Cuatro añitos ha tardado Wil Young en sacar un nuevo disco, que es justo la distancia que siempre ha dejado entre todos y cada uno de sus cinco trabajos. Si es casualidad o algo pensado y medido, eso ya tendríamos que preguntárselo al bueno de Will. La cuestión es que sí que se hace muy larga la espera, pero también demuestra que es un artista sin prisas ni precipitaciones que juega en otra liga, que no va a remolque de las modas y que no teme ser olvidado. Además esta vez ha merecido la pena la espera porque Lexicon es una absoluta maravilla de principio a fin. Qué elegancia, qué clase, qué manera de ir de la música de baile a las baladas y que todo suene tan bien, porque la producción impecable está a manos del nunca suficientemente valorado Richard X. Ya conocíamos el single de adelanto con uno de los ´vídeos más maricas y tronchantes del año.
Justo ahora que lanza el disco, también hay nuevo single, otra demostración de poderío vocal y dominio de la melodía bailable. La típica canción de baile elegante que al principio no parece nada excepcional, pero cuando llevas un mes escuchándola sin cansarte, no queda más remedio que reconocerle el mérito y el criterio.
Pero con Lexicon es muy injusto hablar de singles o destacar alguna canción en concreto. porque la verdadera maravilla del disco es la continuidad, una secuencia de canciones que hacen un todo coherente lleno de grandes melodías, que parecen conectadas por el hilo que le da una producción preciosista y delicada (escúchalo con auriculares o muere.), con el resultado de que no hay bajones ni canciones que sobren y el disco podría sonar veinte veces seguidas y no te cansarías nunca. «Forever«, con un registro de voz grave que ha explorado muy poco, es la apoteosis del buen gusto en la pista de baile, Qué temarraco, copón.
Es evidente que no soy objetivo porque a mí Will me fascina como artista y me fascina el hueco que se ha ido haciendo en una industria musical que lo mira como a un bicho raro al que no sabe donde colocar, Supuestamente es un cantante comercial pero con una obra tan queer se convierte en inaccesible para las masas. Will es marica de los nuevos tiempos y ha preferido renunciar a la fama y el éxito multitudinario porque no se esconde en sus letras y tiene una imagen más que marica que no renuncia a la pluma.
Por cierto que las bases de Ground Running me parecen una puta obra maestra del buen gusto, Por no hablar del estribillo, tan delicioso, tan de pop juguetón y eterno, con esos coros finales tan pegadizos.
Lexicon es uno de los(mis) discos del año, Me alegra infinito tener un disco así de puertas al verano porque sé que me dará semanas inagotables de gusto y satisfacción. Y ahora os dejo con Will interpretando un clásico en directo. Porque esa es otra; como canta Will en directo…