Estas cosas nos pasan por ser monas

 

Son las cinco de la tarde.  Acudo presto y con mi seto convenientemente recortado (que no rasurado) a hacerme una ecografía abdominal, prescrita tras mis últimos problemas de salud.
Tras confirmar mi presencia en el centro médico, espero en la salita de turno a que mi número aparezca en la pantalla mientras hojeo unas revistas.

¡Piiiiiiip!: Mi número.

Accedo al despacho asignado y, sentado tras una mesa abarrotada, encuentro a un médico rubio, de ojos azules y amplia sonrisa perfecta. Mas guapo que mono, pero sin ser un bellezón, con ese gesto pícaro y gamberro que me pone mala, mala, mala de acostarme (con él, claro).

Se pone de pie, es compacto (me gustan los compactos). Bajo su bata se adivina un cuerpo bien formado (mi libido se enciende y mis nervios se desatan). Me tiende la mano y me saluda mirándome a los ojos deteniéndose un poco mas de lo normal (alerta de radar)

– Buenas tardes, ¿Señor Malignus? -acento argentino o uruguayo no muy arrastrado-

• Buenas tardes. Si. -respondo un poco azorado mientras estrecho su mano: fuerte y bien cuidada-

– Bien, pase conmigo a esta sala. Desabróshesé la camisa y el pantalón. No hace falta que se desnude del       todo: baje un poco el pantalón y la ropa interior.

• Glubs…

– Tiéndase sobre la camisha.

• Re-Glubs -Yo ahí: echado y medio en bolas, con la imaginación desatada y cada vez mas nervioso. A   merced de un tipo de esos que me encantan, que me está poniendo como un soplete y que va a tocarme   en zonas muy sensibles.

– Supongo que sha sabe cómo va esto, siempre está un poco frío…

Atenuó la luz, tomó el cabezal del ecógrafo, lo cubrió con un gel transparente y me lo puso en la lorza derecha con una sonrisa que iluminaba sola toda la sala. Yo ni me inmuté a pesar del latigazo de frío porque, si me llegan a pinchar en ese momento, no hubiera salido ni una gota de sangre.  ¡Que tensión!

Empezó a mover el chisme arriba, abajo, a un lado y al otro mirando alternativamente una pantalla y mis carnes mientras profería suaves exclamaciones como para sí mismo –Oh si, fantástico. Ah bien, fabuloso. Acá se vé perfecto… – Yo tratando de no mirarle de esa manera.

Una vez terminada esa zona pasó a la otra lorza: la izquierda. Peeeero, en lugar de situarse a ese lado de la camilla, lo hizo desde el lado derecho echándose casi encima de mí, excusándose porque los cables que había al otro lado le impedían realizar bien la exploración.  Como el tipo era bajito, la camilla muy alta y yo soy grande lo tenía casi subido sobre mi pecho….  Las mismas maniobras y exclamaciones, pero con su cuello a escasos milímetros de mi boca. Cerré los ojos  porque me iba a dar algo (que bien olía, coño).

Por último, pasó a hacer lo propio entre el ombligo y el matojo, restregando el ecógrafo bien cubierto de gel:  Las mismas exclamaciones y tal mientras yo cantaba mentalmente «El tango de Doña Virtudes» que es una pieza de zarzuela que uso para aliviar situaciones tensas como la erección que difícilmente estaba conteniendo.

El remate fue que, una vez terminada la exploración, el guapo médico tomó una caja de toallitas y comenzó a retirar, él mismo con sus manos, los restos de gel de mi abdomen y costados mientras comentaba distraidamente que la ecografía no presentaba nada relevante, que no se veía ninguna inflamación (porque yo me estaba conteniendo muchísimo)…  No le dejé terminar porque tenía la sensación de haber echado un polvo de esos aquí te pillo y aquí te mato en los que acabas rebozado pero sin haberlo hecho y acabé la limpieza yo mismo, so pena de agarrarlo de un puñado, arrancarle la bata y todo lo demás y darle su merecido por calentorro.

Hacía mucho tiempo que no tenía que contener una tensión de semejante intensidad. En ningún momento dejé de tener la sensación de que se iba a abalanzar sobre mí y nos íbamos a pegar el filetón más grande de la historia sobre la camilla, la mesa del despacho, la butaca, la banqueta, el suelo, las paredes……

¡¡¡Que calentón, por favor!!!

 

9 comentarios en “Estas cosas nos pasan por ser monas”

  1. Chicos, lívido no. Libido, llana pero intensa . Me permito la corrección porque es un error muy común y aprovechando que soy ecografista. Un saludo

  2. Quién era la mujer del vídeo que sale con Lina Morgan? Es que no me acuerdo del nombre.

  3. A mí me pasó algo parecido en una entrevista de trabajo. Para más inri, el entrevistador hoy es mi jefe.

    1. O sea, que le agarraste de un puñado, le arrancaste la ropa, le diste su merecido y salió bien…
      ¿O fue al revés?

      1. Qué va, esas cosas se quedan en los guiones de las películas porno. Aquí triunfó el acertado «Dónde tengas la olla no metas la p…».

        Un saludo.

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