Canciones escondidas: «Pepito Grillo» de Nacho Cano y Germán Coppini

¿Por qué cada vez que escucho esta canción me entran ganas de llorar? ¿Qué tiene esta letra que invita a esconderse bajo una manta de silencio y saborear cada una de sus sílabas? ¿Por qué ese halo de tristeza, a pesar de ser un canto a la esperanza, a la mano tendida? ¿Por qué renegó de esta canción su propio autor, Germán Coppini? Preguntas que podría responder el propio Pepito Grillo: esa conciencia que nos invita a pensar en el lado bueno de las cosas y que nos recuerda que pasar ciertas líneas rojas tiene sus consecuencias.

german

Esta fue una de las tres canciones que escribieron juntos dos artistas contemporáneos y antagónicos. Tres piezas de museo para dos maneras de entender la música. Un proyecto que tacharon de cursi (recuerdo perfectamente a un locutor de Radio 3, no así su nombre, cuya inquina para con este proyecto era de matricula de honor). Eran dos grandes: Nacho Cano, el músico terrible e inquieto. Ese que cuando tenía el día bueno era capaz de componer las melodías más hermosas que se hayan hecho nunca en el pop español. El mismo que abusaba de las máquinas para crear atmósferas que a veces se atragantaban. Germán Coppini, el cantante y letrista más admirado de la época. Quererle, y entenderlo, significaba que eras mucho más moderno que la media. Sus letras eran pura poesía. Su forma de cantar, su voz, arrastraba la melancolía como si le faltara el aire. A veces (casi siempre) triste, otras punk o salsero. Su  manera de coger el micro y de cantar mirando al suelo fue el símbolo que marcó a una generación. Germán puso la lírica, Nacho su Fairlight al servicio de unas historias que podrían haber sido escritas en el siglo XVIII. Con mayor o menor acierto el proyecto salió adelante ya que en principio sólo iban «a probar, a ver». El máxisingle es una de esas joyas que todo el mundo busca hoy en día. De las tres canciones incluidas nos quedamos, sin lugar a dudas, con esta. «Dame un chupito de amor» fue el primer single y pasó sin pena ni gloria. Pepito Grillo tres cuartos de lo mismo pero hoy muchos/as la recordamos como algo muy grande. «Escucha, que nos queda ya si este grillo abatido no puede ahora cantar» «Que sepas, que hay luz en el hogar, que tu llamada ansío y poderte abrazar» ¿No se te pone un nudo en la garganta?

Pocos han recuperado esta canción. Sólo (que sepamos) nuestro querido y valiente Santi Rex (Niños del Brasil) y su inseparable Edu Mecanismo hicieron justicia con esta versión, que nunca debió haberse gestado. Porque Germán se hizo invisible meses antes. Se apagó la luz de su hogar y muchos artistas quisieron rendirle homenaje y encender el candil para rendir culto a un mito. Fue en la Sala Arena de Madrid en 2014.

 

«La estrellita que una noche divisé, fue la que hizo verdadera la ilusión que yo soñé, mis harapos en fino lino convirtió y me impuso una tarea de un bellísimo valor. Cuando te asalte la duda o a punto estés de ceder a una tentación llámame con un silbido, yo seré tu celador. Pan con membrillo en tu cartera colegial, lapiceros de colores y una goma de borrar. Cabecita loca, solo pensando en jugar con dudosa compañía, líbrete el cielo de todo mal»

4 comentarios en “Canciones escondidas: «Pepito Grillo» de Nacho Cano y Germán Coppini”

  1. No la conocía y la canción está muy bien. No entiendo como eligieron como single una «Dame un chupito de amor» que es una canción que me pone muuuuy nervioso.

  2. Ay, después de haberme estomagado con el vídeo ese de los fachas y la app para detectar maricas (jajojajota, qué diver), llego a este post y se me cura la estomagación. Esta canción, que es un poco cursi, vale, fue una de las canciones de mi adolescencia, de ésas que te acompañan toda la vida y que vuelve a tu cabeza con frecuencia y en las situaciones más inesperadas. Hoy mismo, dando clase, mira tú. Que sí, que es un poco (mucho) moñas, que la letra a ratos no tiene sentido, que vale. Yo tenía como 15 años y estoy a punto de cumplir 49, y todavía lloro con ella. Líbrenos el cielo de todo mal.
    Gracias

  3. C. del Palote

    Pues a mi no me extraña que esta colaboración fuese tan efímera, ¡no pegaban ni con loctite!

Los comentarios están cerrados.