Fofisanos: a la rica barriguita cervecera

Sé que no soy el único que piensa así. Y, por fin, la gente está saliendo del armario. Bueno, llamémosle «salir de la despensa», que ahí es donde guardamos los Risketos. ¡Vivan las barriguitas cerveceras! Los hombres de gimnasio están estupendos para el porno. Y para un polvo también, si nos apuras. Pero cuando nos ponemos a pensar en una pareja… ¿preferimos un lugar donde apoyar la cabeza y estar cómodos o una tabla dura y rígida que se te clava en la coronilla? Pues eso.

Mujeres de todo el mundo -y hombres también, que los maricones también escribimos, sobre todo en las revistas-  llevan unos meses exaltando a Leonardo di Carpio y su barriguita al Sol en una playa, rodeado de modelos. Lo llaman «Dad Bod» (cuerpo de padre). Lo llaman «fofisano». Lo llaman «gordiflaco» y otras mierdas. Yo lo llamo «novio perfecto», para qué te voy a mentir. Bueno, Leo no, pero porque leo me da así como asquito desde Titanic. O puede que antes. Pero me entendéis.

He salido con delgados, con fibrados, me he tirado a tíos buenísimos y tíos menos buenísimos en estándares gay. Con pelo y sin pelo (y repito, prefiero el pelo). Y con los que más he disfrutado ha sido con hombres con espaldas, pequeñitos, con un pelín de barriguita y que disfrutan tanto de un buen polvo como de una cerveza fría.

Llamadme raro, pero soy más de Seth Rogen que de Zac Efron. OJOCUIDAO, eso no quita para que Zac Efron esté para admirarlo y lamerlo y tenga un cuerpo de escándalo, y más ahora que ha dejado de depilarse. Pero a la hora de la verdad, estaría más cómodo tumbado en un sofá frente a la TV con Rogen que con Efron. Y en el tema de la cama también. Mis experiencias con cuerpos de escándalo siempre han sido las mismas: tú ya tienes la suerte de acostarte conmigo, así que cúrratelo que yo pongo el cuerpo. Y mira, no. Que al fin y al cabo el que ha elegido acostarse conmigo también has sido tú.

Así que elogiemos a los gordiflacos. A los delgordos, como los llama Ojete Calor en esa maravilla que es «Viejoven». A los Lorzalameros (gracias, @LuciaTaboada, por este maravilloso término). Vayámonos a buscar al hombre de nuestra vida a la terracita más cercana. Y miremos juntos a los chulazos de la calle, de la playa, de la estación de bomberos que han puesto frente a nuestro bar preferido (creedme, me ha pasado recientemente).

Los chulazos son para un rato. Las barriguitas, para toda la vida. Mirad cómo cuido yo la mía :)

*NOTA AL PIE: El único hombre que da lo mismo como esté, todo el mundo se casaría con él, es Chris Pratt. Pero ese es otro tema que deberíamos tratar en post aparte. Porque Chris es Chris y es Dios. He dicho*