Pues por fin llegó el momento. El pasado 6 de noviembre pude asistir a mi primer concierto DE PIE tras todas las restricciones que obligaban a permanecer en las salas de conciertos diezmados y casi estabulados. Bien quietecitos en asientos de los que no te podías levantar salvo para ir al servicio. Incluso las consumiciones te las traían a tu sitio….
¿Dónde? en un conocido espacio de Madrid: El Café de La Palma.
Y ¿quién tocó? Pues una chica de Zaragoza llamada Erin Memento, quien tuvo a bien presentar su segundo EP, titulado ‘Incendio en el Jardín’. Erin es joven, pero carga con el peso invisible de ser familia de Enrique Bunbury. Habrá quien piense que se tratará de otra advenediza al rebufo de alguien de tanta envergadura, y estará equivocado porque esta chica se lo curra bien: es ingeniera de sonido, compone sus propios temas, toca la guitarra y canta desde muy pequeña. No hay que confundir el haber echado los dientes entre músicos que han alimentado unas facultades evidentes con ser un bulto sospechoso, sin talento, que se sube al carro que otras personas han construido dedicando años de esfuerzo y penalidades.
Un año antes de la pandemia llegó de Los Ángeles con su título de ingeniería bajo el brazo y un montón de nuevas experiencias musicales -fue guitarrista y voz con The Ivories– que la ayudaron a componer los temas de su primer EP llamado ‘La noche no es para todos’ cuyo tema ‘Billie’ fue galardonado con uno de los dos Premios de la Música Aragonesa que cosechó en su XXI edición y fue celebrada el año pasado. Cuenta que sus mayores influencias son Bowie, Courtney Barnett e incluso St. Vincent, y se hacen notar en sus trabajos.
El Café de La Palma es bastante acogedor y con un aforo nada despreciable. La acústica es buena aunque no supera la que pueden ofrecer otras salas como la recién cerrada Costello, con su techo abovedado. Estuvo acompañada por Sergio Aranda (batería), Jorge Andrés (bajo) y Lorién Vicente (guitarra) sonando francamente bien.
Erin tiene un rollazo tremendo, no se muestra en absoluto tímida sobre el escenario y su voz es una delicia, la verdad. Abrió la sesión con ‘Matarán’ y fue desgranando una docena de temas, creciendo con cada uno. Posee, además, un timbre de voz que arrulla y un registro bastante amplio que sabe emplear bien. Entre ellos intercaló un par de otros artistas como ‘Flecha’ de Soledad Vélez y ‘No eres tú’ de Triángulo de Amor Bizarro que cantó con René de Dharmacide.
El conjunto, a banda completa, resulta muy potente en escena, sobre todo con la imagen que trasmite nuestra protagonista.
Siguiendo la track list, cerraron con ‘Billie’ una de mis preferidas del primer EP. El público -calculo que tres cuartos de aforo- fue bastante respetuoso aunque algunos no tardaron en recuperar las viejas costumbres de ignorar lo que sucede en el escenario mientras parlotean entre ellos. Algún teléfono también sonó…. Y es que hay gente que no sabemos por qué acude a estos eventos cuando luego no hacen ni pito caso.
Bueno, dejo mis gruñonadas para otro momento y termino diciendo que esta chica va a pegar fuerte. Y es de agradecer, pues las figuras solistas femeninas escasean mucho.