Como llevamos semanas y meses a vueltas con el humor y los chistes, les traigo aquí el ejemplo de Woody Allen para que veamos como todavía hay gente cabal y con las neuronas bien puestas.
Recapitulemos; aprovechando que Woody Allen se pasaba por Cannes para presentar nueva película, su hijastro (el hijo de Mia Farrow, que parece haber heredado sus ojos y cierta tendencia a la psicopatía) ha escrito un incendiario artículo en The Hollywood Reporter, donde, de nuevo, lo acusa de pederasta.
A su vez, en la jornada de inauguración, el comediante francés Laurent Lafitte dejaba caer un chiste a modo de más leña al fuego:
«Está muy bien que hayas rodado tantas películas en Europa. Incluso sin haber sido condenado por violación en Estados Unidos.»
Que podría ser de lo más normal si no tuviera sentado en las butacas de las primeras filas a Woody Allen escuchándolo y sin inmutarse. El comediante ha ido raudo y veloz a declarar que el chiste no iba dedicado a Woody sino más bien a Polansky, pero en realidad, eso no importa tanto como la contestación de Woody a semejante puyazo; atención porque en este parrafo hay tanta sabiduría y tanto saber estar (siendo figura pública) que no cabe en este post:
«Estoy totalmente a favor de que los cómicos hagan las bromas que quieran. No soy una persona juiciosa o censora respecto a los chistes. Yo mismo soy cómico y creo que debe haber libertad para hacer chistes. Haría falta mucho más para ofenderme. Lo que más me molestó de la noche fue la duración del show previo a la película. Estoy sentado ahí. Sé que tengo una película que dura una hora y media, me gustaría que la ceremonia de introducción fuera de 20 minutos, media hora como máximo. No una hora. Cuando llega el momento de mi película, estás inquieto en el asiento. Para mí, ése fue el error del show. Dura demasiado. Cortadlo.»
BRAVO!!
Pero hay aún más…
Nunca leo lo que se dice sobre mí o las críticas de mis películas. Tomé la decisión hace cinco años, creo, de no volver a leer una crítica. Nunca leo una entrevista. Nunca leo nada, porque te puedes obsesionar sobre ti mismo fácilmente. Es una mala idea consumirte con tus propias cosas. Debes hacer tu trabajo, no hacer una llamada y descubrir cómo va la recaudación, cómo le va a la película, cómo son las críticas. Olvídate de todo eso. Sólo trabaja. A mí me ha funcionado. He sido muy productivo a lo largo de los años gracias a no pensar en mí mismo. No quiero oír que un crítico piensa que mi película es una obra maestra y no quiero oír que un crítica piensa que mi película falla.
Y si alguien quiere saber que le respondió Woody a su hijastro, puedes leerlo aquí: