Recordando a… Andrew Weatherall

Podría inventarse un homenaje hacia «Screamedelica» a propósito del reciente fallecimiento del pionero del «acid house»,Andrew Weatherall, como la pieza circular que comenzó a girar alrededor de lo que sería el pilar fundamental de la música popular del rock en la década de los noventa. Aunque, a la vez, las líneas azules de Massive Attack construirían los cimientos de ese edificio de luz incandescente en Bristol; un «trip-hop», cuyos destellos guardan las gloriosas cajas, aún, de los exquisitos Portishead. Era el año 1991. El tercer álbum de Primal Scream. Primero de Massive Attack. Uno en abril, otro en setiembre. Se abriría la puerta a la mejor década musical de los últimos años.

Acompañados todos por los saltos de trampolín del «brit-pop». Y Andrew Weatherall, dj y productor británico fue, en buena parte, culpable de todo esto. Primero, con apenas 20 años, flirteando en la escena post-punk, después, con todo ese fabuloso tormento sonoro que estalló desde principios de los noventa en el Reino Unido. Las líneas de bajo profundo frente a los destellos de la psicodelia electrónica. Inició su vital andadura musical como dj en el club londinense de acid house «Shoom», a finales de los ochenta. Durante ese tiempo, puso en funcionamiento en fanzine «Boy,s own», sobre la escena acid house londinense que dio pie a la posterior escena dance de la década siguiente.

A la par, ejerció como periodista musical freelance. En 1990 con su primer «¡ aqui estoy yo!», dibujó la exclamación sonora de remezclas sobre el origen de los temas «Hallelujah!» de Happy Mondays y «World in motion» de New Order. Happy Mondays se despedirían de la escena musical dos años más tarde. Pero dejarían la huella de su influencia en uno de los álbumes más importantes, decisivos y joviales de las últimas décadas: «It,s great when youre straight…yeah!» sería el portazo perfecto del sonido Madchester. Un glorioso juego de sonidos, voces y melodías apabullante, donde el funk y el rock electrónico se fusionaron en un trabajo maravilloso.

En 1991 dub y soul moderno se unirían para dejar el ojiplático número diez de la influencia en un «ojo al dato» a favor de unos Primal Scream situados en primera línea de salida.»Screamadelica», fue elprimer álbum en ganar el Mercury Prize, compitiendo con nada menos que con The Jesus and Mary Chain, Saint Etienne y el «Achtung Baby» de U2. El álbum de Primal Scream formó la fuente que después brotó en sucios disparos de rock y psicodelia de su obra magna, «XTRMNTR». Fue su mejor estado de forma, hasta la fecha. Acaparador de influencias, Weatherall se encontraba detrás de otros muchos músicos; ofreciendo su saber hacer en trabajos dispares, como su labor de unir el folk y el trip- hop, en su trabajo en tres de los temas del álbum de Beth Orton,»Trailer Park»(1996). Asimismo, colaboró en sus remezclas de temas de Mogwai, Björk, Saint Etienne, Manic Street Preachers, Siouxsie Sioux, The Orb, Jamez y My bloody Valentine.

También, con el segundo álbum completo del grupo de música experimental electrónico Fuck Buttons, «Tarot Sport», en 2009. Tras colaborar con Primal Scream, formó varios grupos, como The Sabres of Paradise, en 1992, y Two Lone Swordsmen, en 1996. Como solista, en 2006, publicó su primer Ep, «The Bullet Catche’s Apprentice»; su último álbum data de 2017, «Qualia». Seguía en activo como dj y productor musical. Asimismo, formó parte, junto con otros tres dj-productores del grupo Bocca Juniors, publicando varios singles entre los años 1990 y 91. Se decía que era probable la vuelta del grupo. También fue fundador del Festival de música electrónica de Convenanza, para hacer tambalear los muros del Castillo de Carcassonne, al Sur de Francia. A sus 56 años, las bpm de su corazón dejaron de latir. Pero sus golpes retumbarán por mucho tiempo.

2 comentarios en “Recordando a… Andrew Weatherall”

  1. Otro grande que desaparece, es muy triste. Anda que no ha hecho bailar a gente.
    Gracias por recordarnos la importancia de este genio.

  2. José Antonio

    He aprendido mucho del artículo. No conocía nada de este señor. Le debemos tanto…!

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