Madonna, disco a disco

Qué podemos decir de esta respetable señora que no se haya dicho ya… Pues que todos en el fondo (o de forma explícita) la odiamos un poco, pero que cuando se trata de repasar y analizar su carrera musical nos deshacemos en halagos, porque siempre hay uno, dos o tres de sus 15 discos que han marcado una etapa de nuestra vida.

Su capacidad de reinvención y su talento para rodearse de los que saben potenciar sus cualidades han hecho de su discografía una amalgama variada y ecléctica, un apasionante manifiesto musical de su cambiante personalidad. Ser cientos en una es para muchos el secreto de que a día de hoy aún siga interesando cada mínimo paso que da.

Te guste o no, alégrate por haber asistido (y seguir haciéndolo) a la trayectoria de un grandísimo icono de la música. Por haberla tenido siempre alrededor, haber temblado de emoción con cada uno de sus lanzamientos y haber presenciado su evolución en vida. Su vida.

34 años de carrera musical dan para muchos aciertos y unos cuantos errores, pero, admitámoslo, necesitaríamos tres vidas para conseguir el 25% de lo que ella ha logrado.

La redacción analiza su discografía al completo y clasifica por votación los álbumes de su carrera de peor a mejor. Ajústense los suspensorios porque vamos a emprender un viaje muuuy largo. ¡Despegamos!

 

 

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MADONNA (1983)

Analizar el ábum de debut homónimo de Madonna resulta complejo y extraño a la vista de su espectacular carrera posterior. Sin embargo, es uno de mis discos favoritos de la diva, probablemente sea el más naif, pero ahí precisamente reside su principal encanto. Llegó en un momento donde principalmente escuchaba tecnopop británico e italo disco y se quedo para siempre en mis referentes con su rollo medio funky, medio disco y pop. Con una producción algo tosca pero brillante de su novio del momento, John «Jellybean» Benitez, nos dejó un álbum con pocos temas pero de larga duración diseñados para la pista de baile y que todavía a día de hoy las revientan. Incluye alguno de sus hits más recurrentes como «Lucky Star», «Bordeline», «Burning Up» o por supuesto esas dos maravillas que son «Holiday», su primer éxito internaciona, y «Everybody», una de sus canciones más eroticas y sugerentes. Eso por no hablar de ese primerísimo primer plano de portada donde te dan ganas de comertela, a ella y a sus pulseras.

C. del Palote

 

 

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LIKE A VIRGIN (1984)

En 1984 yo estaba muy tierno y atormentado y Madonna no entraba dentro de mis planes de destrucción masiva del mundo que me rodeaba entonces. Yo suspiraba más por la pose siniestra y casi asesina de The Cure. Sin embargo todas mis amigas bailaban el “Material Girl” como si no hubiera mañana, así que me compré la cassete y ahí comencé a fijarme en ella. No mucho, pero algo prendió en mi pecho, y no precisamente el estilismo de la diva que, por aquel entonces, se parecía horrores a mi prima Maricarmen (ésta ya vestía con medias rotas y falditas de skay) lo que me producía un rechazo instantáneo. Pero con el paso del tiempo he sabido “colocar” la importancia de este artefacto pop e icónico de los 80. 5 singles y éxitos instantáneos como la canción ya mencionada o los hits “Like a Virgin”, “Dress you up” o “Into the groove”, ésta última incluida en su reedición de 1985 hacen que el disco ocupe un lugar destacado en la historia de la música moderna. Ademas ya se intuía que la chica era lista y, además de saber rodearse de los mejores, se atrevía a componer algunas piezas. Algo más que te una cara bonita y una pose de chica mala. “Like a Virgin” fue su consolidación y la primera piedra, real, del mito.

Mocico

 

 

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TRUE BLUE (1986)

Empecé a ser fan de Madonna desde Like a Virgin. Fan de ponerme mitones, rosarios y camisetas cortadas por el ombligo. Pensaba que Madonna sería para siempre mi expresión adolescente, descarada como Farala, fresca y pop funk. Y con trece años llegó “Live To Tell”, y su vídeo ¿Qué hacemos con esto Madonna? Pues abrazar la evolución, la profundidad, los violines y la intención en el proceso creativo. Madonna, no olvidemos, es co-productora y compositora del disco junto a Steve Bray, que pone el funk, el pulso; y Patrick Leonard, que pone la elegancia, lo sinfónico (“Papa Don’t Preach”), lo esencial, lo que no tuerce la ironía. Madonna canta grave, y canta rotunda. «White Heat”, auténtico sleeper single, con uno de los mejores puentes que ha cantado nunca. “True Blue”, que funciona tan bien como pop cincuentero con los sintes de la época, con su mensaje puro de amor que redime… Para mí, de todas todas, lo esencial es que este disco es inseparable de su puesta en escena, que fue el “Who’s That Girl” tour, en el que se erige ya como soberana, con una Madonna que intuye y vislumbra lo que llegará a ser, y nos regala esa potencia, nos comparte la intuición profunda sobre su propio poder. Canta grave, y canta rotunda. “Open Your Heart”, con video de Mondino, explorando la pérdida de la inocencia sobre ese bajo electrónico en ostinato, y con ese número de cabaret en la silla que abre el concierto (momento que no puedo ver sin que se me llenen los ojos de lágrimas)… Y esa portada, que tengo colgada en mi estudio en casa, que es el fondo de mi móvil, que me pone siempre de buen humor con un pellizco en el estómago. Esa portada se convierte en carnal en la interpretación en vivo de “Live To Tell”, el himno a los secretos que queman y matan por dentro. No podéis dejar de verla, y prestad especial atención al largo interludio instrumental en que Madonna defiende un escenario completamente sola, mirando al público, y contándonos “sí, lo habéis entendido bien: yo soy vuestro hogar».

Cotilla Misántropo

 

 

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WHO’S THAT GIRL (1987)

Una cosita menor que solo incluye cuatro canciones de la artista, pero que está acreditado como propio. Una B.S.O. que aprovechó Warner para meter a grupos desconocidos y de calidad dudosa, si exceptuamos a Scritti Politti claro. En cuanto a sus canciones, pues regularcillas, la que da nombre a la película que se aprovechaba del tirón de La Isla Bonita y que mete con calzador palabras en castellano, una balada más que interesante, The Look of Love, otra que me mola, Causing A Commotion, que se aprovecha del éxito de Into The Groove, y una última, Can’t Stop, muy rollo True Blue. Lo dicho, bastante prescindible…

C. del Palote

 

 

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LIKE A PRAYER (1989)

Para entender la trascendencia de «Like a prayer»· hay que situarse en el contexto musical y temporal. Con sus primeros discos Madonna se había hecho un hueco entre la muchachada (principalmente marica) pero nadie la tomaba en serio.Tras varios años de sequía y sacando discos como la BSO de Who´s that girl (donde solo cantaba cuatro canciones), parecía que se había agotado el filón de la de Detroit y de pronto…De pronto Pepsi anuncia que patrocina su nueva gira y para ello saca algunas imágenes del que será su nuevo vídeo con mucho de cruces ardiendo y Madonna de moreno que encima le sentaba de fábula. Recuerdo la noche que estrenaron el vídeo de «Like a prayer», recuerdo el impacto a nivel mundial narrado en los telediarios (y eso que no existía twitter), recuerdo las condenas de una iglesia escandalizada, recuerdo ir corriendo a la tienda para comprarme el disco y al abrirlo, ese olor a pachuli que todavía le dura tantos años después. Luego vino el vídeo de «Express yourself» (¡Qué vídeo!) y ya estaba claro que se había convertido en un fenómeno. El disco era un salto brutal en calidad y ambiciones y Madonna demostraba que no sólo había venido a montar escándalos y enseñar carne; también quería ser importante en la historia de la música. Un poco desbalazado, un poco incoherente (marca de la casa al trabajar con tantos productores distintos) pero con Prince echando una mano (en una canción mediocre) y con una de las mejores canciones que jamás ha tenido Madonna en sus manos; Cherish. Y nunca, jamás, ha estado tan guapa.

MM

 

 

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I’M BREATHLESS (1990)

I’m Breathless sería uno de los trabajos más olvidados de la carrera de Madonna si no fuera porque incluye uno de sus más grandes éxitos y sin duda una de sus mejores canciones: Vogue. Curiosamente, es el único tema que no tiene nada que ver con el resto del disco y que, en principio, no iba a aparecer en el mismo. Como bien dice el subtítulo (Music from and Inspired by the Film Dick Tracy), los otros 10 temas (uno dividido en dos partes) son todos claramente retro en correspondencia con la época en la que está ambientada la película (años 30), a excepción de Something to Remember, una de sus baladas más pegadizas y que podría funcionar perfectamente en otro cualquier álbum. Madonna aprovechó su participación en 1990 en la película de Warren Beatty, donde interpretaba a la vampiresa Breathless Mahoney, para cambiar totalmente de registro con este trabajo que incluye 3 canciones originales de Stephen Sondheim (el dios de los musicales entre los aficionados más exigentes) compuestas especialmente para su banda sonora (Sooner or Later, More y What Can You Lose –esta última cantada a dúo con Mandy Patinkin, el Che Guevara de Evita en Broadway), y otras inspirados en la música de entonces. Y a pesar de no parecer en su momento la mejor opción para cantar temas tipo estándar, la cantante afronta el reto con soltura y sale más que airosa del empeño. Como ocurriría años más tarde con otra empresa más ardua: Evita. Más tipo cabaret y music hall que Broadway, la cantante pasa con desparpajo desde temas tipo girl groups del momento como las Boswell Sisters, y pocos años después las Andrew Sisters (Hanky Panky, Back in Business), a toques brasileiros a lo Carmen Miranda (I’m Going Bananas) o a lo Betty Boop (Cry Baby). Y mantiene las composiciones a ritmo de swing y jazz en He´s a Man (canción que abre el disco) y Now I’m Following You (a dúo con Warren Beatty, y dividido en 2 partes con distintos ritmos). El álbum cierra con el mítico Vogue, uno de los himnos imprescindibles en la carrera de la cantante, y con guiño a la época de la película mencionando a algunos de los iconos del momento como Greta Garbo y Marlene Dietrich, entre otros. Y, por supuesto, uno de sus vídeos más recordados de la mano de David Fincher. Con este panorama, el disco lógicamente no es el favorito de los aficionados al pop (sólo se editaron 2 singles –Vogue y Hanky Panky) ni modernas del momento. Y, por otra parte, Madonna tampoco forma parte de las grandes divas del jazz o similar para los más puristas, por lo que el trabajo queda en tierra de nadie. Aunque para mi no deja de ser uno de sus mejores trabajos y muy a reivindicar.

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EROTICA (1992)

25 años hace del lanzamiento de esta obra de arte incomprendida, y todavía consigue que se me pongan de punta los pelos al escuchar los primeros segundos de «Erotica», ese polvo en la aguja del tocadiscos y el mantra que comienza con:«My name is Dita/I’ll be your mistress tonight». Madonna venía de pasar de ser una cantante pop a tener en cuenta a convertirse en LA CANTANTE POP a través del lp «Like a prayer» y en un icono gay por obra y gracia de «Vogue», la mejor canción de su carrera en el peor disco que haya parido nunca. Después de esto, necesitaba cerrar una etapa y renegociar su posición en Warner. Qué mejor que con un recopilatorio donde tenía la infumable «Rescue me» y la emblemática «Justify my love» (más Kravitz que si Kravitz hubiera sido su verdadero autor.) «Justify my love» anuncia lo que nos venía encima: LA CANTANTE POP, el icono gay tenía coño. Le gustaba. Iba a jugar con su coño, cantar con coño, a cantar como el coño y a tocarse el coño a dos manos en los años venideros, si venía el caso. Fue chochocentrista antes que Las Bistecs. Y es que, queridos, Madonna lo ha hecho todo antes. Con «Erotica» parece romper con lo anterior, aunque ya nos lo venía anunciando: esa voz, esos ritmos, empaparse de la contracultura de club (su particular versión de «Fever», el rebote que se pega en «Bye, bye, baby» con su futuro ex), del jazz («My secret garden» y la oda a su entrepierna)… Sí, Madonna hace su disco de jazz, pero uno sucio, sudoroso, con mala ostia («Waiting»). No canta, se folla las canciones. Y quiere que te corras con ella, que seas uno con su música. Y que bailes, que vuelvas a la discoteca, sea con el pelo afro («Deeper & deeper»), sea con pantalones vaqueros y chaleco de cuero («Words») Tampoco deja de lado el pop con mensaje como su cruzada contra el sida («In this life»), la necesidad de amar y ser amado sin prejuicios («Why’s it so hard») o demostrar su propia vulnerabilidad («Bad girl» y el mejor vídeo que haya rodado nunca). ¿Que por qué es mi disco favorito de toda su carrera? Porque siempre me llaman la atención aquellas obras que suponen un giro, un cambio en su autor. Este fue el lp por el que casi acaba la carrera de la Ciccone. A ello tampoco ayudó su ineptitud para actuar en «El cuerpo del delito» y el panfleto publicitario de este cd que supuso «Sex». Fue su salto del tiburón, su mirada hacia el abismo. Demostró que hacía lo que le salía de sus cuerpos cavernosos, te gustase o no… sin olvidar lo de llevar bajo la falda una calculadora y estudiar mejor sus movimientos a partir de entonces.

Sr. Skyzos

 

 

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BEDTIME STORIES (1994)

Ostias como panes. Eso fue lo que recibió La Vero con «Erotica», así que había que recuperar parte de lo perdido y salir del batacazo que casi acaba con su carrera. Con «Bedtime Stories» comienza su periplo con productores de moda, a veces siendo ella quienes los descubre al gran público (Mirwais, Orbit), otras a rebufo de modas (Pharrel, Timbaland). Babyface venía de trabajar con Toni Braxton, y el r’n’b estaba de moda en los 90. Él y Dallas Austin darán mayoritariamente el sonido al álbum. La parte arty la aporta Nelle Hopper, abriéndole las puertas a una colaboración con Björk en este lp («Bedtime Story», con un vídeo que forma parte de la colección permanente del MOMA de Nueva York) y con Massive Attack en un posterior recopilatorio de baladas («I want you»). Estéticamente el álbum nos trae a la Dita Parlo postfiesta de «Deeper & Deeper» enlazando además con el vídeo de «Secret» y su afán por ser más del Bronx que la JLo. En cuanto a la música… En su conjunto suena desangelado. Sin alma. Mediocre. Cuando tratas de ir analizando las canciones, en cambio, descubres pinceladas de creatividad, aunque no de genialidad, en «I’d rather be your lover» con el rap de Meshell Ndegeocello, la electroinstrospección de «Inside of me» o «Forbidden love». ¿Qué destacaría? «Sanctuary» como predecesor de lo que vendrá en un futuro o «Human nature» y su declaración de intenciones (<<No me arrepiento/Es la naturaleza humana/No soy tu zorra/No eches tu mierda encima de mí>>) acompañado con un manual de danza clásica en su videoclip. De «Take a bow» sólo reseñar que es el claro ejemplo de que, cuando Madonna tiene un objetivo, al final lo consigue: con este videosingle y con «You’ll see» dejó bien claro a Alan Parker que podía lucir moño de institutriz y pieles falsas tan bien como Evita Perón.

Sr. Skyzos

 

 

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EVITA (1996)

Allá por el año 1996 yo descubrí mi primera polla y Madonna descubrió el musical. La única diferencia es que mientras yo no las he soltado, ella no salió tan contenta con ese género musical. Ella siempre había añorado ser Evita. Nosotros siempre hemos soñado con un argentino rabudo que nos comiese la oreja con su acento y nos embistiese cual semental de la Pampa. Además, quién no se ha puesto a cantar “Don’t Cry For Me Argentina” en un momento de mariconismo transitorio?

De la mezcla con Banderas, todos sabemos. Pero la verdad, como él me importa lo que una berza en el supermercado, ni le voy a dedicar una palabra de más.

Madonna siempre ha querido ser Santa. Virgen lo fue allá por los cincuenta…. Tiene que mirar hacia delante, hacia atrás tiene que tener la visión de un campo de vergas. Evita es considerada por muchos argentinos como una Santa lo cual provocó que la reina del pop aterrizase con sus maletas y algún que otro pitido que la mandaba de vuelta a los EEUU.

Alan Parker, ante tanto disgusto, tomó tal sobredosis de antiácidos que le produjo una ginecomastia bestial, según refieren en VanidadesArgentinas.com

Su embarazo durante la producción, de tanto triskarse a ese entrenador tan buenérrimo que tenía y su debut como actriz, la rellenaron de felicidad.

El disco fue Top 5 de la época. Madonna se llevo su Globo de Oro por mejor actriz, que a saber donde lo tiene, y el Oscar al mejor tema de película por “You Must Love Me”. De las otras cuatro nominaciones restantes, cero patatero.

Y del disco, han leído bien, disco de vinilo y todo, pues miren ustedes, un éxito en ventas. Pero en aquella época se vendía todo, no había comenzado casi ni el internet. 19 temas en total. En cada país aderezados cual ensalada de queso de cabra para vender más. Que si una edición especial. Que si le regalo también la foto con la recepción del Papa. Que en España me lo cante en castellano. Ustedes ya saben, que se hacen las tontas para lo que quieren.

Resumiendo, consiguió una millonada para reinventarse nuevamente en su siguiente proyecto que fue…. adivina adivinaza, cuando me lo meten, se me mueve la panza. Y no es un endoscopio.

Candy Pus

 

 

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RAY OF LIGHT (1998)

Corría el año 1998 y por ser el siete un número cargado de magia y misticismo, la doña decidió dar su primer mega cambio y volverse loca del coño con La Cábala. Gracias a eso, parió Ray of Light, su séptimo disco y top de su carrera. Cada tema era más enorme que el anterior, pero cada uno distinto. Intimismo, electrónica, alegría y cánticos hindúes se mezclaban en un disco compacto y arrollador. Drowned World, Frozen, Nothing Really Matters, Sky Fits Heaven, Ray of Light… todos son temazos que aún hoy me dan escalofríos… Este es el disco de Madonna que cualquiera se llevaría a una isla desierta, sobre todo Marta Sánchez, que se le hizo el chichi Pepsi-Cola pensando en que lo iba a fusilar desde la portada.

Fiorella Heart

 

 

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MUSIC (2000)

Es difícil decir algo de un disco que lleva ya 17 años en el mercado y más si es de Madonna.
Podemos recordar alguna anécdotas como que Music la canción, fue el último single Número 1 de Madonna en los USA.
Music también marcó la vuelta a los escenarios de Madonna tras 8 años de ausencia.
El Drowned World tour al cual yo mismamente asistí a la primera cita en Barcelona puedo asegurar y doy fe que fue apocalíptica por la cantidad de maricas corriendo que arrollamos a los guardas de seguridad al abrir las puertas del recinto y que no pudieron contener como si de una estampida de —us Africanos se tratase.

Podemos decir que Music no es ni el mejor ni el peor album de Madonna, pero tiene muchas canciones que además con el tiempo han madurado muy bien.

Vamos una por una:

Music
AquÌ Madonna dio en el clavo, video espectacular incluyéndola a ella como superheroína animada, una canción para pasarlo bien y punto, como debe de ser, al fin y al cabo no nos mola mucho Madonna cuando nos quiere adoctrinar, que se pone muy pesada y solo sabe decir mother fuckers! que ya huele.
El video hizo que se la metiera clavada al mercado estadounidense, ya que el sonido era totalmente acid rock, como ella lo clasifica, cosa que también hizo con Don’t tell, que veremos después.
La canción fue número 1 en el billboard. Y ya despídete, bonita.
La promoción a bombo y platillo en Grammys y MTV europeos con camiseta de Kylie incluida.

Aquí algunas de las actuaciones dignas de visionar de cuando Madonna molaba en el escenario. Juzgen por si mismos.
Video:

MTV 2000

Grammys 2001
https://www.youtube.com/watch?v=Wxm8UNQJZJw

Drowned world tour y fin de fiesta
https://www.youtube.com/watch?v=oX1JLF1HWMo

Nota: 9

Impresive instant
Bueno, de esas canciones que merecen la pena pero que comercialmente no consiguió nada , la defendió muy bien en el Drowned world tour.

Nota: 6

Runaway lover
No sé, canción de relleno que tampoco llegó a nada ni fue single.

Nota: 4

I deserve it
Aquí ya si que nos ponemos serios porque esto es un temazo, mierda pa ti Lady Gaga y tú Joane bonita, been there, done that. Besitos.
Eso si, se nota que estaba enamoradisima de Guy y esa canción seguramente fue algo que salio de ahí.

En esta actuación tenemos a la Madonna más feliz, guapa y sonriente que yo jamás he visto (ver minuto 1:20 o toda ella porque es maravillosa), ella sola con una guitarra para que luego digan las malas lenguas.

All the pain was worth it.

Nota: 10

Amazing
¡Y dale!, que con el Beautiful stranger ya tuvimos bastante, no nos cueles lo mismo hija.

Nota: 4

Nobody’s Perfect
Bueno no se qué decir de este, vocoder a tope que ya utiliza en Paradise not for me que es mucho mejor, aquí buena puesta en escena para el tema en directo, lo único.

Nota: 5

Don’t Tell Me
Como le funcionó el gorrito cowboy en Music aquÌ repite fórmula en un video que puede pasar a los anales de la historia (que mal suena anales, pero sí).
Bordó el video, bordó la coreografía y bordó la canción de la cual me imagino ella se siente muy identificada con la letra.
Viva ella y los chulos del video.

Guapa, guapa, guapa y reina reina reina por siempre jamás. Un 10.

https://www.youtube.com/watch?v=FRLHro9EPD0

Nota: 8

What It Feels Like for a Girl
Otro temazo y video de Guy Ritchie, se nota, se nota, ella va rollo malota en coche dándole hostias a todo el que se pone en su camino, vamos una metáfora de su carrera musical para que nos vamos a engañar.
La mezcla del video difiere de la original del album, bestial!

De la puesta en escena y version para el Drowned worl tour mejor no hablamos ¿o sÌ? Horror máximo.

Por cierto, la introducción de la canción viene de aquí, por si alguien no se habia percatadao, ignorantas!

Nota: 8.

Paradise (Not for Me)
Otra joya maravillosa inclasificable, pasada la puesta en escena en el Confession tour, perfecta.

Nota: 9

Gone
Para acabar el album, otra balada de esas que te dejan muerta tirada patidifusa por los suelos, no se puede acabar mejor.
Intenta cantarla en karaoke y difruta porque es para eso.

Nota: 8

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Nota final: 7,1

Sor Inmaculada

 

 

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AMERICAN LIFE (2003)

Después de volverse mística y proclamar su fe en la Kábala.

 

Después de hacernos bailar a todos con «music makes the people come together» y enseñarnos su embarazo, que un poco más y da con la barriga en la cámara.

Después de todo, va ella y dice «ehh!! que me paso por el forro de mi coño italiano el american life«.

Después de haber mamado y bien mamado de la teta estadounidense, va ella y reniega de todo eso. Y claro, encima va, y le sale un disco redondo. Porque sí.

Porque a pesar de haber sido maltratado por crítica y público (su disco de ventas más bajas hasta 2012 con MDNA a pesar de vender 5 millones de copias) es un discazo.

El concepto de éste disco no es que Madonna un día se levantara por la mañana y decidiera estar hasta el jigo de su vida. Realmente nace del dolor, la incertidumbre y ansiedad que le produjeron los atentados del 11-S. Nace en ella la necesidad de cuestionar la política norteamericana, pero también a darse cuenta de que no es feliz, a pesar de tenerlo todo y más.

Prueba de ello son el single «American Life» y «I´m so stupid», donde se pregunta como siendo quién es y teniendo lo que tiene, no es feliz, por qué no se ha cumplido todo eso que le vendieron.

También le da candela a la maquinaria de Hollywood en la canción del mismo título, y a lo caro que sale al final comprar la vida que te venden y creerte el sueño americano.

 

En ningún caso reniega de los 20 años que hay entre su primer disco y éste, ni de haber hecho apología del materialismo, los diamantes y el uso de la sexualidad y la erótica para vender discos. Al contrario, lo que dice es que a pesar de todo ello, y de todo lo que esto le ha proporcionado, no es feliz. Sigue vacía.

Parte de la «culpa» de éste disco la tiene Guy Ritchie, que según dicen, trajo madurez y serenidad en la vida de Madonna, a la que hizo centrarse más en sí misma y en su familia. De hecho, le dedica tres canciones de amor magníficamente producidas por Mirwais Ahmadzaï (como todo el resto del disco). Una trilogía que comienza con «Nothing Fails», y sigue con «Intervention» y «X-Static Process», temas con una base folk que dan aún más emotividad a las letras.

Con este disco Madonna también entierra fantasmas del pasado, como en «Mother and Father», donde se despide de su madre que murió de cáncer cuando ella tenía 5 años.

Además, contiene el tema Die Another Day, que fue banda sonora de la película de James Bond del mismo título, interpretada por Pierce Mojabragas Brosnan.

El último tema, «Easy Ride», es una canción orientada hacia los instrumentos de cuerda. Aquí Madonna revela sus sentimientos hacia la vejez, al decir que quiere vivir para siempre, y llegar a un punto de su vida donde pueda estar cómoda.

Quizás, el fallo más gordo de éste disco fue su promoción, en contra de lo que en un principio es el concepto del disco. Fue aquí donde Madonna se comió la boca con Xtina Aguilera y Britney Antesderraparmelacabeza Spears. Fue tal el escándalo en el momento, que se perdió por completo lo que escondía tanto esa actuación como el propio disco en sí.

Por eso, es importante para volver a escuchar este disco, tener presentes las palabras de Madonna en una entrevista para Mtv:

«¿Quien mejor para decir esas cosas que alguien que las ha experimentado? La gente puede decir: ¿Cómo puedes decir que no importan? ¿Cómo puedes decir que el dinero no te traerá felicidad si no tienes mucho dinero? ¿Cómo puedes decir que la fama y la fortuna no garantizan felicidad, alegría y satisfacción en tu vida?» Tienes que experimentar para saber. Porque tienes esas cosas, yo he tenido esas cosas y no he tenido nada más que caos a mi alrededor. Así que solo estoy compartiendo lo que sé con el mundo. Porque creo que nos hemos consumido completamente por ser ricos y famosos, nuestra sociedad lo ha hecho. Y solo quiero decirle a la gente, «créanme, tengo todas esas cosas y ninguna de ellas me ha traído un minuto de felicidad».»

 

Amando Gris

 

 

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CONFESSIONS ON A DANCE FLOOR (2005)

Confessions on a dance floor es, para muchos, la llegada de Madonna a sus vidas. Tras un álbum altamente politizado, la artista se arremangó las faldas para ofrecer un trabajo de gran calidad desde cualquier punto de vista. Aquí no hay canciones de relleno. Es más, se concibe como un tracklist que se une entre sí como si de una sesión completa de discoteca se tratara. La mayoría de canciones se centran en el amor, en las distensiones, desesperanzas y locuras a las que nos lleva la ambrosía de las relaciones humanas. También hay reflexiones sobre la religión y la fama. Madonna explora sonidos, rescata susurros y distintas formas de parafraseo de sus álbumes de los 90s. El disco se desarrolla a través de un gran uso de samples de otros grandes (BeeGees, Abba, Donna Summer, Pet Shop Boys o Depeche Mode), lo que sin duda aporta calidad musical segura de base y configura una amalgama que va desde lo electrodance con lo más pop rozando a veces el house.

La elección de singles, sus vídeos, así como la promo se tildan con la genialidad propia de la artista. Conocimos el álbum con el fastuoso hit Hung up, utilizando el sample de los grandes ABBA. Cabe rememorar el hype que creó la señora en su web meses antes, solo dejando el principio del sampler como adelanto de música nueva en su haber. Pero nunca esperamos que sucediera aquello. El intrumental y la letra son maravillosos y Madonna dio un giro de tuerca con el famoso vídeo donde hacía ventosa con el jopo en el suelo.

Como segundo single, la estrella eligió la no menos fulgente “Sorry” que nos ayudó a disculparnos en varios idiomas y que nos sirve hoy día incluso cuando no tenemos más token para Cam4.

A continuación dos singles más (“Get together” y “Jump”) que no hicieron peor trabajo que sus predecesores. Muchos aún aseguramos que este disco es el más completo, íntegro y currado de su carrera.

Fon Cole

 

 

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HARD CANDY (2008)

Hay que entender Hard Candy como un hijo de su tiempo, y es ahí donde radica su verdadera fuerza. Como cuando miras tus fotos de los ochenta y te avergüenzas de haber llevado esos pelos, esas hombreras y esos estampados flúor, pero te alegras de haber estado a la moda.
El undécimo álbum de estudio de la reina del pop fue un disco que recibimos con mucha pereza. Primero, porque nos acercamos a él como a un refrito de las sobras de Timbaland, de cuyos ritmos ya nos habíamos estado empachando unos años atrás por sus producciones para Nelly Furtado, Justin Timberlake o Björk. Segundo, porque ver a Madonna poner un pie en el R&B y el pop urbano apetecía poco o nada a estas alturas de la película. Tercero, porque ese artwork, poco menos que hortera, aunque pretendidamente mal ensamblado, chirriaba demasiado. Y, cuarto, porque el single de lanzamiento nos presentaba a la rubia queriendo salvar el mundo en 4 minutos, y esa delirante arrogancia ya sí que no se la quisimos consentir. Asistíamos a una Madonna estrenando la cincuentena, que tres años antes nos había dejado la joya que es Confessions on a dance floor y que había demostrado una cristalina elegancia a sus cuarenta. En la portada del disco (la más fea de toda su discografía) se muestra con una chulería que parecía haber abandonado en sus álbumes anteriores. Estábamos asistiendo a la reinvención de la Madonna que ha llegado hasta nuestros días: la que está con el bitch a todas horas en la boca, la localcoño más localcoño que nunca, la que no desaprovecha una oportunidad para lucir cacho, la que se viste como si se hubiera caído desnuda por el patio de luces y hubiera ido atravesando tendederos.

Además, como novedad, y sentando precedente para sus posteriores trabajos, fue el primero de sus discos en el que decidió prescindir de su nombre en la portada. Porque, cariño, no necesita presentaciones: ¡ya deberías reconocerla por un solo mechón de su pelo!

No obstante todo lo anterior, Hard Candy tiene una gran baza a su favor, quizá la mejor: es de los discos más homogéneos y con un concepto más sólido de cuantos ha hecho la ambición rubia. Y a eso no sólo contribuyen los ritmos marca Timbaland, sino la atmósfera, la arrogancia de las canciones que se valieron de la composición a cuatro manos con Pharrel Williams y Justin Timberlake y el tono chulesco y provocador de todas ellas. Es un álbum que, tras una prejuiciosa primera escucha (que en muchas ocasiones en eso quedó) suena sincero, sólido y con los arreglos justos, sin la superproducción con campanillas ni los agudos metálicos que caracterizarán a los siguientes.
Contiene uno de los singles que más fuerte ha pegado en la carrera de Madonna, 4 minutes, con el que volvió a petarlo, y varias joyas que no hacen más que brillar y brillar con cada nueva escucha, como son Heartbeat, Beat goes on (en mi opinión, el mejor tema del disco) o Voices. Además de Spanish Lesson, un puro divertimento sin más pretensiones que algunos ya han calificado como la peor canción de su carrera.

Fakeplasticboy

 

 

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MDNA (2012)

En el momento de su lanzamiento, no le presté mucha atención a MDNA. Mis escuchas de Madonna son muy casuales y ya me llegaba con Hard Candy, que sorprendentemente me había encantado. Así que pasé bastante de él hasta hace muy poco, y puedo afirmar una cosa: ¡cuánto daño hacen los singles mal escogidos! Una vez recuperado del rechazo que me produjo Give me all your Luvin’, pude descubrir que MDNA tiene algunos de los mejores trallazos de la gran rubia hija de puta post-confessions: a destacar I’m Addicted y Love Spent, que son geniales, pero para nada han recibido la relevancia que merecen. Podríamos decir que MDNA iba a ser un buen disco, pero se le cruzó la Superbowl por delante.

Fer Birkin

 

 

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REBEL HEART (2015)

Admitamos que la publicación de Rebel Heart nos pilló ya con muy pocas ganas de nuevas canciones de la reina del pop. Su anterior trabajo, MDNA, nos supo a poco o nada y carecía de algo relevante o memorable que contar, a excepción de un par de buenas canciones. Que la rubia nos ofreciese de nuevo un repertorio a modo de manifiesto de lo rebelde que su corazón es y siempre ha sido, ni nos sorprendía ni nos entusiasmaba, quizá porque era algo en lo que ya había profundizado de un modo u otro en American Life y, en menor medida, en Confessions on a dance floor.

Rebel Heart no es mal disco, pero a estas alturas de la película nos pilla asistiendo a una Madonna que casi está agotando su capacidad de reinvención. Empieza con un tema potente que suena a himno, como es Living for love, pero salvo hasta llegar al corte 9 (Iconic, la mejor canción del disco) todos los temas tienen una producción tan plástica y de radiofórmula que ninguno consigue calar lo más mínimo. La atmósfera es meliflua y está extremadamente sobada, híper subrayada. Y la producción de Avicii en algunos temas no ayuda ni engrandece el asunto (por mucho que el chico se empeñara en dejar claro que le habían cambiado su producción original de principio a fin).

No se le puede negar el esfuerzo de haber hecho un trabajo que responde a su tiempo en ritmo, sonido y arreglos, pero, lamentablemente, todo el álbum se queda en una superficie brillante por la que patinamos de principio a fin, llegando al último tema del disco con una conclusión en la cabeza: podría haber sido peor. Y eso es, precisamente, lo peor que se puede decir de alguien de su talla.

Puede que, con casi total seguridad, hayamos sido nosotros, y no ella, los que hemos cambiado.

Fakeplasticboy

 

Y, a continuación, la lista que, por votación, han confeccionado los redactores de Atroz con Leche (no incluimos Evita al no considerarlo un disco de Madonna propiamente dicho, ya que no produjo ni compuso ni un solo tema de la banda sonora):

15º Rebel Heart

14º MDNA

13º Who’s that girl?

12º I’m breathless

11º Hard Candy

10º Madonna

9º Bedtime Stories

8º American Life

7º Erotica

6º Like a Virgin

5º True Blue

4º Music

3º Confessions on a dance floor

2º Like a prayer

1º Ray of light

 

2 comentarios en “Madonna, disco a disco”

  1. C. del Palote

    ¡Muy orgulloso de formar parte de esta redacción! Post enciclopédico y excelente.

  2. Maravilla de post y de repaso a la carrera de Madonna…bueno de Madonna y casi de la vida personal de un servidor, porque como creo que decíais al principio, me gustasen más o menos cada uno de los discos fue parte de la banda sonora de una etapa vital personal, y por eso ha sido un gusto recordarlo y verlo todo comentado tan bien comentado. Ole los atrozlecheros.

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