1 de diciembre de 2016: dónde estamos

Un año más.

De nuevo celebramos (aunque celebrar no me parece ni mucho menos la palabra más adecuada en esta ocasión) el día mundial del SIDA, y me pregunto qué se puede añadir sobre el tema. Después de todos estos años, uno pensaría que ya está todo dicho.

Debe ser que no queda nada que decir, o por lo menos esa es la impresión que me llevo cada vez más a menudo, últimamente. Ya nadie habla de esas cosas.

Noto bastante la ausencia de la palabra SIDA en el discurso público. Como maricón que ha vivido su adolescencia a caballo entre los años ochenta y noventa, he crecido con esa palabra grabada a fuego en mi cerebro. Incluso he llegado a obsesionarme con ella. ¡Quién no! La veo por todas partes, incluso donde no está. De hecho, sobre todo donde no está, porque de un tiempo a esta parte prácticamente no aparece por ningún lado: ni en los periódicos, ni en la televisión, ni en la vida cotidiana. Ni siquiera en nuestros mundillos paralelos. Uno entra en las aplicaciones del follar y se encuentra con que por lo general el VIH  no se menciona, no se comenta y, a juzgar por la manera en la que la gente está prefieriendo practicar el sexo, por lo visto tampoco existe. Reproduzco a continuación (añadiendo signos de puntuación en las frases de mi interlocutor) un fragmento de una charla reciente en Grindr:
Tipo: ¿Me follas a pelo?
Yo: No follo a pelo, gracias.
Tipo: ¿No follas a pelo? ¡Pero qué antiguo!
Al parecer, pensar en el VIH o preocuparse de él es algo impropio de estos tiempos modernos.

Tal vez debería alegrarme por ello. En esta era de los antirretrovirales milagro, de la TasP, de la PEP y de la PrEP (tan de moda en el mercado negro y en los foros de timadores últimamente),  tener o estar en contacto con el VIH ya no es una condena de muerte. Hoy en día, una persona seropositiva, si descubre su infección a tiempo y la trata adecuadamente, puede vivir tanto y tan bien como una persona seronegativa, y además desarrollar su vida normalmente sin miedo a transmitir el virus a otra persona. Y esto es algo maravilloso.

Lo peor de la crisis, según parece, ha pasado.

Salvo que suceden cosas como lo que pasó en Santander esta primavera y te das cuenta de que bajo es «ya no hace falta hablar de esto» sigue subyaciendo el mismo miedo, la misma ignorancia y el mismo estigma de siempre. Que no hemos superado nuestro pánico colectivo, sino que lo hemos escondido debajo de la alfombra. Que seguimos no sabiendo nada o, peor aún, prefiriendo no saberlo. Todos muy modernos y enrollados y abiertos de mente, ya, pero en cuanto aparece una sombra del virus, ¡hoguera y linchamiento!

O salvo cuando nos da por pensar que los tratamientos son carísimos, y aunque aquí tenemos la suerte de poder disponer de ellos, nos olvidamos de que vivimos en una burbuja de privilegio: según la OMS, de los aproximadamente 37 millones de personas afectadas por el VIH en el mundo, más de 22 millones no tienen acceso a ningún tipo de tratamiento: ¡más de un 60%!

En resumen: no, no soy un moderno. No puedo alegrarme por el silencio que rodea al SIDA. Me alegraría infinitamente si realmente fuera porque hemos superado la crisis, pero no lo hemos hecho: ni como personas, ni como sociedad, ni como nada de nada. Y nunca podremos superarlo si ni siquiera queremos hablar de ello.

11 comentarios en “1 de diciembre de 2016: dónde estamos”

  1. yotampocosoymoderno

    Me diagnosticaron hace un mes. Salí con un tipo unos meses a principios de año que aseguró estar bien cuando decidimos dejar de usar condon. Y no. No estaba bien. Y tampoco lo he estuve yo las primeras semanas. He tenido que posponer mi traslado fuera de España hasta quedar indetectable, porque como bien se dice en este artículo, aquí tenemos una sanidad que cuida de tí gratuitamente. He tenido que mentir y mentir sobre el por qué he regresado tan pronto. Aunque ya lo hacía controlar aun mas lo que bebo y como. NO fumar. Y en el lado positivo recobrar las energías misteriosamente atenuadas los pasados meses, para volver a hacer ejercicio. Así que no, como niño criado en plena paranoia del sida, yo tampoco soy moderno. Y flipo con que la gente pueda serlo por mucho tratamiento que haya.

  2. yotampocosoymoderno

    Y mi libido actual es tan inexistente que hasta me olvido de nombrarla al hacer un discurso sobre el tema. DETALLITO SIN IMPORTANCIA.

  3. Yo que acabo de volver de tierras galas he flipado, si aquí la gente es irresponsable allí ya están para atarlos. Nadie, nadie se merece tener ninguna enfermedad y creo que todos debemos de actuar con responsabilidad; no sólo para cuidarnos a nosotros mismos si no a la gente que nos rodea. Mucho ánimo «yotampocosoymoderno» y a cuidarse. Gracias, «El Científico Loco» por el magnífico post!

  4. Es fundamental follar pensando que el/la/los/las otras personas son portadores. Yo siempre lo hago de esa manera, pienso que es portador del VIH, y a fornicar como locas, que tenemos muchos medios para que no pase nada, y mucho pelos en el coño para mentalizarnos de una vez por todas. Esto lo digo desde el absoluto convencimiento que da la puesta en practica de lo que hablo, y no tan sólo de unos pocos años, son bastantes más. Wonitas.

  5. El Científico Loco

    Muchísimos besos, yotampocosomoderno, y mil gracias por compartir con nosotros ❤❤❤

  6. Me ha encantado el artículo. Cuando llevaba 4 meses monógamos con mi ex le propuse hacernos las pruebas (yo me las hago 3 o 4 veces al año de todas formas). Ahí descubrió que era seropositivo. Estuvimos juntos algo menos de dos años y nunca me infectó (y, qiitando al final, follábamos como conejos). Teniendo cuidado no pasa nada. Y ya lo hacía antes, pero eso me hizo ser aún más consciente de que cuando follas, especialmente sin pareja estable, tienes que hacerlo como si el otro tuviera el virus. Siempre y sin excepción. Y estoy también de acuerdo en que la gente está muy loca y no es nada consciente. Que aunque no te mueras sigue siendo una putada y los medicamentos tienen muchos efectos secundarios. Como ya no dan lipodistrofia y no se nota en la cara la gente cree que es como un omeprazol…

    1. A largo plazo siguen pudiendo producir lipodistrofia, lo que pasa es que ahora está más controlado.

  7. A todo esto hay que añadir la total ausencia de campañas de concienciación dirigidas a todo el mundo (no vale con el cartelito que la consejería de sanidad de turno hace colocar en los centros de salud para cubrir el expediente informativo). No hay mentalización, no hay información.

  8. Y a todo esto añadir que el SIDA no es la única enfermedad de transmisión sexual. Que las hay bastante jodidas y algunas tampoco tienen cura!!

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