The Last Da Vinci

Llegar del trabajo. Tarde. Cansado. Y descubrir que «Metrópolis», ese cajón desastre que tantas alegrías me ha dado, sigue en antena en La 2 y a una hora aceptable. Aunque sin la gran Marina Collazo…

Anoche el programa estaba dedicado al último certamen de publicidad de Cannes Lion. Entre varias y grandes sorpresas (como «The Talk«), me encontré con un anuncio de la casa de subastas Christie’s: Se trata del rodaje, con cámara oculta, de la reacción de los visitantes al observar la última obra de Da Vinci, «Salvator Mundi». Y he llorado:

No sé si por cansancio o no, pero he llorado. Porque este anuncio en sí es también una obra de arte, que te permite descubrir que el niño que éramos sigue dentro; que el ser humano continúa teniendo la capacidad innata de la sorpresa, de percibir la belleza, de emocionarse con ella. Y esta simple tontería ha hecho que mi lunes noche haya sido menos lunes. Casi jueves.

1 comentario en “The Last Da Vinci”

  1. Emotivo…sin duda la música de Max Richter ayuda lo suyo.
    Muy bien ejecutado y editado, aun así tengo mis dudas sobre lo de la cámara oculta. No por ello deja de ser un magnífico ejercicio. Gracias por la recomendación

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