Calvo, que buscan fracturar aún más al feminismo y crear un enemigo dentro de la LGTBI (como hicieron con les trans, anda que no se os ve las intenciones…). Ahora más que nunca feminismo y causa LGTBI+ van de la mano, nunca estuvieron separados, mal le pese a Carmencita. Lo que pasa es que «Carmen dice que…» es la misma historia por la que se separaron el feminismo lésbico y el afroamericano de la corriente principal, amén de que nunca se sintieron representadas en el movimiento, «aquellas que se creen LAS feministas [DE TODAS ]» no concebían un feminismo más allá del de su género, orientación sexual, clase social, economía y raza. En fin, same old fucking story. Además, que hablen ellas, no Carmencita y sus adláteres.