Tú, yo y ella

Un matrimonio, hetero hasta que se demuestre lo contrario, vive en una preciosa casa dentro de un barrio acomodado en las afueras. Ambos son profesionales de éxito, con un círculo de amigos similares a ellos. Los dos están acercándose a los cuarenta y llevan varios años intentando sin éxito ser padres. Se quieren, pero de un tiempo a esta parte su vida romántica y sexual se ha ido anquilosando. Falta algo, una chispa, ese nosequé que la pareja ha ido perdiendo a lo largo de años de rutina, de confianza, de hipoteca, de trabajo, de cenas repetitivas siempre con los mismos amigos y siempre con las mismas conversaciones. Así que en un momento dado, uno de los dos decide ponerle los cuernos a su pareja con una chica de compañía.

Este es el comienzo de una serie de televisión que podría narrar una historia un millón de veces repetida en la literatura, la televisión y el cine. Podría tratarse del inicio de un drama de telefilm alemán de sábado por la tarde, o la chispa inicial de una interesante historia de celos, asesinato y sorprendentes giros argumentales de Hollywood, o de una desternillante comedia costumbrista italiana. Pero «Tú, yo y ella» lleva la historia por un camino diferente.

¿Qué ocurre si tras haberse acostado con la chica de compañía el marido se siente culpable y se lo confiesa a su mujer? ¿Y si ésta reacciona de una forma inesperada? ¿Qué ocurre si ella decide conocer a la chica que tal impresión ha causado en su esposo, y se acaba enamorando de ella? Hasta aquí, todo podría estar dentro de lo que ahora en 2017 una buena parte del público puede considerar convencional. Pero, ¿y si en vez de producirse el clásico triángulo amoroso que rompe la pareja, ésta lo que hace es crecer en número y convertirse en un trío sentimental estable?

¿Cómo se liman las aristas de los celos y los desequilibrios entre dos mujeres y un hombre que se van a vivir (y dormir) juntos? ¿Qué hacer con una relación que los vecinos, los amigos y los jefes de trabajo pueden no entender? ¿Se oculta todo o se hace público? ¿Qué ocurre con el proyecto inicial de tener hijos? ¿Cómo se resuelven las inevitables dudas que aparecen al recorrer un camino sin señalizar?

De todas estas y más cosas habla la primera serie de televisión (que yo conozca) cuyo argumento se centra en el poliamor. «You Me Her« es un «dramedy» (comedia con elementos dramáticos, o viceversa) estadounidense-canadiense escrita por John Scott Shepherd (guionista de algunas películas francamente olvidables como «un padre de cuidado»), que cuenta ya con dos temporadas de diez episodios cada una, y que está siendo distribuida por DirectTV y, más accesible desde España (en versiones original y traducida), por Netflix. En un estilo vagamente indie y más o menos realista (nadie en la vida real habla de forma tan abierta y bien articulada de sus sentimientos, y menos ante desconocidos), cuenta una historia honesta, interesante, con buenas actuaciones (sobre todo las de los personajes femeninos), que te gustará si no eres de esa clase de persona que necesita que haya disparos, crímenes misteriosos o dragones para engancharte a una serie. Y en la que puede que encuentres algún que otro elemento con el que identificarte, ya que como contaba el guionista en una entrevista en IndieWire a propósito de la serie:

Trata de personas reales … es algo extraño, como cuando te compras un coche y te das cuenta de que nunca antes te fijaste realmente en otras personas conduciendo ese mismo modelo de coche hasta el momento en que te lo compraste. Tan pronto como empiezas a explorar este área, empiezas a hablar con personas que dicen ‘Oh, sí, conozco a alguien’, o incluso, ‘Estoy en una relación así ahora y la gente me dice constantemente que no puede funcionar… Pero está funcionando’. Simplemente abre la puerta…

 

youmeher