Hay películas que te parecen «obras cumbres» de algo: de un año, una década, de la historia reciente de un país, de un director; del cine de determinado género, de un segmento de la sociedad. De la música, de la dirección ó de sus actores. Hay películas que se te quedan más tiempo que otras en la memoria. Que nadie te han dicho que eran tan buenas; pero a tí te lo parecen. Y las defenderás cuando hables con los amigos y salga en la conversación algo que te haga sentirte por encima del resto al nombrarla. Porque te dirán, «¿has visto tal o cual peliculón?», y tú, sin ningún reparo les invitarás a que vean las tres horas de una película de un tal Jonás Trueba que se titula «Quien lo impide». Y te mirarán como se mira a un marciano.
Hay películas con las que paseas cuando recorres las mismas calles que has visto antes en la pantalla. Y esas calles se te hacen rectángulos, como si se encogieran con el mismo tamaño que en una sala de cine. Y,así, parece que las vives mejor. A Jonás Trueba le podríamos denominar como «el mejor retratista del Madrid actual». En sus películas sale un Madrid soleado y con las sombras de las conversaciones que viven sus protagonistas. Yo creo que en sus películas siempre es verano. También creo que en sus películas deja hablar a los actores y cuando terminan les dice:»vale, así está bien». Yo creo que coge actores que no sean famosos para que todo parezca más real. Y así, lo que hablan te llega como si te respondiera un amigo. Creo que en sus películas, los protagonistas son personas que están ahí en un momento determinado.
Y el director parece que ha encontrado una cámara de repente y se ha puesto a rodar. Creo que en sus películas siempre salen atardeceres, porque pienso que significa que es cuando las personas terminan de hablar y descansan. No he visto su última «Tenéis que venir a verla» pero de las que he visto, y gustándome mucho «La virgen de agosto», «Quien lo impide» ha superado mis espectativas.
Porque tiene una historia de amor, entre Silvio y Candela deliciosa: y pasan los dos a Portugal, como si fuera una canción de Family. Porque todos hablan y te hacen pensar. Porque tiene la frescura de un documental y la realidad de lo que parece una improvisación generosa, que contiene una veracidad sin subrayar el tono de sus personajes. Creo que «Quien lo impide» es un peliculón. Y creo que la siguiente película de Jonás Trueba debería titularse «El Bello Verano». Como la canción de Family.