Hasta el chirri de los 90, Rusia y Balenciaga

Seguramente habrás notado que, recientemente tu feed de Instagram se llena de zapatillas deportivas o ‘bamboh’, de esos que llevabas cuando tenías diez años y nunca creíste que volverías a ver en tiendas y mucho menos DESEARLAS tantísimo como las triple S de Balenciaga.

Que no es que estén sucias, sino que las venden así, llenas de roña, por 650€

Por no hablar de las miles de versiones paralelas de distintas marcas que se han dedicado a reproducirlas hasta la saciedad para que los mortales puedan acceder a la llamada estética de la Russian Rave, que no es otra cosa que un giro de tuerca más a la locura de la moda de los 90 que lleva imperando en la moda desde el bombazo televisivo de Stranger Thingsentre otras muchas razones, muchas de ellas políticas. El clima de insatisfacción generalizado y la excesiva información a través de redes sociales genera un sentimiento de nostalgia, vuelta a la niñez, a tiempos más fáciles, a una estética más casual, chandalera, trash…

De cuando te ibas a la KKO, te ponían el flying free y aguantabas la noche con 2000 pesetas

Sociología aparte, es interesante hablar del increíble crecimiento de los diseñadores y modelos de origen eslavo con nombres impronunciables (Demna Gvasalia en Balenciaga y Vetements) y con unas caras de ángeles etéreos que nos hacen sentir aun peor con nuestra anatomía mediterranea. Pero es lo que hay, lo asumimos y seguimos la moda, aunque nos siente como un tiro.

El señor Gvasalia, autor, entre otras muchas cosas, de la bolsa de Ikea de 1700€, está considerado como el diseñador vivo más influyente del momento. Y no es para menos ya que ha conseguido reflotar la casa Balenciaga, (que en origen es española, sí, pero con la muerte de Cristobal Balenciaga, la marca cayó en el olvido y la decadencia duró décadas hasta que sus derechos fueron comprados por el grupo francés Jacques Bogart y de español tiene lo que los rusos estos).

Básicamente, lo que ha ocurrido en la firma (ahora francesa) es una lavada de cara de tres pares de narices, lo que nos deja imágenes tan contrastadas como estás:

Una de las últimas campañas publicitarias de la firma, inspiradas en las horribles fotos de anuario que tiene tu abuela en la pared de la entrada.
Original de Cristobal Balenciaga, crica 1940. Ella es fina y elegante y lo sabe.
 

Nos guste o no, impera esta estética y, aunque nos cueste creerlo, toda la producción detrás de ella está llena de referencias muy bien elaboradas. En las firmas de moda tan elevadas no se da puntada sin hilo! El arte, la música e incluso la filosofía más sesuda forman parte del crisol de tendencias que cada año nos acompañan. La clave para sobrevivir es pararse a observar, valorar y entender lo que nos ofrece la moda.

Menos esto…Esto no hay por donde cogerlo chica. Hasta pronto!

Las Crocs con plataforma de Balenciaga que Margarita Seisdedos lleva en el bolso.

7 comentarios en “Hasta el chirri de los 90, Rusia y Balenciaga”

  1. elsugusaazul

    Muy guapo hay que ser para que la estética del feísmo te quede bien. Personnalmente, el look «vengo de pillar droga y pero antes de metérmela voy a rebuscar comida en el contenedor del Dia» me parece espantosa.

  2. Pues prepárate que por lo que se ha visto en el coachella vamos a vivir en un vídeo de aqua los próximos tres años: pantalones anchos, botones de suela gorda, tops, flúor…

    1. me veo como en las películas apocalípticas, haciendo acopio de camisetas básicas y slips…

  3. Foto del avatar
    FakePlasticBoy

    El genio don Cristóbal se tiene que estar revolviendo en su tumba… No lo digo como señor reaccionario de la meseta central, es que la marca se ha vendido completamente al sinsentido de la moda, cosa que Balenciaga jamás haría.
    Ya le podrían haber dejado las riendas de la marca a, por ejemplo, Josep Font, que hubiera reinterpretado de maravilla el espíritu Balenciaga, como ha hecho magistralmente con Delpozo.

Los comentarios están cerrados.