«Jibaro» : nunca has visto nada parecido

Puede que  la expresión «obra maestra»  esté rota de tanto usarla y cuando llegue el momento apropiado ya no tenga sentido, pero eso sería injusto para una obra maestra llamada» Jibaro» que con apenas 17 minutos se basta para merecer tal calificativo.  Se trata de un corto de animación dentro de la serie Love, Death + Robots (Netflix)  en su tercera temporada. Esta maravilla es obra del español Alberto Mielgo del que ya te hablamos aquí antes de recibir un oscar en la pasada edición. Un talento que se crece a cada obra y del que esperamos muchísimo porque todo lo que está haciendo es para quedarse con la boca abierta. Es el señor de la derecha.

Jibaro no solo es un corto con una estética apabullante, frenético y barroco hasta el paroxismo en el que sin que se pronuncie una sola palabra importan tanto el sonido (brutal el efecto dramático de los silencios y los gritos) como las imágenes, un conjunto de estampas bellísimas que rebosan crueldad y  también es un espectáculo visual de primer orden con el que es imposible pestañear teniendo en cuenta que cada pocos minutos hay un nuevo giro de guion. La fabula es muy perturbadora y en apariencia nos cuenta el malrollo que supone el encuentro de unos colonizadores europeos con un ser mitológico que resultará ser su perdición. En una pieza tan ambiciosa creativamente hay muchos más planos que no se deberían obviar siendo el más importante el que confiesa el propio Mielgo :

“No todo tiene que ser sobre un tipo que está salvando el mundo o que tiene un buen viaje de héroe, donde puedes ver cómo está evolucionando hacia una mejor versión de sí mismo. En este caso, no hay mejora. En realidad, es todo lo contrario. Ambos terminan siendo las peores versiones de sí mismos. Y no hay lección que aprendan. Ambos pierden. Honestamente, me gusta cuando una película me deja un poco incómodo ”

 

Se puede decir que «Jibaro» es la antihistoria de amor romántica  porque aquí el encuentro de los dos personajes provoca  una cadena de destrucción salpicada de codicia, violencia y mucha sangre que de ninguna manera puede acabar bien.  Técnicamente el corto roza la perfección y consigue una estética única y muy particular, alejado de todo lo que se está haciendo en otros ámbitos de la animación para conseguir un universo propio, lleno de referencias pero que se disfruta como si fuera la primera vez que asistes a un espectáculo visual parecido.

 

El producto final consigue la fascinación y el misterio que tan escasos son de encontrar en tiempos donde todo nos lo dan masticadito, sumando una poética sangrienta y cruel digna de un autor con una visión única y mucho talento para llevarte a otros mundos y dejarte pensando al acabar. Dan ganas de pedirle a los productores que se planteen un largometraje partiendo de los mismos elementos, porque aquí sí que hay mucha tela que cortar y no la pesadez de Star Wars con su infinidad de hijos bastardos (y aburridos) que están aflorando.

Y ahora voy a cometer la irresponsabilidad de poner un vídeo resumen de tres minutos para los que no estén muy convencidos, pero yo si fuera tú no lo pincharía y me iría directamente a pasar diecisiete minutos que no vas a olvidar en muchísimo tiempo.

6 comentarios en “«Jibaro» : nunca has visto nada parecido”

  1. Es una pasada. Me flipa especialmente la mezcla de estéticas de distintas culturas. Ella parece una reencarnación de Kali y el un sudamericano con armadura española del siglo XVI, todo en lo que parece la selva amazónica.
    Tremendo.

  2. Es maravilloso !!!!!Me ha recordado a muchas cosas sobre todo al Dracula de Coppola.

  3. Con este post, quién no mete el hocico? Veamos q tal! Las imágenes que has colgado sirven b de anzuelo. Los tres minutos me los salto, jiji

  4. Debo diferir respecto a lo que «obra maestra» se refiere. En lo que a trama respecta considero que este producto deja mucho que desear, siendo más un compilado de imágenes que bien podrían no tener relación entre sí pegosteadas para asemejarse a un corto de animación. Y aun siendo así, resulta demasiado conveniente que un protagonista caracterizado por su deficiencia auditiva, de repente y por el bien de la trama recupere el sentido quedando a merced de la villanesca sirena. Creo que este proyecto era solo una excusa para que la villana en cuestión pueda cargarse un grupo de «machos opresores», repitiendo una vez más en la pantalla el cliché de la super heroína de 1.60m y 40kg que derrota tipos fornidos de dos metros porque «abajo el patriarcado».

    1. Uy sí, la heroína cargándose a un grupo de machos opresores es un cliché utilizadísimo en la ficción.

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