El discreto encanto masculino de Ábalos

Ni es el típico guapo, ni alguien que levante pasiones bragueras, ni está en la flor de su juventud, pero a mí es que a mí me da igual lo que les guste a los demás. Yo tengo mi propio criterio y hoy quiero confesar lo muy perraca que me pone el ministro Ábalos.

Sí, este:

Tengo muy claro que parte fundamental del atractivo es su voz. Una voz masculina, profunda, firme, decidida, un timbre que cuando lo escucho en rueda de prensa se me ponen los pezones como estalagmitas porque lo imagino diciéndome guarradas al oído y claro, me chorrea el pomelo. Si encima se emociona es que dan ganas de ir corriendo a darle mimitos y cariño…

Pero es que cuando se pone cañero, aún es mejor. El hombre es un maestro de la oratoria y su expresión corporal usando el brazo y la mano es toda una lección. . El siguiente momento ocurrió en el senado, dándole además donde más duele al antiguo delgado del gobierno del PP en Murcia (Martín Bernabé), el que negó el soterramiento del AVE a su paso por la ciudad, vamos. Y lo pone fino…Debo estar muy enfermo pero yo a ese dedo le veo algo falaz (de falo, quiero decir)

https://www.youtube.com/watch?v=YRjPm6OGcN0

De Ábalos hay pocas fotos de cuando era más joven, pero las que hay demuestra que el chaval siempre tuvo una guapura importante. Pero vamos, que a mí de más joven como que también me da igual, que yo le veo el rollo ultrafollable justo ahora, con sus canas, con una calva que le hace clarear la cabeza y esa barriga bajera que se le escapa por entre la camisa y el pantalón y que me hace salivar como perro de Pavlov.

El ministro originario de Torrent (Valencia) y de padre torero, es la demostración de que la parte fundamental del atractivo es la actitud y la suya es la mejor posible. Mucho tendrían que aprender algunos niñatos blandurris que se creen duros, que se piensan hombres y mira, no. Ábalos es masculino sin avasallar, poderoso sin ofender, viril sin ostentación y chulo sin daños colaterales. Es verlo y da seguridad, ganas de abrazarse a él y colgarse de su cuello mientras le susurras al oído un compungido «Sálvame» .

Todo este rollo que acabo de soltar no es más que un intento de explicar lo que sólo es química y seguramente no tiene explicación: que yo cada vez que lo veo, me lo imagino follando. El morbazo que me da, lo zorraca que me pone, las ganas de echarle un polvo que lo deje to tieso pa toa la eternidad son una cosa que roza lo enfermizo. Lo veo y me lo imagino follando; me ocurre siempre. Su voz diciéndome guarrerías al oído, el sudor que se resbala por su frente y me cae en la cara,  sus manos que se me cuelan por todos los rincones húmedos. Me imagino sus pezones morenos y duros, su manera de embestir, la cara de vicio mientras se la como y acabo en el baño dándome la satisfacción manual que mi ardiente Jose Luis no me procura. 

Es del tipo de tíos donde no importa el tamaño ni los centímetros, porque lo mejor del sexo nunca se puede medir. Me pirra su rollo de quién ha cogido las riendas de su vida, que le hace frente a todo y que no se achanta, de alguien que se sabe con tirón y no lo explota, se deja hacer, que lo que dice lo cumple y que hace de la madurez mental, un morbazo.

Me temo que no tengo ninguna posibilidad y que su heterosexualidad está fuera de duda. Pero querido José Luis Ábalos, una cosa te quiero pedir: si alguna vez te apeteciera probar en el sexo, digamos, algo nuevo, por favor, por favor, por favor…¡Me presento voluntario! Ponme el primero de la lista y olvídate de todas las demás…¡Chulazo, pijo!

 

 

5 comentarios en “El discreto encanto masculino de Ábalos”

  1. A mi me pasa igual pensaba que era el unico. Ya veo que no soy el unico al que le pone cerdo

  2. ¡¡¡POR FIN!!!
    Personas humanas libres del yugo de la belleza comercial.
    <>
    Que hartazgo de ortodoxia, por favor!!
    MM, tu ponte a tiro y lo mismo lee esto y se deja querer…

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