Cuando todo esto pase…

…Ya nada será lo mismo, o por lo menos durante un tiempo, pero habremos adquirido unas costumbres que ojocuidao, tendremos que quitarnos de encima para volver a relacionarnos de manera convencional con el resto de gente. Aquí unos ejemplos que nos han dado nuestros colaboradores, que son de lo más explícito.

DE LA COSA DEL HORARIO…

Cuando todo esto pase voy a echar mucho de menos dos cosas: el silencio de mi calle y levantarme, comer y dormir cuando me salga del mondongo, que ahora lo estoy llevando fenomenal pero ya verás qué risas después. (MM, también llamada Mondongo Mondongo).

Pues he cogido la sana costumbre de despertarme a las 10:30 y levantarme una hora después. Zamparme un donuts de cuando bajé a la compra y de gimnasia, ¡nada!. Me tumbo a leer «Cómo ser famosa» de Caitlin Moran. Por la tarde, más o menos igual. Como la palabra despertador me suena igual de ficción que los datos que maneja el gobierno chino de muertes y contagios por COVID, ya verás tú cuando suene de verdad y tenga que volver a aprender cómo se abrocha una camisa para ir a trabajar. (Enyel del Olmo, la vaga olvidadiza).

DE LA COSA DEL TELETRABAJO…

Cuando todo esto pase voy a echar de menos estar en una videoconferencia con los jefes, en pijama y babuchas de cintura para abajo y, si me da el gas, cerrar el micrófono, ahuecar el anca y tirarme una buena traca de cuescos mirando a los jefes a la cara con media sonrisa pensando «para ti, para ti y para ti». (DrMalignus, el gasoente gaseante).

Cuando todo esto pase ya verás que risa con la costumbre de rascarse la huevera como si no hubiera mañana durante las llamadas de trabajo. (Hilde, aka yo mismo, que menos mal que no me pilló la cuarentena con las uñas de gel hechas).

 

DE LA COSA DE LAS VIDEOLLAMADAS…

Que mira, que lo de las videollamadas está muy bien, pero es que me está provocando un alcoholismo incipiente. Hablo con mi hermana; cervecita, con los del gym, cervecita; con los del taller de cestería tradicional, doble cervecita; el cuarantini (cuarentena + martini) de los viernes; el aperitivo de los domingos. A este paso voy a terminar que cuando vuelva al trabajo en vez de táper me voy a tener que llevar una nevera de playa llena de latas, por si me da el parraque. (este comentario no sé quién me lo ha hecho, pero es un sentimiento generalizado, porque todos somos bebedores sociales, ya tuh sabeh).

 

DE LA COSA DEL CARÁCTER…

Cuando todo esto pase… Tendré que recuperar los frenos inhibitorios que dejé colgados junto con el cinturón de los pantalones. Desde que estoy emparedado entre cuatro muro junto a mi marido, no disimulo para nada la mala ostia que me fluye. Y no, no es con él. Al contrario, nuestra relación confinada es como la primera secuencia de «Sonrisas y lágrimas». Pero sin ser monjas seglares ni estar en una colina rodeados de césped. Por lo demás, sí, bailamos y cantamos por el pasillo de nuestro hogar… A lo que iba, que divago que da gusto. Que no, que no me callo ya. Que me tenéis harto. HARTO. De tanto meme, tanto vídeo, tanto bulo, tanta cacerolada… ¿Resultado? Que no me callo ni una: ya he perdido la cuenta de gente que me ha bloqueado en Facebook y grupos de WhatsApps de los que me he salido por rebatir enlaces de noticias y demás familia. Llevarlo lo llevo bien, el problema va a ser cuando vuelva a El Mundo Real De Ahí Fuera y tengamos que recuperar las buenas maneras… Skyzos (La ENFABADA murciana)

 

DE LA COSA DEL SESSO…

Cuando todo esto pase me voy a tirar a mi marido, que nos ha pillado la cuarentena separados y estoy que me subo por los techos. (MuTarr, no tengo palabras).

 

DE LA COSA DEL PELO…

Cuando todo esto pase ya verás tú qué risa con los estilismos capilares. Yo por mi parte me estoy aficionando a hacerme estilismos capilares (cabeza, barba y entrepierna) como si no hubiese un mañana. Un día un spiderman, un día afeitado, un día decolorado. (Flor de Pavimento, estilística y estilizada).

 

DE LA COSA DE CUANDO ERAS UNA DEJADA YA ANTES DE LA CUARENTENA..

Cocinar, limpiar la casa, hacer continuos tratamientos de belleza diarios y no dormir en el sofá. ¡Ah, y subir y bajar 5 pisos por las escaleras para volver a ver mis tobillos! (₭aòticoƎ, nuestra redactora ausente, que duerme en el sofá por no meter en el armario la ropa que tiene tirada en la cama).

Y termino con una frase monolítica de una amiga, conviviente y superviviente de un confinamiento en familia numerosa: ¡cuando todo esto pase voy a necesitar una CUARENTENA PARA MÍ SOLA!

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