Un abrazo para Sufjan Stevens

Quisiera recomendar con todas mis fuerzas «Javelin«, el último disco de Sufjan Stevens pero soy incapaz de hablar de la producción, los arreglos, esas letras alucinantes o las armonías de un coro de voces que pone los pelos de punta.

 

Y es que para escribir sobre Javelin solo puedo hacerlo desde un lado emocional, instintivo y primario. En carne viva, que es justo como te deja el disco cuando llevas una semana escuchándolo y te has rendido de rodillas a una obra musical que va más allá del oído para entrar en el alma del que escucha. Y tú deberías ser de esos que lo escuchan porque en Javelin hay canciones que se pueden convertir en algunas de las más bonitas que has escuchado en tu vida.

 

 

Es posible que las artes, la literatura o la música sean lo más salvable y reivindicable de la especie humana porque consiguen trasmitir emociones siendo algo inerte. No necesitaste conocer en persona a García Lorca, Leonardo, Hitchcock, John Lennon o Picasso para sentir como sintieron, mirar como miraron ellos y a través de sus ojos  saber de otras vidas y sufrimientos, algo que es fundamental para tener una empatia que nos hace mejores personas. Todo este rollazo que te acabo de meter se cumple con lo último de Sufjan Stevens, un trabajo que consigue que sintamos su mismo amor, la misma desesperanza, igual ternura, miedo, sufrimiento y belleza.

 

Porque hay algo mágico en Javelin que consigue cambiar tu estado de ánimo y te deja hecho papilla, sobre todo desde que se supo que va dedicado a su novio fallecido (Evan Richardson) a principios de año, pero también se supo que a Sufjan le han diagnosticado una enfermedad autoinmune que tiene mala pinta aunque según él la medicación va funcionando y haciendo efecto.

 

 

Es imposible que un disco así lo haya planeado y grabado en apenas unos meses pero a la vista de los acontecimientos la música adquiere unas connotaciones emocionantísimas que consigue hacer de lo personal algo universal que trasciende y se siente como si el interprete nos susurrara al oído mientras los coros y las cuerdas que a veces pareces celestiales se distorsionan hasta hacerte sentir que en realidad se abren las puertas de un infierno que gracias a Sufjan no puede sonar mejor.

 

Desde que escucho este disco es como si me hubiera entrado frío en el alma, como si mi corazón se hubiera quedado desnudo a la intemperie con todo lo malo y lo bueno que puede ocurrir en la vida y de lo único que tengo ganas es de abrazar a Sufjan y, si fuera posible, consolarlo y decirle que gracias a su música no sé si seré mejor persona pero sin duda me he convertido en alguien más capaz de entender el sufrimiento, el amor o el miedo y eso en un mundo en el que nos hemos convertido en autistas emocionales, es un regalo que nunca podré agradecer lo suficiente.

8 comentarios en “Un abrazo para Sufjan Stevens”

  1. Dramas aparte, el disco es estupendo. Se repite un pelín si ya conoces el resto de su discografía, pero estupendo anyway! ponte bueno S. que quiero ir al concierto!

    1. Puede tener un aire a Carrie & Lowell pero aquel era un disco mucho más sobrio, más minimalista y aquí los coros son muuucho más importantes casi a la altura de la voz solista y vaya, por temática, emoción y canciones me ha gustado más Javelin.

  2. Por cierto, para cuando una resena de la querida/odiada Róisín y su nuevo disco Hit parade, tengo mucha curiosidad por saber las opiniones de la gente por aquí.

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