«I see you» es el disco de moda. Es la gran esperanza blanca; el resultado de un trabajo mimado al máximo por sus hacedores que demuestran que son un bloque bien compactado a pesar del precedente éxito en solitario y colaborativo de Jamie XX que preveía un posible liderazgo del proyecto más acentuado que el de sus compañeros de fatigas. Y no, aunque es culpa suya que el disco suene a cristal tallado; tan cegador como frágil.
A Jamie se le nota que se ha sumergido entre tiburones electrónicos, y sin jaula, y que sus “experimentos”, por cuenta propia, le han servido para producir un discazo de notable alto. Hemos leído que mientras él se aventuraba por otros derroteros, sus compañeros; Romy Madley Croft y Oliver Sim iban tejiendo las composiciones del álbum a la vez que sus vidas iban dando un vuelco, en positivo, que también se refleja en la luminosidad del mismo. Es imposible apartar de golpe las señas de identidad del trío británico: melancolía, guitarras más que reconocibles, bajos tan potentes y retorcidos como delicados y un par de voces que casan perfectamente con unas melodías que dan un paso hacia delante. Y eso es lo que se hace notar desde las maravillosas trompetas del arranque, “Dangerous”; un avance en el sonido y en el concepto global del proyecto; aunque servidor no lo ve tan arriesgado y drástico como la prensa especializada vende estos días. Siguen abundando los medios tiempos: “Test Me”, “Brave for you”, “A violent noise” (con su perenne intento de subidón) o la tribal “Lips”, para mí lo mejor del disco. Pero si a esto le unes la parte que, a buen seguro, sonará en Los 40 Principales, como Old Hon (que ya lo hace y que tiene a sus talifanes muy cabreados), no podrán pasar desapercibidas piezas como la machacona «I daré you», la bellísima “Replica” o la mencionada «Dangerous». Brutales todas.
https://youtu.be/ZvGxChn59nQ
Y veo este tercer disco de The xx por todo eso: porque el repertorio me ha capturado muy rápidamente, porque no hay canción que no entre a la primera, porque no hay escucha nueva a la que no le encuentre un nuevo significado o un matiz distinto. Porque, por mucho que otros no lo digan abiertamente, yo sí veo el reflejo de Everything but the Girl, algo más que la sombra de Tracey Thorn y no solo por el parecido razonable con Romy, tanto física como vocalmente.
No lo veo porque me da que, una vez pasado el atracón, el disco me hará bostezar. De hecho ya empieza a aflojar su marcha. Sufre, por mucho que insistan en el GRAN cambio, de un poso lineal, marca de la casa también, del que parece que no se pueden desprender. Será por la forma de cantar y la escasez de registros vocales, sobre todo de él, lo que hace de The xx un producto con tendencia a aburrir pronto. «Coexit» me pareció tan soporífero que me hizo tener no pocos prejuicios con su vuelta al ruedo. De momento hay amor, lo que no sé es cuánto durará éste.
Me ha encantado el disco, a pesar de su notable cambio, kizas menos experimental…sin duda REPLICA es la mejor de todas!
Replica y Lips son mis favoritas, también I dare you, aunque esto va cambiando sobre la marcha…
Excelente análisis. Reconociendo el disfrute pero sembrando reticencias, sin pleitesías ni arrebatos de talifán, como mandan los cánones.
Qué duda cabe que la sombra del sopor y la inevitables referencias a Everything But The Girl planean sobre los trabajos de este trío, cuyos dos primeros álbumes me facilitaban la digestión con su sosegada y aburrida música, rivalizando duramente con los documentales de la 2 para procurarme placenteras siestas de fin de semana. Pero el salto cualitativo en el aspecto melódico y la sutil deriva electrónica de “I see you” han logrado que, además, podamos contar con ellos (por fin) para elevar el ánimo gracias a la estimulante genialidad sonora de “Dangerous”, incluso bailar con maravillas como “On hold”, con una alternancia vocal y una belleza melódica que sobrecoge, o disfrutar de ese aperturismo pop de “I dare you” con mimbres de himno. El resto de temas en general, aun reconociendo la calidad de algunos de ellos (sobre todo “Say something loving” o “Lips”), no se despegan demasiado del cliché de sus dos primeros álbumes. El problema está en ver qué tal resisten las escuchas.
Pero algo habrán hecho bien estos tres chicos con una imagen escasamente atractiva y más bien anti-cool que, tan solo con el poder de su música, se han labrado un prestigio que los ha convertido en los niños mimados del downtempo indie, y que cada movimiento que den genere más expectación que una rueda de prensa de Trump. Aunque parafraseando al monstruo, quizás tengan algo de Meryl Streep.
En mi aparato reproductor alterno este de The xx y el MARAVILLOSO nuevo disco de Trentemøller y me da que éste último va a durar más en mis oídos.
No está mal pero es y será un disco prescindible.
Pues a mi me gusta y bastante, pero claro, a mi es que siempre me han gustado y mucho. Parece de todas maneras, y no lo digo por el autor del artículo que está bastante acertado en su análisis, que basta con que algún grupo tenga éxito y esté en boca de todos para que la jauría se eche sobre ellos. Conste que me incluyo en esta última apreciación y realmente lo que pasa es que hay discos o grupos que no te entran y otros que sí, parece que nos fuese la vida en destrozarlos o entronizarlos.
Volviendo a The XX decir que su debut es una de las cosas más bonitas que yo he oído en tiempos, con el segundo pincharon por repetitivos, y este tercero arriesgando un poco más y sin perder su esencia les ha quedado más que digno., con unos cuantos temazos para echarse al gaznate como «Dangerous», «Lips», «I Dare You», «On Hold» o «A Violent Noise».
Para terminar decir que el parecido físico de Romy con Tracey es el mismo que el de una berenjena con una acelga, que son los vegetales que me vienen a la cabeza pensando en cada una de ellas. Eso sí, el timbre vocal se parece, pero no la forma de construir las canciones, ni el estilo musical. ¡Además que bueno que nos puedan recordar a EBTG!
Pero si son casi dos gotas de agua, copón… igualitas de feas y sosas las dos.
Pues a mí la paya de the XX y la Thorn me parecen clavadicas. Tanto física como vocalmente. Eso sí, me quedo mil veces con EBTG.
Otro igual!! En fin!! Llevan el pelo corto y ya. El timbre ya he dicho que se parecía.
Personalmente me produce rechazo poner Radio 3 y todos los días con las consabidas alabanzas y sonando canciones del disco. Y me ha ocurrido algo inusual: quitar el disco antes de acabarlo por parecerme insoportable. También ha sido la primera escucha, vamos, que tengo que aplicarme aún porque son una gran banda que aporta mucho y que sigo desde los inicios. Por cierto no se me va a olvidar nunca la actuación en el festival SOS: el 90% del público hablando entre ellos y pasando hasta el puto culo del concierto.