Hace ya unos poquitos meses que esta chiquilla está rodando por las radiofórmulas de nuestro país.
Y unos años desde que María se emplea a fondo en cualquier escenario o espacio que le ofrezcan, aunque sea un espacio muy chico, que ése es el trabajo de fondo que ha hecho y no en balde.
Hace unos días estuvimos en su concierto de Murcia, en el fastuoso Teatro Julián Romea. La Rozalén jugó casi en casa, ya que creció en lo profesional, personal y artístico a la orilla del Segura durante un puñao de tiempos.
Y demostró que, lejos de aunarnos como talifanas sin criterio, esta zagala lo vale. María llega con su flor en el pelo, se implica, fundamenta, llena, emociona, sensibiliza y hace reír. Mezcla anécdotas con estrofas y se deja un trozo de corazón en el escenario. Y eso gusta, oyes.
Trae en la mano un hatillo de canciones, de experiencias y de cosas que a uno le gustan, lejos de lo fácil, de lo sobao y rodao, una amorosa forma de decir «¡Hasta aquí!», y una manera brillante de decir «‘¡Que te quiero!», que nunca está de más.
No se la pierdan (pero ésta sí que sabe cantar).
Muy de acuerdo, pedazo artistaza!!!! Y no olvidemos que junto a su inseparable Beatriz Romero son pioneras en nuestro país en hacer la música accesible a todas las personas sordas signantes.
Beatriz con las manos parece que hace una coreografía… Realmente sigue manteniendo a pesar de la fama el mismo espíritu que veíamos cuando cantaba por los bares de Murcia.
es cierto q se va de gira a sudamerica junto a los Planetas y Lori?