Sigourney Weaver, imagen del cartel del próximo Zinemaldia

El Zinemaldi no podía esperar más. Había que hacerlo. Devolverle esa sonrisa a toda una pedazo de actriz y señora, que recibió el Premio Donostia en la 64 edición del certamen, hace cinco años, y dedicarle el cartel principal que presidirá su siguiente edición, que promete volver a (casi) su normalidad; de esta manera, poder celebrar el cine como se merece. Donostia intentará, con todas sus fuerzas, iluminar la mayor de las pantallas para aniquilar la desilusión y la incertidumbre de los últimos meses. Acaba de hacerlo Málaga y antes fue Las Palmas. Tras Donosti serán Sitges, Sevilla, Valladolid, Gijón….España con el cine: ¡Todos a una!. Y…ELLA!. Así, con mayúsculas, adornará las farolas de toda la ciudad, donde se cuelgue el cartel con su rostro en primer plano.
 
 
Porque nadie como esta mujer pudo enfrentarse a un Alien sudando la gota gorda. Acompañar a unos cazafantasmas, acariciar a unos gorilas y ser doncella de Polanski sin apenas despeinarse. O hacerlo cuando le venía en gana. Igual por eso ha dicho que después de Alien ningún hombre se atrevió a acosarla. Pues eso: toda una «working girl». Aunque yo me quedo con aquella escena del juego de los llaveros en «La tormenta de hielo», cuando coge con esa ironía el suyo y lo enrosca en su mano. Como la amamos tanto, no podemos estar más contentos. Suya es la elegancia, el porte y el talento que tienen las grandes actrices. Como las de antes. Porque ahora también las hay. Kate Winslet, Julianne Moore, Jessica Chastain, Cate Blanchet, Olivia Colman, Isabelle Hupert, Frances McDormand y/ ó Marion Cotillard, entre otras. Señora Weaver, es usted nuestro avatar favorito. A sus pies siempre.