La ceremonia anual más esperada del ámbito cinematográfico es sin duda los Premios Oscar, esa resplandeciente figura de oro que recuerda a los viejos dioses egipcios. La Academia crece y crece y cada vez es más plural, hasta el punto de premiar en doble categoría a la misma película. Independientemente de la calidad de la cinta, semejante estrategia por parte de los académicos me hace sospechar algunas cosas.
Aunque para gran sospecha la de Brad Pitt recogiendo su primer Oscar, subiendo entre la calma y la seguridad de un «Ya lo sabía». Y un servidor se huele que echando un vistazo al recorrido de la Academia es bien cierto la cantidad de premios ‘comprados’ por el mero hecho de ser el más popular, que no el mejor en tu categoría, ha sido abundandte en su recorrido. Brad Pitt mantiene el film de Tarantino para que algunos no nos durmamos, pero todos sabemos que no es ni de lejos una gran interpretación, ni la mejor de su carrera para que lo ensalcemos como tal. En esta ceremonia estamos acostumbrados a ver cómo una serie de estrellas vienen a veces para recoger un icono que se preocupa más por la fama que por el talento. En cuanto a su actriz secundaria, también de esperar una más que correcta Laura Dern, y cómo no, era el año honorífico para David Lynch, cómo iban a dejar a su actriz fetiche sin premio, cuando ya le debían alguna que otra nominación. En cuanto a Zellweger, tengo la sensación de que han premiado más a Judy Garland que a la propia Renée, que no parece aupar mucho cariño, pues sus discursos terminaron aburriendo hasta el cámara. A lo que refiere al gran Phoenix, es una lástima ver cómo un rebelde ha terminado siendo adoctrinado por los altos lobbys ecologistas y veganos. Si es que el bueno era el que murió, me decía una amiga el otro día.
Que Sam Mendes no se llevara su segunda estatuilla me dejó triste, pero Boon Joon-Ho hace tan excelente trabajo de dirección que no me importa en absoluto verle recoger su merecido premio. Ya me dejó anonadado con esa peculiar obra llamada ‘Memories of murder‘. El momento sorpresa al que la Academia le encanta siempre regalar como campanada en recompensa por una gala harto aburrida, es el doblete de la película ‘Parásitos‘ en las dos categorías que competía como film, Mejor Película Internacional y Mejor Película. Y digo yo ¿No bastaba con uno? El exceso de reconocimiento a cualquier obra o artista no consigue que sea mejor, sólo que se sobrevalore por encima de sus límites y luego peligre en caer con el paso del tiempo, pues bien es sabido que así es cómo se forjan las obras maestras, mejorando como el buen vino, o como mínimo, manteniendo su calidad cinematográfica. No es que fuera un año especialmente fuerte en cuanto a cine estadounidense con sólida base, aunque compitieran dos grandes como Scorsese o Tarantino, sus films me han producido más bostezos que admiración, pues me habría decantado por una hermosa ‘1917’.
Al final uno se pregunta a la mañana siguiente, ¿para qué trasnoché? ¿Para esto? Pues vaya… Me gustaría ver algún año en el que tres de los premios más reconocidos y que comparten fechas; Oscar, BAFTA y Globo de Oro nos desorientaran y premiaran totalmente diferente, porque no me creo que en un mismo año la misma gente se los lleve todos, me parece una infravaloración del resto de compañeros, y olvidamos que el arte, está más para compartir, que para competir, para eso, ya tenemos el deporte, gracias.
Buen resumen Hereje pero revolviendo el asunto del doble premio…. ¿No son los Óscar los premios de la academia americana al cine americano, valga la redundancia? Caso afirmativo ¿Por que han premiado como mejor película -americana- a una cinta no americana? ¿No se creó la categoría «mejor pelicula «extranjera» para estos casos?
Yo cada vez entiendo menos a los americanos estos.
A eso iba… cada vez hay menos películas buenas en Hollywood, que no en EE UU, donde hay muchísima gente con talento, pero no son tan populares ni se venden a los patrones de la Academia.