Fado Bicha son una pareja musical portuguesa que allá por el año 2019 decidieron darle un buen revolcón a un género anclado en la tradición más profunda del país vecino.
Lo hicieron a base de taconazos, maquillaje y unas letras rompedoras y unos vídeos de lo más explícito. Para que te hagas una idea…
Están a punto de sacar un segundo disco cuyo adelanto es esta «Crónica do maxo discreto» que estaría bien que le pusieras subtítulos para que sepas hasta que punto llegan lejos estos dos maricas a los que es imposible no adorar.
El propio nombre de «bicha» ya anuncia intenciones queer porque en portugués es una manera muy despectiva de referirse a un marica con mucha pluma. A la convicción queer ayudó la estética que aportó una amiga drag en cuestión de vestimentas y maquillajes porque la sencillez no va con ellos.
Lo suyo es tomar fados clásicos y cambiar sus letras, escarbar en el cancionero portugués para rescatar melodías olvidadas y poner a la misma altura de la música la actitud, el compromiso o la imagen. Ese partir de la tradición para mariconearla y modernizarla los emparenta con nuestro Rodrigo Cuevas y bien estaría que algún día pudiéramos verlos juntos en el escenario. No se cortan un pelo en criticar a la sociedad lusa por demasiado tradicional y muestran un compromiso firme que queda demostrado en charlas en centros escolares (se ve que no llegó el pin parental) y en las entrevistas. Tras casi cinco años de existencia ya se han dejado caer alguna vez a dar conciertos por nuestro país y yo si fuera tú no me los perdería, amigui.
Nunca fui o que quiseste
Fui sempre o que não gostavas
Deitei fora o que me deste
Pedi-te o que não me davasFui abraço de serpente
E beijo amargo limão
Fui um filho sem ser gente
Mão que é prego noutra mãoFui promessa perdida
E rosto que não se encara
Dor que não chega a ser ferida
E até por isso não saraFoi noites sem madrugadas
Cuidado sem aflição
Estamos de costas voltadas
Do berço ao caixão