Suspenso en mariconeo I. Mi primera lavativa (sale mal)

Parece que a todo marica le dan un libro de iniciación a la dura tarea de la atracción hacia el mismo sexo. Sin embargo, siempre me he considerado un dummie en esta materia. Hace unos 13 años acepté que tenía que quererme, tal y como era, porque soy maravilloso y único. Descubrí que el siglo XXI es un momento mágico para un chico homosexual, con mucha información valiosa para entender mi realidad y las herramientas necesarias para conseguir la plenitud, física y mental blablablaLOS COJONES

Mi primera lavativa. Mi amiga Toñi y las declinaciones alemanas.

Parece que fue ayer cuando compartí con algunos amigos de clase que quería empezar a mantener relaciones sexuales. Lo de »liarse» estaba bien aunque yo quería ir mas allá, pero… estaba el asunto de la caca.

Sí, amigas heteras, el sexo anal está ahí y puede ser maravilloso. Pero es una de las pocas prácticas sexuales en las que el aquí te pillo aquí te mato no es una buena idea. Definitivamente HAY que preparar el terreno. Mi amiga Toñi (la más experimentada del grupo) me comentó que lo mejor era introducir los dedos en el ano con un poco de jabón neutro mientras me duchaba para limpiar la zona. No me pareció del todo descabellado así que lo puse en marcha, aprovechando que esa misma noche había quedado con mi rollete. No encontré jabón neutro por casa así que utilicé Johnsons Baby (no más lágrimas) para dicha tarea. ERROR SEÑORAS, menudo picazón de culo, qué malestar!

 

 

Recuerdo que la Toñi también me recomendó dejar pasar un par de horas entre la lavativa y el sexo. Así que después de meterme medio bote de champú por el orto, me fui a mi clase de alemán, con to mi coño.

Esa tarde teníamos un examen sobre declinaciones de verbos irregulares. No había llegado al genitivo cuando noté que algo ocurría en mi interior. Me había vuelto la sensación de picor insoportable y me levanté para ir al baño. Pero ya era demasiado tarde. Por mi retaguardia se había producido una fuga de agua y champú que había comenzado a bajar por mi calzoncillo…Cuando salí de clase corrí hasta los baños mientras por mi pierna comenzaban a bajar dos ríos de espuma marrón.

Después de tocar fondo y haberme limpiado volví a clase. Saqué el móvil para escribir un SMS con toda la intención de cancelar la cita de esa noche. Sin embargo yo ya tenía un mensaje en mi buzón, un MMS. Una foto de su polla, básicamente la primera foto-polla de mi vida.

Yo, una hormona con patas de 16 años, simplemente contesté: Salgo en media hora, recógeme. 

 

 

Me sacaba casi diez años y un par de cabezas el muy bestia. Estaba como el pico de una plancha desde que le dije que esa noche íbamos a pasar A MAYORES. Hacía ese calor sofocante de las noches de verano murcianas. Me recogió en su Ford fiesta negro de segunda mano y pusimos rumbo a su casa. No habíamos hecho ni la mitad del camino cuando decidió parar en la gasolinera más lúgubre que encontramos. Yo le había estado manoseando el paquete todo el viaje y ambos estábamos a punto de explotar. Nos escondimos en el lugar más oscuro que encontramos, me puso contra el capó, me bajó los shorts y PLACA. A pelo, sin avisar, sin lubricar. No pude evitar gritar y me tapó la boca para enmudecer mis gemidos.

 

 

Inciso. Todo esto era consentido, nos gustaba ese rol y fue divertido mientras duró.

Aunque, sinceramente, no me gustó la primera experiencia anal, ni la segunda, ni la tercera. Me puse a repasar las declinaciones alemanas mientras todo ocurría. Estaba deseando que acabara, me sentía como si estuviera aguantando las ganas de ir al baño de forma continuada.

Y cómo de acertado estuve! Tras varias embestidas, mi amante de medianoche veraniego se detuvo en seco y pronunció las peores palabras que le pueden decir a uno durante su primera experiencia pasiva:

 -Acho, creo que tienes que ir al baño…O AL MÉDICO! QUÉ COÑO TE PASA??!

 

Sabéis ese momento en el que la lavadora se rompe y empieza a salir jabón por la puerta? Básicamente mi culo había entrado en modo centrifugado gracias al miembro de este señor (que no era precisamente pequeño)  y estaba todo TODO lleno de una horrible mezcla de champú, agua, espuma y mierda.

 

 

15 años después, domino a la perfección el arte de la lavativa mediante la manguerita de la ducha. Rápida, cómoda y gratis. Para más detalles, mensaje privado en mi consultorio.

 

 

Siempre he tenido la extraña sensación de que todo el mundo sabía algo que yo ignoraba. Quizá tenía que haber acudido a San Google para descubrir las mejores maneras de auto practicarse una limpieza de ese tipo. Pero, y lo que yo me he reído de esa historia durante estos años?

Y tú?  Cómo fue tu primera lavativa?

P.D: Años después, me enteré de que la Toñi se puso Vicks Vaporub en el coño para que su novio se lo comiera bien fresquito. Dicen que los gritos de dolor se escucharon en Cartagena…

 

12 comentarios en “Suspenso en mariconeo I. Mi primera lavativa (sale mal)”

  1. Yo creo que todo esto se hubiera solucionado si hubiera usado champú anticaspa…

  2. Ay parfavar, me estoy despepitando de risa. Yo creo que todo hermosesual debería contar un mentor experimentado durante sus inicios porque estas cosas se deben transmitir con cierta solvencia. Lo del Vicks Vaporub tampoco es nuevo, lo he escuchado en varias situaciones, todas con un final terrible.

  3. ¡Ay qué pobre! Al final nadie nace aprendido y pasan estas «cosillas». Eso sí, lo del Vicks Vaporub me ha dolor de tripa de la risa.

      1. Yo me conformo con cristasol, el ajax pino y el nanas debe ser para cuando ya te cuelgan mejillones de la cuerda….

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