No, no es la hija de Belén Esteban con problemas de hirsutismo.
Si no eres seguidor de X FACTOR 2014 o viviste en Italia en 2008 puede que el nombre de Andrea Faustini no te suene a mucho.
Ahora que el exitoso concurso musical despunta hacia la Gran Final, este muchacho italiano de 20 años se colocaba como favorito desde el principio. Aunque, como le pasó a Ruth Lorenzo, al no contar con apoyos locales, tiene jodido el tema de ser ganador, aunque está posicionado entre los 4 finalistas.
Andrea ganó hace unos años un concurso en 2008 en su tierra natal y sacó un single de poco éxito. El zagal, decidió sacarse un C1 y embarcarse este año hacia Reino Unido, consciente de que X Factor allí es una plataforma muy real y potente, al menos mientras el programa dura. Además, cabe recordar que las puestas en escena son absolutamente apabullantes para estos amateurs lo que es una delicia para cualquier wannabe.
El chico es un súper simpático beardie, amante de los perros carlinos (los famosos pugs), las camisas y jerseys de estampados imposibles de H&M y y poseedor de un amaneramiento patente y constante.
A favor: una voz interesante, simpaticón, que suena muy bien en adaptaciones femeninas y amplitud vocal, que le ha hecho ser el superviviente en su categoría..
En contra: no termina de llegar al público, baladista de continuo sin ritmo corporal y encasillado en gestos faciales poco gráciles.
Aquí algunas de sus actuaciones más favorables.
Andrea cantó este clásico de Withney para quedar entre los primeros escogidos.
Una vez pasada una criba, se coló con mérito propio entre los 4 de la categoría de chicos de menos de 25 años, liderada por la Spice negra (que un momento en que su fama decaía, llegó a vivir dentro de la caja de un frigorífico).
https://www.youtube.com/watch?v=QPul0Qy2lh8
La semana dedicada a Michael Jackson dejó a todos con el chocho derretío.
Y su gran actuación de este pasado sábado, haciendo gala de un Chandelier muy personal de muy buen gusto.
Andrea tiene un gran potencial: para sacar un single y caer en el olvido de nuevo o para que alguien con tino le guíe hacia un mercado musical que le saque el pringue.
¡Buena suerte, puggie!
Es que es bonico, por eso tiene que ganar. O quedar segundo.