Diría que la pluma es el único tema sobre el que aún sigue habiendo medias verdades entre los gays. No ocurre así en ámbitos como Grindr y sucedáneos donde, a las claras, a los afeminados se los rechaza abierta y tajantemente o, como mucho, no se explicita su aversión hacia ellos de forma hiriente.
La pluma es la alarma de aviso que muchos gays tienen para atraer involuntariamente el rechazo, la persecución y la agresión en muchos casos. Por sus actos conoceréis a los gays, naturalmente, pero, a falta de actos, la pluma por sí sola te puede granjear enemigos, insultos y hasta agresiones. Si no lo hemos sufrido en nuestras propias carnes, lo habremos presenciado en algún compañeros gay en el colegio, el instituto e incluso en la universidad.
Entre tus amigos gays contarás, seguro, con una o varias representaciones de los siguientes perfiles:
– quienes detestan la pluma, pero que, para mostrarse más tolerantes que nadie de cara a la galería, hacen como que no les importa. Eso sí, cuando se echen un novio, el no ser afeminado será su primera y no negociable condición.
– también habrá a quien de veras no le molesten en absoluto los amaneramientos ajenos, pero tampoco se echarían ni locos un novio con pluma: les parece bien que exista, pero no es para ellos.
– y si la estadística se cumple, puede que entre tus amigos se encuentre además una representación de ese 0,000000000001% de gays a los que no sólo no les molesta la pluma ajena, sino que no les importa en absoluto tener un novio con pluma e incluso les ponen los hombres que la tienen.
En lo que a las lesbianas se refiere, sinceramente desconozco si los “modos masculinos” son motivo de rechazo. Así que cualquier comentario o aportación al respecto por parte de las susodichas es más que bienvenido e instructivo.
En el terreno hetero no voy a entrar porque puedo salir malparado: yo diría que a los únicos a los que no les molesta e incluso les gusta la pluma es a las mujeres, precisamente porque no contemplan el sexo con sus amigos gays (o igual lo contemplan, pero rara vez es recíproco). También las hay que gustan de tener en su grupo de amigos un gay con mucha pluma porque da mucho juego y disfrutan con tanto histrionismo.
Por su parte, hombres heteros a los que no les incomode estar con amigos gays con pluma habré dado con dos en toda mi vida. Haberlos los habrá, pero, seamos sinceros, todos sabemos que son rara avis.
Haciendo uso de una lógica de preescolar, muchos gays afirman que no les atrae la pluma porque ellos son “hombres a los que les gustan los hombres”. Los hombres como mero instrumento de placer erótico o sexual, querrán decir, algo muy reduccionista en todo caso porque, si lo que te gustan son las personas, te tendría que dar absolutamente igual que levanten el meñique cuando untan la mantequilla. Y eso es extensible a tu pareja, con la que no sólo compartes momentos en la cama.
En el terreno de las filias y fobias sexuales de cada uno nadie puede entrar: si la pluma ajena hace que se te baje, ningún discurso en contra puede lograr lo contrario. Por eso es, quizás, un tema que no se toca pero que tiene mucha más enjundia de lo que podría parecer de entrada por todo el laberinto psicológico que encierra.
A continuación, unas cuantas reflexiones al respecto sobre diferentes miembros de la redacción. Las de los lectores son igualmente muy bienvenidas:
«Cuando te preguntan si te ponen los tíos afeminados, la primera reacción es sentirte culpable por «discriminar» al decir NO. Mi punto de vista es sencillo. Soy homosexual, me gustan los hombres y aún recuerdo mi primer beso a una chica en el instituto; fue como besar a un besugo del Mercadona recién sacado de la nevera: frío y húmedo. He tenido relaciones sexuales con muchos tipos de hombres y, si hay algo que puedo decir, es que un tipo excesivamente afeminado no me atrae. Es un tema de filias, al igual que me gustan los hombres masculinos, normalmente algo mayores que yo, no me gustan los post adolescentes ni me provoca excitación sexual alguien con un comportamiento excesivamente femenino. Lo he «sufrido». Aún recuerdo un ligue de verano hace siglos, que era guapísimo y con cuerpazo, pero era muy, muy, muy, muy afeminado… Incluso tenía problemas para tener una erección en la cama (yo que me empalmo a la velocidad de la luz…). En mi día a día no tengo absolutamente ningún problema con el comportamiento femenino de un hombre y me la pela como sea, pero, en lo que respecta a bajarse los pantalones, pues no es un plato de buen grado…»
«Pues creo que no soy plumófobo (pero es mi punto de vista), siempre me ha parecido que la gente que odia a las personas con pluma es porque tienen inseguridad de su propia masculinidad y no me caen bien. Yo creo que todos tenemos un punto de «pluma» y me da igual tenerla. Soy así y punto. A nivel sexual he estado con tíos con pluma, que para mí no es lo mismo que tíos femeninos; teniendo en cuenta que me gustan los tíos peludos, lederones y con barba pues las posibilidades de liarme con alguien como Alex Gibaja son como que nulas.»
«La pluma se inventó como el perfecto detector de la homofobia. Alguien dice «yo soy tolerante» «yo tengo muchos amigos gays» «yo respeto» y le `pones a alguien con pluma delante y, como por arte de magia, se acaba la tolerancia. Te demostrará entonces que solo te acepta si en apariencia eres hetero y guardas unas formas que, según él, son las correctas. Por eso no hay nada más revolucionario y tocacojones que tener pluma y no esconderla. Por eso la verdadera liberación y revolución del mundo homosexual es hacer de la pluma un arma. Y, por eso, deberías desconfiar de alguien que se diga marica y no tenga ni un solo amigo con pluma. Será gay, sí, pero ya aceptarse es otro tema.»
Todo el mundo tiene pluma. Es cierto que la Dupont de oro no está al alcance de todo el mundo. Pero afortunadamente el repertorio es muy amplio en calidad y cantidad. Si piensas que no tienes pluma sería razonable que te lo miraras. Insisto todo el mundo tiene pluma. Incluso los que van de machos heterosexuales y ejercen como tales.
Lo de la Dupont de oro es una puta maravilla!!!
Vaya por delante antes de expresar mi opinión que yo suelo diferenciar entre respeto, afinidad y atracción.
Sinceramente y a primera vista, una persona con pluma no me atrae (igual que otras muchas características mías pueden no gustar a los demás), como no pueden hacerlo otras muchas actitudes, pero no veo el problema para intentar descubrir ciertas afinidades con dicha persona. Si las encuentro, entonces no me resulta difícil filtrar la pluma y no tenerla presente cuando trato con esa persona. Y si aun así, no encuentro esa afinidad, no quiere decir que no se merezca mi respeto, cada uno por su lado sin malos rollos y ya está.
Sí que me da la sensación (y es aquí donde igual creo polémica) de que la televisión tiende a dar una imagen un tanto estereotipada de la gente con pluma (me viene a la mente First Dates, principalmente). Quizás tienden a asociarlo con superficialidad, postureo, etc. y no creo que se ajuste a la realidad del todo.
Por otro lado, ya se va viendo que los homosexuales somos cada uno de nuestro padre y nuestra madre, ¿por qué la pluma debe seguir siendo una característica exclusivamente gay? Quizás ahora los heteros con pluma deberían ir saliendo del armario, que seguro que hay muchos.
Por último, cuando a mí me preguntan si tengo pluma, suelo contestar que no me dedico a mirarme en el espejo a ver cómo hablo o me muevo. Se tenga lo que se tenga, mejor que salga con naturalidad, que eso es lo importante: ser natural.
Un saludo y perdón por el ladrillo.
Nada de ladrillo. ¡Mil gracias por tu aportación!
Pero es ahí a donde trata de llegar el artículo: ¿por qué la pluma no atrae?¿Sólo nos pone de un hombre el componente sexual y, más concretamente, que sea masculino?
Hace unos años escuché en el programa de Punset que el ser humano utiliza la parte más primitiva del cerebro para la elección de pareja. Igual van por ahí los tiros…
Seguro que hay gente que no le guste Chris Hemsworth y gente que sí le atraiga Paquirrín, pero si haces una encuesta de a quién de los dos elegirías para acostarte, seguro que el primero ganaba al segundo por goleada. Con la pluma puede pasar algo igual.
Pero además puedes añadir el «qué dirán de mi novio con pluma»…
«Seguro que hay gente que no les guste Chris Hemsworth»…¡¡ni de coña!!!
Joder a mí me gustan los tíos muy machotes, me gusta el bello me gusta el musculo y eso.Esa es mi pura atracción física. Dices que valorareís tb nuestra opinión de hetero con respecto al tema de chicos gays con pluma y eso es muy difícil porque a mí no me atraen sexualmente pero siempre hay que ver esto: si hay amor hay que estar. Yo no tengo plumofobia, me gustan las personas y no entiendo esa aversión entre los chicos gays que abominan de la pluma.Cada uno se expresa como cree ser más feliz.
Pero, Marta, hay hombres con vello y músculo y con pluma. La pluma no es una cuestión de atributos físicos. Un hombre puede tener barba, pelo en el pecho y mucho músculo pero ¿lo rechazarías porque en lugar de afeitarse con navaja se hace un turbante con la toalla en el pelo cuando sale de la ducha?
Pues es un tema muy interesante este. No sé si yo tengo pluma o no, igual no es tan evidente como en otras personas, pero sí que tengo amigos de los que no cabe duda. Una de nuestras conversaciones más recurrentes es la propia homofobia entre maricas, que es bastante asquerosa y de la que no se habla demasiado normalmente y me niego a utilizar el termino plumofobia porque suaviza el significado.
Por otra parte, nunca he sentido ningún tipo de atracción por los tíos más afeminados, pero es que tampoco siento ninguna atrración por los veinteañeros o por los tíos con rastas o yo que sé. Es curioso, porque aparentemente mi primer novio tenía bastante pluma, pero nunca fui consciente de ello hasta hace relativamente poco.
Yo creo que cada día es más ridículo pensar de esta forma tan reduccionista. Es como cuando
en lás peliculas siempre emparejan al negro con una negra o al gordo con otra gorda, es un estupido estereotipo cultural que sobra.
Hay un caso entre uno de mis amigos (heterosexuales) que viene a cuento, se sentía estresadísimo porque sentía mucha presión social hacia lo que le tenía que gustar cuando a él lo que le gustaban eran las tías gordas y lo pasaba fatal el pobre, porque le daba mucha vergüenza presentarnos a sus novias. Esto que a él le pasaba en la adolescencia y ya no le importa actualmente, le sigue pasando a esa horda de maricas descerebrados que muchos de nosotros conocemos.
Lo primero que se hace es criticar, especialmente en España y la pluma es algo con lo que no tienen ningún reparo porque tradicionalmente ha sido motivo de escarnio y burla, con lo que no dejan de ser mucho mejores que la gente que apedreaba a la Veneno cuando iba a su pueblo
En todo caso, viendo como funciona la gente de Scruff o Grindr o cualquiera de estas apps, no creo que esto sea algo que vaya a desaparecer, es más, cada vez veo más fascismo con respecto a la actitud y el físico y muchas veces, incluso parece que estés cubriendo un formulario para trabajar en la NASA, pero esto ya es otro tema.
Creo que hay algo atávico en la preferencia hacia perfiles masculinos, como también lo hay culturalmente en el rechazo hacia la pluma, puesto que desde que existe la cultura judeocristiana nos enseñaron a denostar la pluma como característica pusilánime y vergonzosa en un varón y eso es algo de lo cual, aunque sea un palomo cojo, no logro abstraerme.
Por cierto… eso que lleva el bicho de mi perfil es un abrebocas?
A ver, puntos 1 y 2… Que ya empiezo yo estar hasta eo nardo de lo de » no te importa lo de la pluma pero no te echas un novio con pluma»
1. Me echo el novio que me da la gana…Soy una persona física, no una ONG
2. Una cosa es una relación de amistad y otra una relación sentimental que implica atracción sexual. Soy Gay y me atraen los hombres masculinos y en la mayoría de los casos mayores que yo o que, al menos parecen maduros físicamente. No creo que tenga que darle explicaciones a nadie de a quien meto en mi cama. Nadie me llama misogino por no follar con mujeres. Por ese razonamiento, todo hombre heterosexual es homofobo porque no se echa un novio….
En serio…No…
Según esa definición, todo hombre gay es misógino porque no se siente atraído sexualmente por ellas…
Lo que hay que leer, por 2.
¿Qué definición de las 500 que se han vertido por aquí?
Yo siempre he tenido miedo de ser plumófobo. La gente con pluma me suele hacer sentir amenazado porque soy una mala persona, llena de orgullo (pero no satisfacción), y me gusta sentirme el más ocurrente en cualquier conversación. Por algún inquietante motivo, la pluma suele estar asociada a enormes dosis de ingenio y rapidez verbal e intelectual. Por eso suelo ver a las personas con pluma como rivales peligrosos, prácticamente invencibles.
He de decir en mi descargo que con la edad me he ido haciendo más humilde y ya no me siento tan en desventaja frente a la superioridad dialéctica de la pluma ajena. Y en lo otro, el catre, la pluma jamás me ha influido de ninguna manera en absoluto.
Cierto! Muy interesante y revelador lo que comentas. Igual es casualidad, pero la gente más ingeniosa y de mayor rapidez mental que conozco tiene mucha pluma.
Pulula por muchos de los comentarios un prejuicio muy arraigado: los chicos con pluma son como Ales Gibaja y los masculinos como Chris Hemsworth.
La cosa va a allá de asociar la pluma a atributos físicos como la barba, el vello corporal o el músculo. Y los medios se han encargado durante décadas de explotar esa asociación de gay afeminado lampiño y delgado y gay masculino velludo y musculoso.
A todos se nos nota.
Con la edad o la experiencia, la plumofobia se va mitigando.
Hace décadas la pluma me parecía un espanto. ¡Yo no quiero ser como eso! La culpa era la única imagen visible que existía de los gays: algo totalmente ridiculizable y vergonzante. A mí me han llamado maricón en el cole, y años más tarde me han pegado a la salida de un local de ambiente. La sociedad te obligaba a ir machirulizando tu pluma si querías sobrevivir. Recuerdo el estreno de la película Priscilla Reina del Desierto. Mis amigos y yo salimos horrorizados: nosotros no éramos eso. Hoy en día nos parece un auténtico canto a la libertad, pero para un españolito de veintipocos era volver otra vez a la imagen temida del maricón afeminado.
Con el paso del tiempo la pluma se asume, en ti y en los que te rodean.
La pluma se puede usar como elemento identitario, como arma de defensa, como reivindicación activista, o simplemente esta ahí, y punto. Es la pluma natural: eres así y punto. Yo tengo pluma, a mi novio «le sale» pluma, mis amigos tienen pluma, unos más acusada, otros menos, pero está.
La única pluma que no tolero es la que se usa como arma de ataque, la de lanzar insultos camuflada tras la máscara de la pluma, en plan «como soy una loca, puedo soltar lo que me da la gana», es como quien se esconde tras un pseudónimo para escupir odio en redes sociales (huy, ¿yo mismo?). Eso no lo aguanto, y no lo considero plumofobia, sino simplemente fobia.
Y en el tema sexo te llevas muchas sorpresas: tendemos a identificar siempre al plumoso como pasivo y al machirulo como activo (ojo a los pasivófobos, que también los hay) y, bueno, repito, sorpresas en los dos sentidos, porque si bien todos sabemos de machomen que se abren de piernas a la primera de cambio, anda que no es divertido y sorprendente ser follado por una auténtica queen.
Pero claro, la atracción sexual es la que es, y hay veces que no puedes evitar que se te baje cuando has puesto expectativas en alguien y te suelta tal mariconada que lo único que puedes hacer es meterle algo en la boca para que se calle. O, en el otro lado, anda que no hay supermachos que empiezan con el «come, puta, eres mi zorra, etc» que, siendo la antipluma, a mí también me quitan toda las ganas de follar.
El tema de la homofobia en los gays es más complicado porque no se limita sólo al odio a la pluma.
Y coño, que me enrollo a lo bestia, que el tema me da para casi una semana de posts míos :)
Gracias por tocar el tema.