Drácula y el heteropatriarcalismo (¿Cómo os quedáis?)

No mariscones, no me he drogao (hoy no)

Hoy voy a hablaros de Drácula, el heteropatriarcalismo y no tiene nada que ver con el sangrado libre.

¿Nunca os habéis preguntado por qué los vampiros son el monstruo por excelencia hoy en día? Ni hombres lobo que sueltan pelo, ni zombies que muerden, ni momias que huelen al dormitorio de tu abuela, ni nada de nada.

Es normal pensar en la idea del vampiro romántico en la época de Bram Stoker, como esa alma atormentada, esa juventud y belleza eternas y mortecinas, con un pasado atormentado y un lado oscuro que nos llevaba de cabeza a un drama personal. Era el romanticismo, el de verdad y jugar con la sangre, en una época en la que la tuberculosis tenía a media población pálida cual teta de monja y tosiendo sangre, pues quedaba muy bien. Muy de Becquer y de Alan Poe.

La cuestión es que las décadas pasan y, como el mini dress negro de Givenchy o el de Channel, se mantiene en tendencia sin que nadie pueda destronarlo ( y mira que llevan una década metiéndonos zombies hasta en la sopa. Películas, series, Gran Hermano, Mujeres Hombres y Viceversa, Intereconomía…)

Si nos ponemos a pensar en el arquetipo de Drácula y los vampiros poderosos, son  personas que han anulado su humanidad; algunos por que sí, otros por el trauma de la conversión, otros porque son tan viejos que han perdido la perspectiva social y se han dejado llevar por su instinto de cazador.

Han acumulado más o menos poder de control en sus largas vidas, tienen capacidades sobrenaturales, que les hacen superiores a nosotros, y un ramalazo clasista que les hace aceptar esa superioridad, mientras nos miran como puro ganado. Para más INRI, Drácula es conde; un dato que nos presenta a un arquetipo arcaico, de una sociedad en el que las castas marcaban las posibilidades de desarrollo de un ciudadano y donde había superiores a otros por clase; condes y condenados. Ésto es, a falta de una mejor explicación, el ejemplo práctico de un ser humano deshumanizado. Para resumir aun más. Es malo porque ha elegido ser malo, abusa de su poder y se lo terminamos permitiendo porque nos mesmeriza. (no se si os suena la cosa).

Obviamente, su relación con la ejemplificación del hombre dominante del famoso heteropatriarcado y sus más oscuras características, nos da contra la cara. Lo curioso, es que, como entidad social le dejamos (si, maricón, le dejamos). Y no me digas que no, que todos hemos tenido que escuchar los traumas de tu ex novio haciéndote la vida un calvario; calvario que te tragabas doblado con tal de que tener fotos con el en Instagram de veraneo en la playa porque era guapísimo y querías dar envidia a tus amigues). Lo mismo que nos pasa con un político conservador ( que me acuerdo de la frase del gilipollas de Álvaro Ojeda gritando en televisión «A mi me roba quien yo quiero!!!») al que terminamos eligiendo por encima del perroflauta, porque va bien vestido y peinado decentemente o al chulazo que nos trascamos un sábado noche, aunque luego nos robe la cartera o nos haga la vida imposible porque «está cañón». Supeditamos el físico, la atracción, la apariencia de malote o de dominante a nuestra propia seguridad (yo también he caído alguna vez en esa trampa).

No os sintáis muy culpables, ha pasado siempre. Mirad las religiones ¿Un sistema teológico que nos lleva a creer en un ser mágico superior que ha creado todo y que vela por nosotros? NO. Un sistema teocrático en el que un grupo de fumaestopas de la vida, nos dicen lo que está bien y lo que está mal ¿Por qué? Porque preferimos que nos metan un bate de beisbol con clavos por el culo a tener que tomar decisiones trascendentales en la vida y tener que ser responsables al 100% de nuestras elecciones morales.Y  ahora saldrá el follapoco que dirá «pues yo soy ateo» «pues yo no pienso así» «pues…»…. Pues me chupas la minga dominga, egocéntrico de tres al cuarto. Estoy planteando una linea global y general de actuación del ser humano ( Como me digas que no se puede generalizar, te doy con una chancla de plástico en la boca….Aviso).

La cosa es que, curiosamente y en contraposición, entre los 60 y los 80, las estanterías de los videoclubs se colmaron de películas de terror con vampiresas más putas que las gallinas de la Patro ( que aprendieron a nadar pa acostarse con los patos). En este caso, nos vamos al punto contrario. Con la ola de liberación sexual de los 60, la figura de la vampiresa sexy, buenorra, con unas tetorras que te torras, más maquillaje en la cara que el neceser de la Veneno pa un bolo por Benidorm y comiéndose a todo hombre y mujer que se le ponía por delante (porque les iba el rollobollo también), nos muestra una personificación de la mujer liberada, la que le da igual que se le vea una teta o ir sola a un bar a ponerse ciega a Malibú con piña.

Eran arquetipos sexuales muy agresivos, Si. Pero es que representaban eso, el lado más oscuro y salvaje de la liberación de un sector reprimido durante «Pucho» tiempo… Hasta este momento, las novias de Drácula, eran sus perritos falderos y sus guarrillas infernales (y no tiene nada de anormal. En la Europa de finales del XIX y  primera mitad del XX, la filia sexual de la dominación y el sado, se habían vuelto super «trending topic», mirad de donde salió WonderWoman). Hasta bien entrados los 90 son vampiresas independientes, con poder y muy pocos escrúpulos para usarlos a su antojo (Igualmente, derrotamos hacia el lado oscuro y les seguimos el juego porque apelan a nuestro instinto sexual, y ahí, nos perdemos)

Llegamos al 2000, con el final del siglo y comienzan los vampiros buenos, los héroes, los villanos que no son tan villanos porque «es que, Chico, normal que sea así con la vida que le ha tocado vivir» y, de golpe, volvemos a crear una figura ficticia  que refleja un comportamiento social y una tendencia. «No existen ni héroes ni villanos» y aparecen Blade,Buffy Cazavampiros y su horrible secuela Angel, los Cullen (que siempre he defendido que no son vampiros sino hadas gay), True Blood, La versión de  Drácula Untold con el buenorro de Luke Evans, Crónicas vampíricas, The Originals, Sombras tenebrosas, Entrevista con el vampiro (creo que no existe ser humano que no se haya puesto palote con Brad Pitt de vampiro) etc, etc, etc…

 

(Ésto también encaja mucho con la idea que tenemos de que, cuando nos encontramos con un chico malo, somos capaces de llevarle al lado bueno de la vida porque, por amor, puede cambiar…Juzgados de guardia están llenos de estas equivocaciones, muchachos)

Son, a fin de cuentas, un mito. Y un tipo de mito de los más clásicos.

Cuando uno estudia mitología clásica, lo primero que te explican en la carrera es que, los griegos, tenían mitos creacionistas, mitos para explicar la naturaleza cuando aun no existía la Ciencia y, los más extensos eran los mitos sociológicos; los que inventaban para dar explicación a los comportamientos sociales del momento para evitar críticas sociales; es decir «lo hacemos porque hay que hacerse, que lo han dicho los dioses». (Como por ejemplo, el mito de Ganímedes, un niñato de doce años,  raptado por Zeus para follárselo en el Olimpo eternamente mientras le servía ambrosía. El chapero, perdón, copero de los dioses. Con ese mito ,se daba paso a la ceremonia del falso rapto de los menores varones cuando alcanzaban la pubertad: sus padres pagaban a un militar retirado para que les raptara al niño, se lo llevara al campo con él y le enseñara lo básico para poderse presentar a la mili cuando fueran mayores y aprendieran a ser atenienses de pro. Lo aprendían todo, pero el examen lo hacían de pie porque el culo lo llevaban  como un bebedero de patos…)

Con ésto quiero decir que, Drácula, es una excusa hecha mito social  a lo largo del tiempo, para acercarnos al lado oscuro de la idea del opresor heteropatriarcalista y que, el vampiro en si, es otra que te pego y van dos, una extrapolación de nuestros más profundos deseos «inmorales». Lo vestimos de galán de telenovela, le ponemos Visa Platinum y título y, al final, terminamos acostumbrando al subconsciente a que «es normal» a que «puede pasar» a que «que le vamos a hacer, podría ser peor»

Cuando realmente y en general, es la pura perpetuación de un hombre blanco cisheterosexual de posición privilegiada que nos va a chupar hasta la última gota de sangre porque puede y porque nadie le planta cara… Y si no, mirad donde acaba nosferatu que ni era guapo, ni rico, ni sexy… Cenizas pa hacer lejía y sin perrito que le ladrara.

Y ahora que me he desahogao con mis pajas mentales, os dejo pensando sobre el tema ( o no)

 

 

10 comentarios en “Drácula y el heteropatriarcalismo (¿Cómo os quedáis?)”

  1. Hijaputa, es una paja mental que no he podido dejar de leer hasta la última coma! Qué verborrea más lucida, amiga!

    1. David Miralles

      Acabo de releerlo … Creo que necesito barra libre de psiquiatra y medicación dura

  2. KinkyNeedles

    Coincido con varios puntos de tu argumentación. Lo bueno de las obras de ficción es que dan para múltiples lecturas. Pero me gustaría matizar y ampliar tus ideas.

    En primer lugar decir que la obra de Stoker no fue la primera en mostrar al vampiro como un hombre aristocrático y malvado, fue »El vampiro» de John Polidori en 1817, pero apenas transcendió, eclipsada por la fuerza de Frankenstein, que nació la misma noche que esa obra. Unos cuantos años más tarde, en 1847 (mas menos 50 años antes que Drácula) John Seridan Lefanu escribió Carmilla, que versa sobre una vampiresa (no hay que irse a los años 60) y que además trata el tema del amor-posesión entre dos mujeres (toma ya!).

    La figura del vampiro, de criatura que chupa sangre,de No muerto o de ente que se alimenta de la fuerza vital de otros seres vivos, se repite por todo el globo: en la India se conoce a los Vetalas desde el s.II a.C, en China los Jiang Shi eran demonios que chupaban la esencia vital, en Mesopotamia, Lilith, la primera mujer de Adan (según los Judios), se reveló contra Dios y se convirtió en vampira también, en Grecia y Roma encontramos a las Lamias, unas señoritas que no dudaban en dejarte seco.

    Con todo esto quiero decir, que el vampiro no es patrimonio exclusivo de la cultura occidental, que no tiene por que ser exclusivamente un hombre y que por su puesto no es, ni mucho menos, el vampiro que Bram Stoker y luego Hollywood (el verdadero artífice de la idea de vampiro »heteropatriarcal» si quieres) nos han vendido.

    El vampiro como figura arquetípica refleja múltiples miedos que atenazan al ser humano desde que andaba a cuatro paticas: el miedo al contagio, la enfermedad-plaga y el cadáver; el miedo a la eternidad y a vivir eternamente (es una condena a fin de cuentas) o el miedo a perder nuestra humanidad y convertirnos en alimañas sin sentimientos, que sólo buscamos saciar nuestro instinto de sangre. Con el tiempo, el vampiro fue depositario de otros miedos que surgían con las nuevas sociedades, así por ejemplo Drácula es reflejo del miedo al otro racial, a lo exótico, (Drácula viene de centro Europa, de un lugar salvaje en contraposición al civilizado Londres), es reflejo como bien dices, de una pulsión sexual reprimida por la hipócrita moral victoriana, que no solo se manifiesta sobre las mujeres de la novela (Mina y Luci) si no que también lo hace sobre hombres como Rendfield, el loco al servicio de Drácula; refleja el miedo al contagio sexual de la sífilis, no tanto la tuberculosis, es también un reflejo del miedo decimonónico a la figura de la mujer (Mina es la buena, Luci la fresca que termina siendo una novia de Drácula), pero este miedo no sólo se refleja en esta nóvela, casi todas las manifestaciones artísticas finiseculares trataron el tema de la mujer malvada (Munch, Wilde, Bizet, etc). Decir que Drácula es un monstruo heteropatriarcal, es olvidarse de que la inmesa mayoría del arte de esa época lo era. El Drácula que escribió Bram Stoker se basó no sólo en criaturas chupasangres, si no en su propio jefe, el actor Henry Irving (Stoker era su secretario personal) y que según cuentan era extremadamente demandante y dependiente de Stoker. Se podría entender a Drácula como una representación ficcional del jefe de Stoker, sin que haya nada heteropatriarcal en esa visión.

    Quedarse sólo en la idea de que el vampiro es el Drácula Hollywoodiense, y repito, ha sido el cine el que se ha montado esta historia de vampiro heteropatriarcal, es faltarle al respeto al vampiro, es quedarse sólo en la punta del iceberg. El vampiro es cáliz de miedos atávicos que se hunden en la negrura de la noche de los tiempos. El vampiro es más que un señor guapo y de buenos modales, que viene a desbaratar tu mundo burgués, el vampiro es oscuridad, pena y dolor, es primitivismo y es una alimaña que vaga por el tiempo, nadando en la maldilción de ser repudiado por los vivos y por la muerte.

    Espero no haber sido demasiado pedante ni demasiado vehemente.

    Y ya para terminar, esta fantasía vintage:
    https://www.imdb.com/title/tt0204341/

    1. David Miralles

      Cariño, yo te agradezco el texto pero te comento. Esta publicación no es un recorrido por la historia dle mito de los vampiros al rededor del mundo ( que es extensísima) sino un pequeño desarrollo sobre la figura de Drácula, el vampiro «comercial» en las últimas décadas y el patrón de su rol dentro de la sociedad. Pero oye, que como te gusta escribir, te recomiendo que contactes con la web de atroz y te ofrezcas como colaborador, siempre viene bien gente con ganas de darle a la tecla

      1. Kinkyneedles

        Lo único que quería comentarte era que el vampiro que tú analizas es quizá el menos interesante, simplon y si el más perjudicial, en eso estamos de acuerdo. Si lees bien mi comentario, en ningún momento desacredito el tuyo, (que somos muy rapidicos de réplica), de hecho estoy de acuerdo. Simplemente amplio los significados de este mito, porque me parece que tú artículo se queda cojo en ese aspecto… Y me gusta tanto escribir como a ti chica, que tú artículo tampoco han sido tres frases…me ajuntas ya?

        1. David Miralles

          Pos por eso, escribete el de vampiros a lo extensivo… Yo te prometo que lo leo, que me encanta seguro no se escribe tanto de estas cosas. Te ajunto, te adjunto.

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