De vez en cuando, cuanto tengo que hacer cosas en el ordenador que no necesitan el 100% de mi atención, me pongo alguna películilla de fondo. Ya que me había visto las dos primeras y que a nadie le amarga un dulce( el dulce es el chulazo en bolas, no os confundáis), hoy me he puesto la tercera de 50 sombras de Grey «50 shades freed» o, como a mi me gusta llamar a esta saga «la casa de las bragas voladoras» (en serio, yo no he visto tanta braga salir volando como en estas películas)
Apreciamos la cantidad de tomas del culo de Jamie Dornan. Yo personalmente me he ido viendo las películas única y exclusivamente por ese motivo, eso es indiscutible, pero unque rechina bastante lo de buscarte un marido sadista, controlador y dominante para convertirlo en un caniche que canta al piano a lo Elton John. Básicamente te enamoras de una bestia oscura que pretende arrastrarte a los rincones más oscuros de la depravación y lo transformas en uno de esos padres que llevan al niño en un canguro para hacer la compra en el supermercado biológico que han abierto en el barrio hipster en el que os habéis mudado.
La historia es bastante empalagosa, suena más a los sueños eróticos de un/a solterón/a de sábado noche en el sofá con un paquete de kleenex que a otra cosa y tiene morbo porque él es multimillonario y cachas…Si fuera un obrero de 45 años a lo Torrente, sería una película snuff. Yo,que tengo una mente retorcida y llena de odio, tras ver la primera película ya pensé «ésto es la puñetera fantasía erótica de una cuarentona con unas calenturas vaginales que ni el fondo del volcán Etna…» Y no me equivocaba
Y que conste que me parece magnífico. Todos tenemos o hemos tenido amores platónicos con algún famoso/a, pero la cosa termina siendo un coñazo cuando fuerzas la historia, página tras página, para convertir un «thriller» en una pelicula de Ciencia Ficción Disney pornográfica. ( aquello del chiste de que las rubias se ven la porno hasta el final para ver si se casan o no…) No hay suspense, no hay intriga, no hay nada. Es un continuo, fuera bragas que me bajo al pilón y no te pongas ni maquillaje ni tacones, que yo te quiero igual, al natural, como los mejillones en lata…(eso si, yo tengo un cuerpo perfecto de gimnasio, visto impecáblemente y mi cara va por el mismo camino, que para eso han elegido a un actor que es deportista y modelo en vez de ser Alfredo Landa) Así que, al final la historia es bastante empalagosa y tiene morbo porque él es multimillonario y cachas…Si fuera un obrero de 45 años a lo Torrente, sería una película snuff
Él tiene un síndrome de Edipo insufrible desde el minuto uno, que le «perdonamos» porque está en bolas la mitad de la película (me distraigo con facilidad y, sinceramente, ese culo es digno de museo) o con esos impecables trajes de chaqueta (que no se yo que da más morbo…) . Ella va tragando poco a poco(en todos los sentidos) porque la va encerrando en una jaula de oro y pasa de mojigata a sexoadicta (y yo la entiendo…). La trama en la última película tiene un poco de interés (un poco) por lo del tío que les persigue ( que también está muy bueno… En esta película están todos muy buenos. El guardaespaldas está para ponerle un piso en Benidorm y el malo para hacerle un pijama de saliva)
El mayor drama es que ella se queda embarazada y él no quiere,porque tiene traumas porque su madre bla, bla bla y luego también lo de su infancia con nosequé nosecuanto…, cuando el verdadero problema debería de ser que les están intentando raptar y asesinar, digo yo que a lo mejor es que no estoy pillando la historia original. ( En serio, que buenorro está el guardaespaldas con su traje de guardaespaldas… No es normal. Brant Daugherty se llama este zagal de 33 añitos y cuando lo veáis con barba, chorreáis)
Que si te compro una mansión enorme porque la viste a lo lejos mientras navegábamos y dijiste que te gustaba, que si te compro un puesto directivo en una de mis empresas porque no quieres ser ama de casa y sentirte una inútil, que si te compro ropa y complementos de lujo que te pones 5 segundos en el dormitorio y que te quito rápidamente para «comerte tol potorro» (porque eso si, el chaval es celoso de cojones), que si te compro un coche de lujo (o dos o diez), que si te llevo en mi Jet privado…
A ver, yo solo con el cuerpazo de Dornan, ya le dejo que me espose a la pata de la cama y que me dé de bofetadas y no quiero juzgar sus preferencias … Sinceramente, yo me encuentro en su misma posición y como si me pide meterme un bate se béisbol por el culo sin lubricar y salir a la calle vestido de fallera cantando los pajaritos…
La película ( bueno, toda la historia) se basa en «yo tengo celos de ti porque soy un puto inseguro de mierda que necesita un psicólogo por mis traumas» y «yo me siento insegura y dudo siempre porque eres un multimillonario guapo a rabiar, con un cuerpo perfecto que no es ni normal al que se quiere todo Cristo viviente» y entre duda y duda, se pegan un viajecito y se echan tres polvos.
Los momentos de tensión se cuentan con los dedos de una mano y al final se arreglan por arte de magia. Un guión forzado para que todo sea un cuento Disney porno. En serio ¿cuántos hombres hetero prefieren pasarse horas comiendose un chocho a que les hagan una mamada? Os lo digo yo. NINGUNO ( y el que diga que si, miente como un bellaco) . #CienciaFicción
Total que se reduce todo a un chulazo inmaduro enterrado en pasta que seduce a una secretaria mona que se termina enamorando de él por esa manía que tenemos algun@s de sentir atracción por las almas atormentadas y los chicos malos, pensando que los podemos redimir. Todos hemos caído en esa trampa. Ese guaperas con un pasado turbio y problematico que solo nos necesitaba a nosotros para reconducir su vida y ser un ciudadano ejemplar mientras nos follaba brutalmente con su cara de «te voy a meter de todo menos miedo». Poco más, no hay de donde más sacar
Y nada. Después de:
«La casa de las bragas voladoras: te voy a dar lo tuyo y lo de tu prima, cordera» y «La casa de las bragas voladoras: con paciencia y saliva…se la metió el elefante a la hormiga», está es mi crítica cinematográfica de la tercera entrega de «la casa de las bragas voladoras: sin bragas»
Ahora entiendo de lo de encontrarse los acomodadores, en Reino Unido, pepinos en las salas de cine en los estrenos de las películas cuando entraban a revisar la sala entre sesión y sesión.
Ha hecho más 50 sombras de grey por el sector de la agricultura española que el video musical de Lucía Lapiedra.
Quienes se ponen tontos con las Grey se leen Mi vida secreta y se corren ochenta y seis veces a la media hora.
En la vida real Ana Steele sería más bien Ana Orantes.
Como obrero de 45 años me siento ofendido por este artículo.