Sebas Martín en la Barcelona que fue (aunque no la recordemos)

El incansable dibujante Sebas Martín ya es un habitual de esta web porque el tío no para de trabajar y saca libros a un ritmo tan desenfrenado que muchos se nos escapan para poder comentarlos. Eso no va a ocurrir con su último trabajo que ha titulado «QUE EL FIN DEL MUNDO NOS ENCUENTRE BAILANDO».  Estábamos acostumbrados a sus historias contemporáneas llenas de estupefacción y asombro por las nuevas relaciones sin renunciar al humor, pero esta vez Sebas Martín cambia de época y nos lleva a la Barcelona de los años treinta. Una ciudad donde se hace posible una historia de amor entre dos hombres con una mínima libertad que luego la Guerra Civil y el Franquismo borraron a base de represión. De fondo, las tensiones políticas de la República que desembocarán en un conflicto irreversible que lo cambiara todo.

 

 

El cariño y el cuidado que ha puesto Sebas Martin en este proyecto traspasa las viñetas gracias a un exahustivo  trabajo de documentación que rememora el espacio de libertad que conformaban el Paralelo y el Barrio Chino, sitios donde se podían encontrar locales, bares y salas de espectáculos que podríamos denominar de protoambiente gay (sin exagerar). «QUE EL FIN DEL MUNDO NOS ENCUENTRE BAILANDO» merece la pena por mostrarnos un mundo que no había tenido reflejo en la ficción,  pero también por lo hermosa que resulta la sencillez de una historia de amor no exenta de peligros y suspicacias porque todavía no existía lo que denominamos Orgullo ni la conciencia de ser parte de un colectivo. El argumento queda enmarcado en un retrato costumbrista de la sociedad más popular de la época, la de las clases medias y bajas que tenía que hacer malabares para sobrevivir pero, sobre todo, es una declaración de amor a la ciudad de Barcelona que pudo ser y no dejaron: a sus calles, barrios o tranvías que se convierten en protagonistas de la trama. Al acabarlo se siente la satisfacción de no haber perdido el tiempo y ojalá Sebas Martín se sienta orgulloso de un trabajo que merece muchas ventas y muchos éxitos.

2 comentarios en “Sebas Martín en la Barcelona que fue (aunque no la recordemos)”

  1. Sebas es un excelente dibujante, un estupendo contador de historias y una buena persona. Esos tres elementos unidos siempre hacen que sea un placer y un encanto devorar sus producciones. Mucho éxito, y que siga deleitándonos con su visión del mundo!!

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