Amor intergeneracional cinematográfico de una sola vía

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Hace unos meses, el otrora empotrador Russel Crowe, soltó una de sus perlas: “Para ser honestos, creo que las actrices que digan que los buenos papeles escasean [una vez que llegan a una edad] son mujeres de 40, 45 o 48 años que todavía quieren interpretar roles de chica ingenua; puedo entender por qué no las están contratando para hacer de una de 21 años”

Aquí nuestro gladiator favorito se cree que está envejeciendo bien, y que puede hacer papeles de veinteañero o treinteañero. Seguro que tiene guardado el vestuario de la peli de Ridley Scott en el armario, lo abre y piensa «sigo entrando en él, no hace falta que me lo pruebe porque lo sé».

Acaba de estrenar una película, «El maestro del agua»,(que me apetece ver tanto como que cincuenta tucanes me desparasiten las pelotas a base de picotazos) en cuyo revelador trailer lo emparejan con Olga Kurylenko, haciendo el papel de madre amantísima y abnegada esposa. Ajáh, sí, ok. Muy creíble. Russel sobrepasa los 50 y aparenta 60 si me apuras, Olga tiene 31 y una cara de preadolescente que tira de espaldas.

Y NO PASA NADA. LO VEMOS NORMAL. Siempre ha sido así: maduritos interesantes y jovencitas a las que les gusta ese interés (focalizado en el poder, la cartera, la figura de un padre ausente.)

También han estrenado hace unas semanas «La dama de oro», sobre el espolio nazi en general, y una obra de Klimt en particular. Protagonizada por Helen Mirren (70 años) y Ryan Reynolds (39 años), a los que nadie ha liado en el guión. Que sí, que está basado en hechos reales… ¿Pero desde cuándo la realidad ha jodido una buena historia a Hollywood? Estoy convencidísimo que si el protagonista hubiera sido Harrison Ford (73 años) y la abogada fuera una Scarlet Johansson (31 años) tendrían una relación tormentosa y con altas dosis de escenas sexuales.

Creo que si la historia es buena, da igual la edad de los protagonistas, pero estoy ansioso de ver, por ejemplo, a Meryl Streep tener un affaire cinematográfico con Elijah Wood sin que el hilo argumental sea la diferencia de edad. Aunque eso no sucederá nunca en una sociedad donde nos escandalizamos en su día por la historia de amor entre Demi Moore y Ashton Kutcher pero no decimos nada de Fernando Fernández Tapias y Nuria González.

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4 comentarios en “Amor intergeneracional cinematográfico de una sola vía”

  1. Pues no se puede añadir nada más porque es así, ciertamente. Señores de 40 y pico haciendo de muchachos de 20 y pico. Y así sucesivamente. A las mujeres, de verdad, de verdad, de verdad, se las trata muy mal en Hollywood. Cuánta razón tenía Patricia Arquette… ¡cuánta!

  2. Lo peor es que nos perdemos a tantas actrizonas que son obligadas a jubilarse por la edad…Si no quieren hacer de madre de, de tía de o de abuela de…

  3. ¡Esto es tal que así!
    El machismo es trasversal, no entiende de estatus social, país o profesión.

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