¿Rara Yooooooooo?

Hemos de reconocerlo, cada uno es de su padre y de su madre y ninguno somos normales. O al revés, todos somos normales porque no hay nadie que sea corriente. Tú dirás que el vecino es raro pero BO-NI-TA ¿Te has mirado en el espejo? Y lo peor, esas cosas “curiosas y graciosas” que tenías de joven ahora son MANÍAS o peor, TOCs. Sí, Trastornos Obsesivos Compulsivos, que no puedes dejar de hacer porque si no lo/s hace/s te pones de los nervios. Pues este post es para demostrar que en ATROZCONLECHE somos una panda personas muy “especiales”.

Mi TOC más TOC.

 Tengo un enfrentamiento personal con un compañero de trabajo. Nos odiamos sin conocernos. Nuestras luchas fraticidas se reducen a un espacio de escasamente dos metros cuadrados, y abuhardillado, además. Y es que en el mundo hay dos clases de personas: las que colocan el rollo de papel higiénico bien, y las que están equivocados.Hilde.

¡Vade retro tocones!

Llevo muy mal que me toquen. A ver, que todo tiene su momento y su lugar, por supuesto. Pero, en general, no soporto a la gente tocona. Y por tocona me refiero a gente que te toca sin sentido, sin venir a cuento, que te están contando que ha subido el pan y  posan su mano sobre tu pecho, por ejemplo. A los que menos soporto es a los que, de manera condescendiente, apoyan su mano sobre mi hombro. Claro gesto de superioridad. Pero lo que de verdad no soporto, lo que peor llevo de todo, es que me toquen las orejas y el pelo. No, o sea, no, por favor, no. Mi pelo es mío. Y lo de las orejas ya me angustia. Mis orejas son mías. Sí, las dos. No aguanto que me toquen las orejas. Y mucho menos lo que viene siendo la concha (sí, no me miréis así, ese es el nombre del interior de la oreja). Lo paso muy mal, por ejemplo, cuando me cortan el pelo y me tocan las orejas. Tampoco soporto que me laman, chupen, humedezcan o mordisqueen las orejas. O que me soplen o me susurren. ¡Mis orejas son mías! ¿Ha quedado claro? El perro de Toni.

PdToniContra TOCs.

 Mas que mis TOCs voy a contar mis contra TOCs, esto es como una especie de crónica y contra crónica como las que solemos hacer mi querido Hilde y yo, pero esta vez al revés.

Yo, maniático maniático no soy, pero he de reconocer que tengo mis rutinas y me gusta el orden. ¿Algo exagerado? Pues la verdad es que nunca me lo he planteado, pero creo que no. Lo que si tengo claro es que vivir con Hilde es como vivir en una Gymkana continua. A ver como me explico sin que mi marido se sienta ofendido…

a) El fenómeno Poltergeist: ¿Os habéis planteado alguna vez lo que es llegar a casa y encontrarte todas las puertas de los armarios abiertas? Vale que estamos en la semana del orgullo pero es que en nuestra casa nunca ha habido nadie en el armario escondido. Seria imposible. Pues eso, que me paso la vida cerrando armarios, cajones y cualquier cosa que tenga bisagra, muelle o rodamiento.

Amen de los golpes que te acabas dando por todas las habitaciones, ten encuentras levantada la tapa del servicio, el del rollo del papel higiénico y un sinfín de complementos que jamás pensabas que pudiesen estar “abiertos”. He de reconocer que el efecto plástico es alucinante y hay veces que cuando llego a casa no sé si estoy accediendo al hogar o una instalación de arte contemporáneo.

b) El efecto rollo: Hilde no puede soportar que el rollo de papel higiénico este mal colocado. Siempre ha de estar puesto en la posición precisa, sino se ataca, pero se ataca muy fuerte. Eso si, cuando se acaba el rollo de papel higiénico es incapaz de poner el cartoncito en la papelera y reponer el nuevo según sus indicaciones.

c) Los cordones: Cuando a Hilde se le regalan unas deportivas sabes que las va a anudar una sola vez. Es calzárselas y no volverás a verlas desanudadas jamás de los jamases. Usa el truco de descalzarse a modo de palanqueta ¿el resultado? Tiene las zapatillas tamaño Shrek, no es que sean anchas, son barcas. Y así podría seguir hasta el infinito y más allá, pero no quiero que me cueste la relación. Que a pesar de estos pequeños detalles, he de reconocer que convivir con Hilde es lo mejor que me ha pasado desde hace mucho tiempo. Sr. Dondón.

Derribando puertas con calcetines nuevos.

 Empezaré con un trastorno que creo que padece el 95% de la población mundial: el de empujar la puerta de casa como si fueras un agente del FBI tratando de derribarla con una orden de detención después de haber echado la llave para salir. Todo con el fin de comprobar que, efectivamente, está bien cerrada y que tu iMac y tus libros de ilustración están a salvo. El primer pie que ponga en el suelo cada mañana al levantarme de la cama tiene que ser el derecho. Como no lo haga así, asociaré todas las cosas malas que me vayan sucediendo a lo largo del día a ese acto tan nimio, desde una contestación maleducada a la caída de un meteorito en Jaén. Cuando tengo un acto importante, tengo que estrenar calcetines. Da igual que el resto de mi atuendo para la ocasión sea un jersey lleno de bolas o unos vaqueros ya raídos en la entrepierna, los calcetines tienen que ser nuevos o la inseguridad me acompañará a lo largo del evento en cuestión. Fakeplasticboy.

No son baldosas, son peldaños.

TOC, TOC, ¿quién es?, una rosa y un clavel, ¡Abre la muralla! La verdad es que me cuesta a mi reconocer trastornos obsesivo-compulsivos, siempre he sido más de paranoias. Pero bueno se me ocurre que atravesar la pasarela mecánica del metro pisando siempre de dos en dos, porque creo que así voy más deprisa, debe ser uno de ellos. Y oyes que a veces vuelo… Lo hago todos los días cuando voy a trabajar, ¿es grave? C de Palote.

CdePEl correcto orden de las cosas.

Que levante el pubis el que no tenga alguna manía. Y que tire la primera piedra el que se crea normal… NORMAL. ABURRIDO. De eso no tenemos en esta congregación, no señora. Y la parte que me toca es de lo más simple y sencillo; nivel usuario, vamos: Hubo una época en que las matrículas las ordenaba hasta que dieran el año que más cerca estuviera temporalmente al presente; que ordenaba los cds de tal forma que el que tenía al lado tuviera relación (el mismo productor, el mismo estilo, una colaboración); que colocaba los libros en la estantería por colores, haciendo un degradé divino de la muerte… Pero no hay nada que no curen las drogas conductuales. Sólo un pequeño remanente: si estoy hablando contigo y hay un cajón a medio abierto, una puerta semicerrada o un cuadro torcido, me levantaré sin darme cuenta a ponerlo bien. Pero no es por mí. Es por el orden cosmológico, ya que si no lo hago, ocurrirán grandes desastres como un accidente de patinete o el advenimiento del nuevo disco de Malena Gracia. Skyzos.

Skyzos

 9+1 es 1 y la densidad del yogurt líquido.

 Quería poner una única pero no puedo dentro de mi variado mundo de TOCs-manías. Por lo que sólo voy a contar una innata y otra adquirida:

Sí, soy un maniático contador. ¿Qué cuento? Baldosas en figuras geométricas, número de estaciones que me faltan hasta llegar y mi favorito: números de matrículas. Éstos los reduzco a una cifra y no paro hasta encontrar una matrícula para cada número del 1 al 9. El 0 no lo tengo en cuenta, ya que sólo hay 1 de cada 10000 coches y se me iría la olla, eso sí, un día vi uno y casi muero del éxtasis…

frigoEsta manía es “heredada por contacto”. Mi Sr. Esposo es el hombre más ordenado de la GALAXIA, bueno, para mí lo es y, por juntarme (mucho) con él, me ha pegado esta manía. El orden en el frigorífico (agarraos): Hay un cajón para la verdura verde y otro para la multicolor. Los lácteos van individualizados, ordenados por fecha de caducidad, tipo y agarraos los machos: densidad!!! Al igual que los botes, individualizados y por tipos. Por favor, no mezclemos la coca cola zero con la tónica que me puede dar un soponcio. Cada vez que abro el frigorífico siento una paz interior… eso sí, YO SOY MUY NORMAL! MuTarr.

 

Ah! Por cierto se abren las líneas de votación!! VOTA: ATROZ + NOMBRE al TOC que más te haya gustado. El dueño del TOC/manía más votad@ se lleva una invitación para compensar, que las terapias están muy caras ;).

19 comentarios en “¿Rara Yooooooooo?”

    1. Me ha encantado tu aportación sobre las rarezas de Hilde. Lo de abrir todos los armarios de la casa, en plan El Sexto Sentido, me ha dejao muerta. Eres un santo!

      1. Ya, un santo, pero yo tengo que aguantar que por las mañanas se levante como el demonio de tasmania hasta arriba de speed! Que tanta actividad recién levantado no es sano!

        1. Ah, por cierto, no duermes en el sofá. En el sofá duermo yo que hay aire acondicionado

  1. Por favor! Me ha encantado Mu Tarr, lo de la nevera no lo haría ni siquiera mi madre que es suiza!

  2. Isa desde los Alpes

    Puedo confesar el mío? El bastoncillo de limpiar las orejas!
    Todos los días me limpio las orejas con ese bastoncillo (si, lo sé, no debería) es parte de mi rutina, me levanto, pipí, lavar los dientes y la cara Y BASTONCILLO!
    Ah y lo de los armarios abiertos también me pasa, salvo para dormir : tienen que estar cerrados si no, no duermo bien

  3. Me alegro de que ahora lo mío tenga un nombre, y es que soy una Nazi grammar. Es posible que tenga que utilizar la calculadora para dividir 100 entre 4 pero como vea una falta de ortografía lo paso físicamente mal. Creo que podría llegar a dejar de frecuentar a un amigo cercano si detecto que escribe barbaridades. Lo siento, no lo puedo evitar, el niño Jesús llora con las faltas de ortografía.
    El sábado estuvimos en una heladería artesana en la que explicaban en un pulcro cartelito que los barquillos tenían gluten y no eran ACTOS para celíacos(¡»actos» para celíacos, joder, si es que sangran los ojos sólo de verlo!) y…se lo tuve que decir al señor heladero. Lo bueno es que en mi puebli hace tanto frío que vas a la heladería de ciento en viento, así que no creo que volvamos a encontrarnos. ¿Me odiará? ¿Es correcto corregir? se abre el debate.

    1. Marta, coincido contigo plenamente. No sólo eso, para mí lo mejor sería prenderle fuego al cartel, junto a la heladería y al heladero dentro. Así aprenderían a escribir correctamente.

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