La pasada semana El Hormiguero ha vuelto a ser el centro de la polémica gracias a este comentario de Alfonso Guerra mientras Pablo Motos le daba la razón y asentía:
El programita de marras nació con un envoltorio de supuesto entretenimiento blanco para toda la familia pero ese tiempo ya pasó y el caso es que ha ido mutando hasta convertirse en un extraño producto audiovisual con una carga ideológica que apesta a derechuza rancia. Les va bien porque arrasan en audiencia (por mucho que yo no lo entienda) y por supuesto que tienen todo el derecho a opinar de política, pero que no me vendan la burra del entretenimiento porque si escondes la carga política estás siendo deshonesto y manipulando al espectador. Eso lo sabe Pablo Motos cada vez que suelta un discurso mirando a cámara y haciéndose el hombre común, como si fuera un españolito medio (o de medio metro, que lo mismo es) al que le cuesta llegar a fin de mes y se preocupa por la deriva de un país en el que no hay libertad para decir lo que piensas, dicho esto en un programa líder de audiencia que ven millones de personas cada día. Pues vaya censura más rara…
No debo ser el único que está hasta el moño de toda esta gente que se queja de la falta de libertad en un gran medio, pero en especial el lloriqueo de Pablo Motos ha provocado un efecto Streisand de manual y algunos valientes han decidido denunciar que el programa de las hormigas practica una política de imagen más que dudosa. Lo vas a entender con este vídeo de un Facu Díaz a punto de estallar y diciendo verdades como puños que a lo mejor no conocías. Pues abre bien los oídos porque vas a flipar:
Facu Díaz fue el valiente primero que hizo esa denuncia pública y una vez abierta la caja de los truenos ha sido un no parar de testimonios que lo corroboran a propósito de unas técnicas más que dudosas para limpiar la imagen de Pablo Motos. Algunos incluso tenían ya algún tiempo como el caso del hilo que Alvaro Terán (dibujante de El Jueves) escribió en Twitter a propósito de una página donde Pablo salía dibujado así:
«Bueno, bueno, aprovechando la que se ha liado con Pablo Motos, a mí me gustaría hablar de mi experiencia con El Hormiguero. Algunos ya conocéis la historia, pero creo que hoy es buen día para recordarla. Contexto: El Hormiguero cumple 15 años y yo le dedico una página en @eljueves, la página es esta que pongo en dos partes (1/2) La página fue publicada en el número 2263 de la revista, en octubre 2020. En su día no hubo problema, fue más adelante, cuando El Jueves sube la página íntegra en la web, cuando se ponen en contacto conmigo el director de comunicaciones de El Hormiguero.Me piden el teléfono por Twitter, previo intento de pedírselo a un compi mío de la revista, que tuvo una bronca parecida con ellos (si se quiere dar por aludido que comente si quiere). Ahí es cuando hablo con, el que me gusta llamar, Camorras, la tercera hormiga del programa. Aquí se empieza a hablar, en tono paternalista, de que la página no ha gustado en el programa. Camorras me empieza a hacer un repaso viñeta a viñeta de lo que no les ha parecido correcto. «Es que llamar a Pablo Motos baboso, otra vez, ya cansa», «lo de la cocaína…» y, esto os lo juro, «lo de que Will Smith está encadenado en el sótano del programa…».Lo último me hizo risa, la verdad. Empezamos por lo que más interés tenía: lo de llamar baboso a Pablo Motos. Yo le dije que, sin ser seguidor del programa, solo con ver los clips en Twitter de lo que había dicho Pablo Motos, ya me hacía una idea de la persona que era. Él me dijo que, a ver, por qué era un baboso? Yo le puse el ejemplo de la entrevista a Elsa Pataki, a Las chicas del cable o a Lydia Valentín, las que me acordé. Su respuesta fue: «Ah, pero esas son de hace mucho». Se ve que el tiempo todo lo cura, ser un baboso también. Así que le di una reciente, creo que fue de la semana anterior. La de la hija de Santiago Segura y su pregunta sobre si tenía novio y qué actor le gustaba. El le quiso quitar hierro preguntándome si yo nunca le había preguntado eso a una niña. Mi respuesta rotunda fue: no. Reformuló la pregunta y me dijo si a mí no me habían hecho esa pregunta de pequeño. Yo: sí, pero tampoco me gustaba que me la hicieran.
Del resto de puntos hablamos muy por encima. Hablamos de la ficción, que en el humor suele estar basada en una parte de realidad. Yo le preguntaba porqué su comprensión de la ficción llegaba hasta lo que le interesaba. Veía ficción en lo de que las hormigas estaban en nómina, pero no en lo de que Pablo Motos era una babosa. Entonces, algo de verdad había. La conversación acabó con él reiterando que el programa era familiar y con una invitación a que fuera a visitar El Hormiguero, donde vería la gente que trabaja allí. Yo le dije que suponía que habría gente maravillosa trabajando fuera de cámara y no lo ponía en duda. Colgamos y yo a día de hoy no entendí la llamada. Una amenaza pasivo agresiva? Un aviso antes de una denuncia? Una bronca paternalista? O querían darme a entender que El Hormiguero estaba vigilando? «
Contexto: El Hormiguero cumple 15 años y yo le dedico una página en @eljueves, la página es esta que pongo en dos partes (1/2) pic.twitter.com/sgM5joW3cu
— Álvaro Terán (@TrickyTrapper) November 26, 2022
También Jimina Sabadú directora de cine y columnista ha sufrido esas llamadas como avisaba en un par de tuits.
ME LO HIZO. Tres putas horas de teléfono un festivo porque Pablo estaba “dolido” porque en mi columna dije que sus editoriales eran una ful. https://t.co/p19BFfNQAX
— Jimina (@Jimina_Sabadu) November 26, 2023
Jimina Sabadú no se quedó ahí y ha escrito un artículo en El País.
«Odio ese momento tierno y lamentable en el que un famoso del showbiz siente la llamada de la trascendencia. Cuánto bochorno innecesario. Pasas de tener a Iker Jiménez (el Scrappy Doo patrio) hablando de las caras de Belmez a encontrarle glosando alguna extravagante pesquisa geopolítica. Pero yo a Iker Jiménez le respeto porque siempre me han dicho que es buen jefe. Y una persona que se porta bien con subalternos y compañeros es una persona que se viste por los pies. Iker se gusta. De lo contrario no podría hacer algo como Horizonte.
Otros se aman mucho más aún careciendo del buen nombre que a Iker le dan sus colaboradores. A propósito de esto, el streamer Facu Díaz ha glosado el modus operandi de Pablo Motos al hilo de sus palabras sobre el humor que no le dejan hacer. Hay mucha gente ofendida por no poder reírse de enanos, gangosos y mariquitas. Lo que pasa es que Motos, si haces un chiste sobre él o si criticas su programa, abre las ventanas de El Hormiguero y lanza a los monos voladores en tu busca. Da igual que te rías de su pinta, de sus comentarios machistas, o sus asanas en Bikram. Los esbirros de Motos te encontrarán. Te zarandearán hasta que admitas amar, aunque sea un poquitín, a su líder. Una romería de afectados (algunos, al parecer, amenazados) ha alzado la voz, y yo me uno a ellos. Un subalterno llamó en festivo y me tuvo tres horas debatiendo sobre si procede o no que yo tenga una opinión negativa sobre el Prince pelirrojo de Requena. Funcionó. No volví a hablar de él hasta hoy. Antes que una soterrada agresividad telefónica prefiero una amenaza directa, básicamente porque lo segundo se despacha en unos segundos. Ay, Motos… qué poco te cunde el yoga.»
Pero si te crees que esto se limita a medios o periodistas, te equivocas. También le ha pasado a políticos.
En su día cuando se acusó a El Hormiguero de machista y empezaron a circular los momentos más babosos, ya era muy raro que la productora fuera borrando todos los tuits al respecto que encontraba a su paso. Pero es que gracias a todas estas polémicas sabemos que el equipo de hormigas (matonas) del programa no solo trata de controlar lo que se escribe de un presentador de tal altura, es que también lo han hecho con su propio producto y han eliminado del archivo todos los programas más polémicos. Atención a este hilo de @Papajoshh:
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Pues si nos vamos a la tercera temporada de atresmedia para ver el capítulo de Imanol Arias, a qué no saben qué programa falta? Efectivamente, el de Imanol. Haced la prueba vosotros mismos si no os lo creéis, id a la temporada 3 y buscad el capítulo de Imanol Arias a ver si sale. Obviamente del rastro de Cuatro no queda nada, que es dónde están los momentos con Ana de Armas, Virginia Maestro y demás burradas. Quizá es casualidad que justo algunos de los programas más polémicos casualmente no estén al alcance de los usuarios.
Temporada 5 (10 del total). Mónica Naranjo publicó su disco Lubna el 29 de enero de 2016. Programa dónde Pablo Motos palpa el culo de Mónica naranjo. No está, ni cargando la página entera ni sus muertos.
Temporada 2 (7 del total) – Noviembre de 2012. El momento en el que a Anna Simón se le salta el botón de la camisa.
Temporada 5 (10 del total) – Marzo de 2016. La entrevista de Ana Obregón dónde Pablo insiste en sacarle información sobre una cosa íntima ante la negación de esta durante repetidas veces.
Temporada 7 (12 del total) – Febrero de 2018. Pablo Motos besa a Isabel Pantoja porque no podía resistirse.
Temporada 3 (8 del total) – Junio de 2014. Pablo Motos se lanza a darle un beso sin su consentimiento a Chenoa, que ella se toma como una broma (dime tú qué haces en directo)
Respecto al tema Pablo Motos y el Hormiguero me gustaría comentar una cosa con la que me encontré el otro día.
Literalmente no hay rastro de los programas más polémicos y ni en atresmedia player puedes verlos. Van datos ⬇️⬇️
— Papajoshh (@Papajoshh) November 27, 2022
Y para acabar, el testimonio de uno de los fundadores de ElMundoToday
Se le ha subido el éxito y le han protegido y hecho la pelota tantísimo que ya no le para nadie al pobrecito pelirrojo…
Me daba pena, ahora he pasado a asco..
No lo digo solo por el pero… Cuando alguien se va creyendo la mayor víctima del planeta, malo.