Escribir sin saber qué escribir

menteneblanco

Perobuenovenga, vamos a ver, Flanny. A escribir. Tienes que escribir. Bueno, no tienes, que no te paga nadie -a veces la atrocera mayor te escupe, pero porque creo que le gustas-.

Pero quieres escribir. Te gusta escribir y lo haces relativamente bien. Además, te han pasado muchas cosas divertidas. Has tenido citas con chicos guapos -que, bueno, luego no te han hecho ni puto caso porque para escribir y tal puede que sirvas, pero para ligar… no demasiado-.

Bueno, que no te desvíes. Que quieres escribir. Puedes tirar por ahí, por las citas. Por las que han ido bien y han acabado en la cama –“yo es que soy de tomarme una cerveza pronto en el Botijo y luego ya se verá”; buen truco, Flanny; escapatoria perfecta si el tío no es de tu agrado. Y cercanía a tu casa si el tío te la pone como el abrigo de Montserrat Caballé-.

Pero esto es Atroz. Tampoco puedes hablar de ti todo el rato. Habla de libros. Bueno, de libros no, porque el que te estás leyendo es un secreto aún y te lo han pasado para que les des tu opinión y aún no lo has terminado porque te pasas el día como si estuvieras mirando cómo se ca la pintura de una pared.

¿De Música? ¿Ha hecho algo nuevo Gloria Estefan? Bueno, la sintonía de “Onde day at a Time”, de Netflix. Pero tampoco es tan buena y, al fin y al cabo, no la has terminado. Has preferido ponerte con Jane the Virgin y Rafael. Ay, Rafael… Y Michael. Y Adam. Y el profe de literatura, Y…

Rafael SolanoMichael Cordero

Total, que tienes que centrarte, Flanny. Los de Atroz ya te están echando la bronca porque hace casi un año que no escribes más que comentarios en los grupales. Y no en todos -a ver es que yo en algunos no puedo decir nada. Soy lo peor en cuanto a cultura de la buena, de la que les gusta a ellos, de la que no es mainstream o si lo es, es porque es muy maricona. No puedo contar por ahí nada-.

¿Hablo de las citas desastrosas? Puedo hablar del que me eructó en la cama. Dos veces. Pero claro, igual se entera y es una movida. Que tenemos amigos comunes. Y además, me lee mi madre, así que ni por asomo voy a contar lo del que no sólo se corría como una manguera entidisturbios (que me manchó hasta la coronilla y estaba yo sentado sobre él). Le calculo yo dos litros que salieron de ahí. Pero es que además sólo le excitaba que le follaran la boca nivel ahogarse y me quedé con varios pelos de cogerle para hacer fuerza. No, esto también descartado.

Aunque hubo una peor. Hay una cita que no llegó a ser cita porque tuve movida con el teléfono pero que el tío se presentó con una foto de mi Instagram en su móvil y se puso a preguntar hasta en 4 ocasiones a los camareros y, lo que es peor, a la gente que estaba tomando una cerveza en el bar donde “en teoría” habíamos quedado. Que es mi bar preferido y no sé si podré volver en breve (mira, mejor, eso que ahorro en dinero y en salud, que tanta cerveza no puede ser buena). Le bloqueé, por razones obvias.

Que también ha habido citas bonitas. Una, en concreto, parece que todavía no ha acabado y hacemos el tontorrón pero sin pasarnos. Y me regaló un libro que me apetecía mucho. Pero no tengo tiempo de leerlo. Tengo que ver secarse la pintura de la pared. Bueno, y que me gustó mucho más el marcapáginas, para qué nos vamos a engañar.

Marcapáginas

En serio, ¿de qué puedo hablar, si mi vida se basa en despertarme (tarde) para ir a currar a un trabajo que ni me llena ni en el que soy valorado y salir para llegar a casa a tumbarme a ver series de televisión porque algún malnacido ha querido cobrarse lo que no le hice y estoy un poco ahí como una urraca ahorrando?

Que, bueno, ahora que estoy dejando de fumar (o fumando mucho menos, depende de cómo se vea, o medio vapeando, os dejo la crítica a vuestro favor) ahorraré más. Igual tengo para la Switch, que son los únicos tuits que medio he tenido gracia este final e inicio de año. Hasta me hice un gofundme por petición popular. Conseguidme una Switch y me hago experto en videojuegos maricas. Y puedo escribir de mi amor por Mario.

GofundmeJPG

Esque, en serio, por no pasarme, no me pasa ni con el frenopático, que ha “decidido” pasar de mí. Que oye, que yo que me alegro. Pobrecito del próximo, que le va a dar una turra que no se la deseo ni al tontolapolla de mi ex a mi peor enemigo. Pero mira, es feliz y yo sólo quiero que sea feliz y viva su vida. Y no la mía.

Resumiendo, atroceros, ¿de qué escribes cuando tu vida no te da para escribir y tu inspiración se ha ido de paseo con tu sueño? Se me ocurre una cosa. ¿Hay algo de lo que os he contado en estos párrafos donde no hablo de nada que os parezca interesante como para dedicarle un post entero?

Estoy abierto a sugerencias y sugerencios. Y hasta a votaciones en los comentarios. Haré lo posible. Y así la jefaza no me echará del grupo privado donde mostramos los nudes que nos mandáis y puntuamos maliciosamente.

Que eso es muy diver.