Algo de spinning, un poco de boby pump...

Acaba de ESTRELLARSE la nueve serie de ficción de Cuatro, “Gym Tony”, (el mio con pimienta rosa… por seguir el chiste fácil.)
Que estamos viviendo la época dorada de las series en televisión, está clara. Que en España no nos hemos enterado del todo, también. No digo que no se estén haciendo series más que interesantes en suelo patrio. O que triunfen con un poco de dignidad. Ahí estuvo en su día “Amar en tiempos revueltos” (ahora “Amar es para siempre”) que dignificó el serial radiofónico; el sainete de “La que se avecina”, “Camera café” o “La tira”; el anhelo vintage de “Velvet” y el glamour cañí que trata de emular a “Downton Abbey” y “Mad Men”) o cómo demostrar que para historia, la de España y que se quiten los Tudor, al lado de “Isabel”…
No es el caso de “Gym Tony”.

Agrupénse todos los clichés que se quieran (el prota gracioso, la guapa pizpireta, la tontadelbote, el gordo, el simpaticote-objeto-de-burlas, el buenorro, la marica… si sólo faltan Chechu, el abuelo y Mauricio Colmenero para tener “Médico de famila visita el Bar Reynols”) y tendrán una serie que debería triunfar en prime-time… O no.
A estas alturas de película la culpa no se sabe si es del guionista, el elenco de productores o simplemente de la cadena que decide comprar el episodio piloto y falta al respeto de la inteligencia del espectador, pensando que prefiere más de lo mismo: 25 temporadas de “Los Simpson” en reposición non-stop pueden darle la razón.

Desde la redacción no perdemos la esperanza en la ficción española en todos sus formatos (pequeña y gran pantalla) y pensamos que hay proyectos más que interesantes, aunque tarden AÑOS en estrenarlos, como ha sido el caso de “Cuéntame un cuento”.
El que suscribe espera equivocarse en sus predicciones y que la serie tenga un futuro más que prometedor, sobre todo para que el reparto pueda pagar el alquiler, la luz y demás gastos que todo actor tiene como buen hijo de vecino… Yo no sé hasta cuándo lo soportaré a pesar de la grande Antonia San Juan y la vana promesa de ver al gallego más buenorro con las manos más enormes que he visto salir de la ducha del gimnasio como su madre lo trajo al mundo.