Ocho años antes de que La Buena Vida lanzaran sus fuegos artificiales de pop desnudo de artificios («Historia de un verano), donde el imaginario de lo real se fundía con las imágenes de nuestro mundo cotidiano. Nueve años antes de que Family edificaran ese huracán de pop espontáneo que se disparó y dispersó por nuestros corazones, como soplos de fulminantes y atemporales bombeos al corazón. Fue el mismo año en el que los también geniales Le Mans mostraron que el «Donosti Sound» era algo a tener muy en cuenta para los 20 años siguientes del pop español. Pues casi una década antes que todos ellos, La Dama se esconde publicaron su primer trabajo, «Avestruces». En ese mismo 1985, cuando otros donostiarras, Duncan Dhu, iluminarían los primeros bailes de los quinceañeros de por aquel entonces, con «Por tierras escocesas».
Pero, mientras Duncan Dhu exploraban en sus letras temas más tangibles, La Dama se esconde recreaba sus letras bajo el signo de los sueños y lo irreal. Duncan Dhu hablaban del día, La Dama se esconde de la noche y sus sombras. Grabaron su última canción en 1995, «A años luz», reeditado en un recopilatorio en 1999.
Muchos años después, la mitad del grupo, Nacho Goberna, estiraba la silueta de La Dama se esconde, en solitario. Y, en 2010, acompañó la publicación de su trabajo, «Un bosque de té verde», con 40 minutos de imágenes, que pueden verse aquí:
De ellos, me quedo con una de sus canciones más celebradas. «La tierra de los sueños».
Son uno de los grupos fundamentales de mi vida musical y aunque todo el mundo se acuerda de sus primeros discos, pero para mí de sus últimos tres discos «Coge el viento» «Lejos del puerto» y «Hoy» me parecen tres obras maestras y me quedo muuuuy corto.
Ains, los echo mucho de menos.
Fueron mi grupo insignia, me transformaba cuando les oía,
Para mí, las letras de Duncan Dhu se quedaban en tu cerebro y quizás también en aquellos momentos en el corazón, en cambio las letras de la Dama entraban en el alma y allí se quedaban y todavía permanecen.
Ambos fueron grandes monstruos de una época musical ahora exringuida, Duncan fue un mensaje musical de contenido juvenil y romántico en forma de narrativa, un producto fresco de fácil consumo. La Dama fue todo un proceso de una bestia que empieza siendo un niño dentro de un hombrecito que te va contando su mundo fantastico y a medida que crece el niño se hace gnomo sabio y sus emociones y momentos se hace mas complejos y sublimes y todo eso envuelto de pura poesía. Eso hizo a La Dama un producto de culto insondable. A mi todavía me emocionan el gris o aventuras, grandes temas y de ahí hasta los últimos.
Pues mira, mientras que DuncanDhú siempre me parecieron la viva imagen del sonido «ñoñostiarra» la Dama se Esconde era de otro nivel.
Nunca me gustaron demasiado, pero la calidad está ahi: indiscutible.
Comparar La Dama con Duncan no me parece justo.
yo ahora como estoy con el trap pues ni me acuerdo de las canciones de la Dama, a mí me molaba la pose de Goberna cuando salía cantando en la tele, o Ignacio Valencia doblando las piernas cuando tocaba el bajo