Sebastían, mi fiel mayordomo y cosmetólogo de referencia, está Madrid en un su encuentro anual de desviados. Me encanta que le siga haciendo tanta ilusión irse al continente con su maleta cargada de sueños e ilusiones. Lo malo es aguantarle el bajón a la vuelta, no veas que tirones de pelo me da el condenado. Por no hablar de lo descuidada que me tiene la casa esos días, que parecemos refugiados en un camping de caravanas en las afueras de Detroit. Le perdono porque nadie me ha hecho las cejas tan bien como él y en una semana se le pasa, aquí en Palma hay mucho amnbiente en verano y a él le encanta salir a pasear.
Creo que el error está en las expectativas tan altas con las que va, bueno y en que cuanto más subes, más dura es la caída. Mira que le aviso «Cariño, si lo único seguro que vas a traer de vuelta a casa es una cuenta en número rojos y una destrucción masiva de neuoronas, no te interesaría más quedarte aquí conmigo jugando a que me ordenas los armarios. Te prometo dejarte alguna cosilla que ya no me ponga, de esas de chantilly que tanto te gustan…»
Y él, nada. Pues eso, que mucha calma/lexatin/vicodin/
4 comentarios en “Ante todo mucha calma, Señoras!”
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Totalmente de acuerdo!! Es una paliza y terminas destrozado!!
Mmm pues avisa si buscas trabajo q siempre necesito Imeldas
Esto…¿Ha probado en contratar a un chofer adecuado y que se entretenga con el mayordomo cada año por estas fechas?
Lo he intentado todo, hasta tuve un jardinero mandingo que era la envidia de mis 200 mejores enemigas. Pero es q solo le gustan los que pasan de él. Supongo que son traumas de su infancia como hijo de feriantes